El suicidio es, a nuestro ver, tema candente y que
merece nuestra atención. Es una cuestión de salud
pública y cada 40 segundos1, una persona
atenta contra la propia existencia en el mundo. Por lo
tanto, se hace menester que dirijamos nuestros esfuerzos
para la contención de este comportamiento.
El suicidio supone quitar la propia vida voluntariamente2.
Cuando se menciona la palabra suicidio, se imagina el
intento directo y consciente contra la existencia. Sin
embargo, para el Espiritismo, hay también otra forma de
autocídio que ocurre indirectamente. En esta modalidad,
el sujeto utiliza subterfúgios para poner fin a la vida,
cuáles son: conducir en una carretera de manera
irresponsable o imprudente; utilizar el tabaco; utilizar
el alcohol… finalmente. Los medios utilizados resultan
en una desencarnación más rápida y las personas, muchas
veces, no saben o fingen no considerar que están
matándose inconscientemente (alcoholismo; drogadicción;
tabaquismo etc.).
Hay, por lo tanto, que considerar, en todos los
análisis, el suicidio del punto de vista directo e indirecto.
Pero, cumple preguntar: ¿Qué lleva una persona a poner
fin a la propia existencia?
Para la consecución de este terrible desenlace hay
problemas complejos envueltos que deben ser
considerados, sean de orden financiero (un cambio
abrupto del patrón socioeconómico); emocional (perdida
de seres queridos, rotura de relacionamientos,
cuestiones de orientación sexual, estrés social etc.);
físicos (traumas, abusos, violencia, dolores crónicos;
familiar (conflictos diversos); psicológica y
psiquiátrica (disminución de la serotonina, disturbios,
síndromes, depresión, esquizofrenia etc.); religiosa
(fanatismo religioso, creencia en un mundo mejor después
del acto de poner fin a la existencia); cultural
(materialismo, hedonismo etc.), entre otros, que merecen
un análisis minucioso e intervención adecuada.
La mayor parte, sin embargo, reside en la mente del
individuo. Por eso es tan difícil la prevención. Sin
embargo aunque el paciente de señales de
disturbios/desequilibrios que merecen nuestra atención,
infelizmente muchas veces los ignoramos. ¡Creemos que es
tonteria!
“Datos de la OMS indican que el suicidio generalmente
aparece asociado a enfermedades mentales – siendo que la
más común, actualmente, es la depresión, responsable por
30% de los casos relatados en todo el mundo. Se estima
que una de cada cuatro personas sufrirá de depresión a
lo largo de la vida. Entre los subtipos, la depresión
bipolar – en que fases de euforia y apatia profundas se
alternan – parece ser la de mayor riesgo. El alcoholismo
responde por el 18% de los casos de suicídio, a
esquizofrenia por el 14% e los transtornos de
personalidad – como la personalidad limítrofe y la
personalidad antisocial – por el 13%. Los casos
restantes son relacionados a otros diagnósticos
psiquiátricos. ”1
En las fulgurantes páginas del El Evangelio según el
Espiritismo encontramos la siguiente afirmación:
“Jamás tiene el hombre el derecho de disponer de su
vida, por cuanto sólo a Dios cabe retirarlo del
cautiverio de la Tierra, cuando lo juzgue oportuno. Sin
embargo, la Justicia divina puede debilitarle los
rigores, en consonancia con las circunstancias,
reservando, sin embargo, toda la severidad para con
aquel que se quiso subtrair a las pruebas de la vida. El
suicida es cuál prisionero que se evade de la prisión,
antes de cumplida la pena; cuando es preso de nuevo, es
más severamente tratado. Lo mismo se da con el suicida
que juzga escapar a las miserias del presente y se
sumerge en desgracias mayores.”3
¡La metáfora utilizada es bastante peculiar! El suicida
es cuál prisionero…. De hecho, la vida es un bien
preciosísimo que no tenemos como retribuir al Creador.
