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Carla Visi: “El Amor es la fuerza más poderosa
que existe” |
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Carla Virgínia
Soares Fernandes
(foto), más
conocida como
Carla Visi,
nació y reside
en Salvador.
Gestora
ambiental,
empresaria y
cantante
reconocida
nacionalmente,
aun encuentra
tiempo para
dedicárselo al
Espiritismo.
Para hablar del
carnaval,
política y
música bajo el
enfoque
espírita, Carla
Visi nos
concedió
gentilmente la
siguiente
entrevista:
¿Cómo conoció el Espiritismo?
Cuando era pequeña frecuentaba con mi madre el Centro
Espírita 13 de Mayo en el barrio de Tororó en Salvador.
Muchas veces ella me llevaba porque no tenía con quién
dejarme. Iná, como la llamaban, era colaboradora de los
trabajos de este humilde centro y estudiosa dedicada a
la doctrina. Recuerdo hasta hoy cómo ella me describía
mi cumpleaños de 7 años en la reunión espírita. Cómo los
hermanos lanzaban pétalos, flores y fluidos brillantes
en el ambiente para celebrar aquel momento de mi
encarnación. Siempre realizábamos el Evangelio en el
Hogar y mi madre muy segura y sin temor siempre daba
pases y adoctrinaba a personas con problemas
espirituales.
Usted es cantante desde la infancia, ¿sintió en alguna
oportunidad la presencia de seres invisibles ayudándola
en sus interpretaciones? ¿Tiene algún caso para contar?
Comencé a cantar en casa, jugando. Tuve una rica cultura
musical. Pero sólo en la adolescencia tuve conciencia
del poder de la música y de cómo ella me emocionaba. Mi
madre, al percibir eso, me hizo estudiar piano y me
orientó para que sea una verdadera intérprete. Siempre
hice música con ligereza. Para mí todo escenario es
grandioso y todo público merece lo mejor de mi canto.
Pasé por los bares y tuve un grave problema de obsesión
en ese ambiente. En esa época tenía mucha sensibilidad
para la evidencia y no siempre veía algo agradable. Mi
madre me ayudó mucho en ese sentido. Entré en la
Facultad de Comunicación (UFBA) en 1989 con el objetivo
de convertirme en periodista, pensando que la música se
convertiría en un pasatiempo, pero desde 1987 hasta
ahora nunca he parado de cantar. Sin embargo fue en 1995
que el canto ganó una nueva proporción. Antes que uno de
los dueños de la banda Cheiro de Amor me
invitaran, me visitó su fundador que había desencarnado
algún tiempo antes. Vi muchas veces a ese hombre de
blanco sin poder identificarlo. Entonces mi madre se
concentró y le preguntó su nombre y el señaló su apodo,
un nombre pequeño. Yo tenía miedo de trabajar en el
Carnaval debido a las densas vibraciones de la fiesta en
esa época cantaba con la banda Cia. Clic y no quería
perjudicarlos.
Ese espíritu, a quien llamaré Espíritu T, me dijo que
era fácil transmitir cosas buenas en un ambiente
favorable, mientras que los sanos no necesitan de un
médico y que pronto sabría de hecho quienes eran mis
compañeros de banda. Pensé en esa posibilidad de llevar
las mejores vibraciones a las personas que asisten a los
carnavales y sobre los músicos de la Cia. Clic… bueno,
algunos de ellos abrieron un proceso sin bases legales
contra mí. Gracias al Espíritu T, entré en la banda que
“me llevó” al éxito. Juntos hicimos un bello trabajo
durante cuatro años y medio. Cuando cantaba “Vas a
sacudirte, vas a estremecerte, cuando mi amor pase...”,
sentía ese amor llegando y envolviendo a las
personas, deshaciendo las peleas y los alborotadores se
alejaban cuando los hermanos trabajaban. En la mayoría
de los carnavales, mi madre estaba conmigo. Me contaba
cómo transcurrían las cosas en el plano espiritual más
cercano al nuestro. El hecho es que cuanto más fama
tenia, más trabajo tenia. La banda hacía muchos shows y
yo, por ser la cantante, tenía compromisos sociales y de
divulgación todo el tiempo.
Sin descanso, aun haciendo meditación y yoga, me sentía
sin energía para llevar adelante ese trabajo. Conversé
con el Espíritu T cuando tuve la invitación para salir y
él, siempre con mucha ética, me dejó libre para que yo
decida. Solo comentó que tal vez ese sería el mejor
momento para parar porque mi madre necesitaría cuidar
más de su salud y que las reuniones mediúmnicas serían
más extrañas. Salí de la banda definitivamente en
octubre del 2000 cuando mi madre ya mostraba las
primeras señales del cáncer que la llevaría a
desencarnar en abril del 2003. Hasta hoy siento la
presencia de los hermanos. Yo nunca canto sola. Y por
más difícil que parezca, aun en las fiestas populares,
he decidido no cantar canciones que estimulen la
violencia, el erotismo, los prejuicios, los sentimientos
negativos. El conocimiento es liberador, pero con él
viene la responsabilidad.
¿Cómo ha transcurrido su trabajo en la siembra espírita?
Sabemos que usted realiza conferencias. ¿Son
conferencias musicalizadas?
Yo realizo conferencias-shows en el área de Cultura y
Sostenibilidad en universidades, escuelas y eventos
socio ambientales, porque además de cantante y de
periodista, me he especializado en Gestión Ambiental.
Las conferencias espíritas normalmente tienen temas
específicos a partir de los libros de Kardec, Chico
Xavier, Divaldo Franco y otros autores. Entonces me
dedico a este tema y elaboro la conferencia para atender
la solicitud de la casa espírita. Veo cada conferencia
como una oportunidad de aprender más y de compartir con
mis compañeros de búsqueda los conocimientos que yo
aprendí. ¡Hay tanto que aprender en el Espiritismo!
