La microcefalia
vista
desde otro
ángulo
La Humanidad
pasa a veces por
momentos más
delicados de lo
que naturalmente
ya vive, una vez
que hay muchos
pasos a dar en
las infinitas
jornadas que la
llevarán a la
perfección.
Epidemias
ocurren en
determinados
continentes,
países,
provincias,
municipios desde
tiempos muy
antiguos y una
reciente se
instaló en
Brasil, la del
Zika virus,
transmitido por
el mosquito
Aedes aegypti,
que ha sido
relacionada a la
alarmante
incidencia de
los casos de
microcefalia. El
mosquito también
es, como se
sabe,
responsable por
la transmisión
de la dengue y
de la
chikungunya.
Acontecimientos
así traen enorme
repercusión y
obligan las
personas a
cambiar algunos
hábitos y a
mejorar la vida
de una manera
general.
El ser humano,
en su mayoría,
necesita de
estímulos, o
mejor, de
imposiciones
directas o no,
para que pueda
moverse y buscar
adecuados
caminos para su
caminata.
Con la
ocurrencia de
esta nueva
epidemia, hubo
muchos cambios
para las
personas
envueltas y que
percibieron como
actuar
valiéndose de
los ejemplos y
de las
orientaciones
que en ese
sentido todos
recibimos.
Se puede abordar
una primera
cuestión
relacionada a la
responsabilidad
básica que todo
individuo
debería tener:
la higiene.
Infelizmente esa
falta de
concientización
con el medio
ambiente,
negligente con
el debido
destino de la
basura y el
enorme descuido
con los propios
patios llevan al
sufrimiento de
muchas personas
con enfermedades
variadas y
tristes
epidemias. Es
fácil, pues,
deducir que en
el futuro cuando
los Espíritus
que habitan este
planeta, en su
mayoría,
desarrollándose,
perfeccionándose,
también los
peldaños que
deberán ser
subidos serán
otros, una vez
que los
obstáculos de
acuerdo con la
necesidad de sus
desbravadores.
Mientras eso, en
medio a
discusiones,
investigaciones,
programas de
concientización,
Espíritus llegan
al plan donde
vivimos en
cuerpos pequeños
y débiles,
necesitando de
extremo cuidado.
Delante del
hecho, algunas
familias se unen
y otras se
deterioran. No
se sabe al
cierto cuales
los más carentes
en tal
coyuntura: si el
propio Espíritu
que llega o los
Espíritus de sus
padres, que lo
reciben.
Obviamente, no
es para
cualquiera de
nosotros juzgar
o saber la
realidad de
determinada
situación: lo
que es, y
siempre será, es
la necesidad de
prestar amparo a
los envueltos.
Acontecimientos
así ocurren en
nuestra vida con
un propósito
siempre
positivo, pero
ni siempre son
vivenciados como
deberían, ya que
muchas veces el
tesoro nos llega
a la puerta y lo
tiramos fuera o
no lo dejamos
entrar.
Principalmente
los lazos más
próximos tienen
un objetivo
mayor a ser
alcanzado y con
el amor
presente, el
confort a los
Espíritus y el
estrechamiento
entre esos
corazones, eso
ciertamente se
realizará.
Ciertamente, los
familiares que
los reciben con
cariño y
dedicación verán
en los ojos del
peque que llega
una linda
bendición
enviada por
Dios.
Como los días
nacen, nuevas
oportunidades de
reflexión
también surgen;
no es, sin
embargo,
necesario
vivenciar
directamente
difíciles
situaciones para
que sólo así
conquistemos el
aprendizaje. Y
las ocurrencias
de microcefalia
en Brasil se
presentan como
una excelente
ocasión para
quien desea
mucho aprender
tanto en
relación al
requisito de
responsabilidad
social humana
cuanto al eterno
requisito
espiritual, en
los cuales el
perfeccionamiento
moral se hace
enteramente
presente.
Como estamos en
continuo
desarrollo y
bajo la mirada y
la protección de
un Padre amoroso
y justo, que
podamos
comprender como
cada encarnación
es
imprescindible
y, así,
valorarla para
que, en tiempos
no muy remotos,
nuestro planeta
esté en mejores
condiciones y en
un nivel, por lo
menos, un
poquito más
elevado.
La vida
constantemente
nos presenta
dádivas para
días más claros
y conciencia más
suave y feliz.
La bondad divina
es tan
inmensurable
que, delante de
tantos
desequilibrios,
por nosotros
cometidos en
existencias
sucesivas, el
Padre nos ampara
de mil maneras
diferentes, a
fin de que
podamos
construir
paisajes más
bonitos con
campos de
diversas flores
coloreando
nuestra
carretera rumbo
a la eternidad.
En ese
escenario, los
pequeños de hoy
con microcefalia
son, con
certeza, tesoros
que serán
pulidos o que
han de pulir
muchos de
nosotros.
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