Despreciarla por las puertas del autocídio es un crimen
gravísimo, egoísta y de rebeldía al Creador, así como
falta de consideración para con las personas que cercan
al paciente y con él se preocupan (familiares, amigos
etc.). De este modo, cuando ocurre ese acto desvariado,
el suicida sale de un problema, que él juzgaba era
enorme, y se adentra en uno infinitamente peor. Tendrá
que pasar por las mismas experiencias que lo hicieron
abandonar la vida terrena con el agravante de tener los
obstáculos elevados.
En la obra Memorias de un suicida, de Yvonne de
Amaral Pereira y del espíritu Camilo, el insigne poeta
portugués, se destaca el siguiente tramo, que es una
pálida idea sobre lo que pasan los hermanos que se
autoeliminan:
“¡Como si fantásticos espejos persiguieran obsesadamente
nuestras facultades, allá se reproducía la visión
macabra: ─ el cuerpo a descomponerse bajo el ataque de
los bichos hambrientos; el trabajo detestable de la
podredumbre a continuación el curso natural de la
destrucción orgánica, llevando en precipitación nuestras
carnes, nuestras vísceras, nuestra sangre pervertida por
lo fétido, nuestro cuerpo, finalmente, que se consumia
para siempre en el banquete asqueroso de millones de
gusanos vorazes, que era carcomido lentamente, bajo
nuestras vistas estupefactas!... ¡que moría, era bien
verdad, mientras nosotros, sus dueños, nuestro Ego
sensible, pensante, inteligente, que de él había
utilizado sólo como de un vestuario transitorio,
continuaba vivo, sensible, pensante, inteligente,
desencantado y pávido, desafiando la posibilidad de
también morir! Y - Oh tétrica magia que superaba todo el
poder que tuviéramos que reflexionar y comprender! - oh
castigo irremovible, castigando al renegado que osó
insultar la Naturaleza destruyendo prematuramente lo que
sólo ella era competente para decidir y realizar: ─
¡Vivos, nosotros, en espíritu, delante del cuerpo
putrefato, sentíamos la corrupción alcanzarnos!...”4.
Es fecunda, en la literatura espírita y espiritualista,
la narración de sufrimientos inauditos de los espíritus
que cometieron suicidio. La conciencia perturbada; las
visiones repetidas del atentado contra la vida; sentir
con toda la riqueza de detalles los gusanos devorando
los despojos; la persecución de multitud crueles y
vengativos, entre otros cuadros dantescos.
La prevención y el control no se constituyen fáciles,
todavia podemos indicar algunos caminos, sin ninguna
jactancia de nuestra parte.
Veamoslo:
1 - Resignificar los abordajes de las áreas de la
Psicología y de la Psiquiatria. Hay
una falta del modelo paradigmático de la Psiquiatria y
Psicología actuales. Se hace necesario atentar para el
preconizado en la Carta de Ottawa5y volver a
ver conceptos académicos/prácticos en la clínica médica.
El suicidio no puede ser menoscabado y las estadísticas
demuestran que los paradigmas existentes no atienden a
la problemática actual. Así, hacer el acceso a los
servicios de salud mental de calidad y sin burocracia es
papel del Estado y de toda la sociedad.
2 - Apoyo familiar y de amigos. Imprescindible
que el tratamiento envuelva a todos, para que el
paciente se sienta amado, protegido, respetado en su
ontología. Y, cumple considerar, muchas veces lo que
lleva al paciente a atentar contra la vida remonta a los
problemas familiares, a problemas en el trabajo, la
dificultades financieras, la enfermedades de difícil
tratamiento etc. Luego, la presencia familiar es
fundamental en la terapéutica.
3 - Espiritualidad. Es
relevante que el paciente y todos los envueltos en su
apoyo/recuperación tengan una conectividad con lo
transcendente. Creed en la vida. Tenga fe. Mentalizem
energías/cosas buenas para la propia existencia. En ese
particular, el culto del evangelio en el hogar es
poderosa herramienta de canal de apertura con el más
allá, pues enseña el equilíbrio, la paz, la salud.