Canto en las casas espíritas solo cuando soy invitada
para ese fin. Con la ayuda de los amigos de la casa,
hago el repertorio con canciones conocidas de música
brasileña que tienen letras edificantes y melodías
agradables, porque esas canciones generalmente sirven
para armonizar el ambiente de la casa o del evento
espírita.
¿Cuál es el libro espírita que más le marcó en su vida?
Me gusta mucho la obra de André Luiz. Creo que porque él
tiene una postura de periodista al describirnos el mundo
espiritual y las relaciones entre las dimensiones física
y espiritual, me identifico con sus inquietudes y
esclarecimientos. Sin embargo pienso que es fundamental
la lectura y el estudio permanente de El Libro de los
Espíritus, además de El Evangelio en el Hogar como
práctica para compartir con encarnados y los
desencarnados del ambiente familiar, las enseñanzas de
Jesús.
Usted se volvió conocida nacionalmente cantando Axé
Music y, también, en el carnaval bahiano. Hay en el
medio espírita, como usted debe saber, algunas
restricciones en cuanto al jolgorio del rey Momo. ¿Qué
piensa al respecto? ¿Es posible participar en el
carnaval sin comprometerse espiritualmente?
Pienso que ya hablé bastante sobre mi prejuicio sobre la
fiesta del Rey Momo y sus vibraciones y cómo fui
convencida para entrar en una banda de Axé en los años
90. En aquel momento había espacio para un trabajo en
ese sentido. Unir la alegría de vivir, lo ancestral y el
amor. Había hasta cierta ingenuidad y romanticismo al
hacer música bahiana. Pienso que si tenemos un propósito
elevado, movidos por el Amor y dotados de Fe, tendremos
las herramientas suficientes para defendernos de las
energías deletéreas. Aún me gustaría hacer un trío con
canciones con temas positivos, hablando de alegría,
amor, naturaleza, respeto a la vida, caridad… Siempre
llevando lo mejor de la cultura mestiza brasileña.
La música es algo que se mezcla con las fibras más
íntimas del alma de la mayoría de las personas.
¿Trabajar con la música le ayudó a estar más sensible en
el contacto con los Espíritus?
No. A pesar de mi formación en comunicación social, la
música siempre fue mi trabajo hasta los 30 años. Al
mismo tiempo que me trajo el sustento, la música y el
ambiente musical son un desafío. Mucha vanidad, drogas
lícitas e ilícitas, relaciones superficiales,
consumismo, volubilidad, ausencia de principios, ya que
todo se justifica por la fama tan anhelada. Estoy feliz
cuando veo a colegas del arte viviendo en este mundo sin
dejarse contaminar. Recuerdo esta conocida lección
espírita: Lo importante no es ser un buen médium,
sino un médium que por su amor y conducta sea querido,
ayudado por los buenos Espíritus. Lo importante no
es ser una artista famosa, sino ser un instrumento de
amor.
Brasil pasa por un momento significativo. ¿Cómo ve usted
la actual situación de nuestro país bajo un enfoque,
digamos, espírita?
Muchos Espíritus trabajadores del bien manifestaron, a
través de médiums responsables, sus opiniones sobre
momento político de Brasil y del mundo. Es un momento
tenso y difícil, aunque necesario. De acuerdo con la ley
de causa y efecto, nuestras decisiones siempre traerán
consecuencias. Un país cristiano como el Brasil no puede
aceptar la intolerancia religiosa, la homofobia, la
violencia contra la mujer, el maltrato a los ancianos y
niños, la alienación política, la ausencia de
solidaridad. Jesús enseñó a amar a Dios sobre todas las
cosas y amar al prójimo como a sí mismo. En otras
palabras, amar a Dios, sabiduría suprema y fuente de
todo el universo, y amar a su hermano colocándose en su
lugar. Siento indulgencia por esos líderes corruptos. El
poder realmente es tentador para los que no aprendieron
esta lección: No haga a los otros lo que usted no le
gustaría que hiciesen. Niños sin escuela ni merienda;
familias sin casa; hospitales sin camas, medicinas,
equipos ni médicos; jóvenes sin formación y empleo;
ciudades sin saneamiento, movilidad urbana ni seguridad;
calles agujereadas y mal señalizadas; los ríos
secándose, el aire contaminado, el pueblo sin acceso a
la cultura… mucho dinero en pocas manos. Y una banda de
parásitos viviendo con total lujo con el dinero del
pueblo, con nuestro dinero. Ser espírita no es ser
omiso, sino ser espinita es ayudar para que los cambios
posibles ocurran y tener fe en días mejores.
Deje un mensaje para nuestros lectores y colaboradores.
La oración de Cáritas es mi preferida. Por mucho tiempo,
cuando era pequeña, la oía en la poderosa y gentil voz
de Aziro Zarur, fundador de LBV. Escúchela y reflexione
sobre esas bellas palabras. Nuestra fe no es ciega. La
fe espírita es racional. Seamos sensatos y ayudemos a la
evolución de la Humanidad comenzando por nosotros
mismos. Como estamos de paso, cuidemos el planeta,
nuestra casa, fuente de vida y de oportunidad evolutiva.
Recuerden: DIOS está en todo lugar, DIOS está en cada
ser. Entonces, ejercite el ver al otro con respeto y
amor. Cada Espíritu tiene su tiempo para despertar,
porque la ley de progreso es inevitable. Lo importante
es estar disponible para ayudar y aprender siempre. El
amor es la fuerza más poderosa que existe. Por eso,
coloco el amor en todo lo que hago y agradezco.
Traducción:
Ricardo Morante -
rmorante3@yahoo.com
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