4 - Romper con los excluídos. El
tema del suicidio aún es visto como tabú. Hay vectores
socioculturales, religiosos, filosóficos, políticos que
lo envuelven. Sin embargo, divulgar las terribles
consecuencias de ese acto desvariado es una forma de
prevenir su consecuencia. Debido a que aquellos que
meditan tal desenlace pueden, a partir de los
conhecimentos confrontados, buscar los canales de apoyo
necesarios para la no consecución del acto.
5 - Buscar ajuda. Hay
vários canales interesantes de apoyo y prevención al
suicidio. Este del CVV es, por ejemplo, un bien legal:
http://www.cvv.org.br.
6 - Control ambiental de factores de riesgo6. Es
fundamental que se analicen los ambientes y, por
consecuencia, se eliminen los factores que fomentan el
autocídio. (P.ej.: si es un ambiente escolar, se debe
recomendar el respeto al prójimo y a la vida, a los
valores ético-morales etc. Impedir las prácticas de
violencias, el bullying, los comentários
deletérios etc.)
7 - La gestión de una crisis suicida no debe ser un
acontecimiento solitario6. El
suicidio es un problema social. Autoridades,
profesionales del área de la salud (médicos, enfermeros,
asistentes sociales, psicólogos), religiosos,
familiares, comunidad, amigos del trabajo, finalmente,
todos deben estar envueltos en el combate al suicidio.
Es un problema que requiere intervención
multiprofesional.
8 - Posintervención7.
Es preciso acabar con el estigma y cuidar de los
familiares que sufren el luto del pariente suicida.
Ellos son denominados “supervivientes del suicidio” y
necesitan de soporte total. Así, es fundamental
ofrecerles los siguientes lenitivos: “Traer alivio de
los efectos relacionados con el sufrimiento y la
perdida; Prevenir la aparición de reacciones adversas y
complicaciones del luto; Minimizar el riesgo de
comportamiento suicida en los enlutados por suicidio;
Promover resistencia y enfrentamiento en supervivientes”7.
9 - Oración. Ya
está probado, científicamente, que la oración trae
beneficios diversos al organismo humano: disminuye los
niveles de estrés, eleva el sistema inmunológico, como
los beneficios espirituales que aún no tenemos
condiciones de evaluar, pero que están muy bien
registrados en la literatura espírita. Así, orar
diariamente es tarea sine qua non para el
equilibrio y la paz interior.
Por fin, me gustaría de dirigirme a los (as) hermanos
(as) que se encuentran en dificultades.
¡No teman! No sientan vergüenza! Ningún problema es
insignificante. Cada persona lo encara de una forma. Y
si usted se siente impotente, infeliz, depresivo, quiere
“entregar los puntos”, ¡busque ayuda! Sea con un amigo,
un familiar, un religioso, un terapeuta, un profesional
de la salud, finalmente. No quede callado! Saque para
fuera el descontento o el problema y pida ayuda,
humildemente. ¡Y ella vendrá! ¡Ella surgirá! ¡Y todo
quedará en paz!
¡Dios, el bondadoso Padre, ama a todos (as)! Y no
pondría un fardo pesado sobre hombres débiles... ¡Luche
por la vida!
Referências:
1 VOMERO,
Maria Fernanda. Por que uma pessoa se mata? Disponível
em Revista Super Interessante: eis
o link - Acesso em 06/08/2017.
2 Disponível
em http://conceito.de/suicidio -
Acesso em 06/08/2017.
3 KARDEC,
Allan. O Evangelho segundo o Espiritismo.
Brasília: FEB, 2013.
4 PEREIRA.
Yvonne / Camilo. A. Memórias de um Suicida. 11. ed. Rio
de Janeiro: Federação Espírita Brasileira, 1955.
5 Disponível
em Carta
de Ottawa - Acesso em 06/08/2017.
6 Disponível
em mental
health - Acesso em 06/08/2017.
7 Disponível
em posvenção -
Acesso em 06/08/2017.
Traducción:
Isabel Porras - isabelporras1@gmail.com