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En el intercambio entre los dos planos está la ciencia
espírita en acción |
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Cada vez más se busca hacer ciencia dentro de la
Doctrina Espírita: investigaciones sobre la mediumnidad,
métodos de comunicación con el más allá, pruebas
documentadas de hechos transmitidos mediúmnicamente,
entre tantas otras posibilidades. Pero ¿cómo estudiar y
analizar científicamente el mundo invisible, temas no
palpables o demostrables?
El médico Arismar León (foto), miembro de la
Asociación Médico-Espírita del Distrito Federal nos
habla en la siguiente entrevista al respecto de la
ciencia espírita decodificada por Allan Kardec, sus
inicios y lo que podemos esperar en los días actuales.
¿Cómo fue la ciencia espírita propuesta por Allan
Kardec?
Esta es una pregunta importante y para responderla
debemos entender previamente el contexto histórico en
que surgió el Espiritismo a mediados del siglo XIX, así
como su formación y visión relatada por el propio Allan
Kardec para su época. El siglo XIX representó un punto
importante en el cambio de los paradigmas humanos, al
delegar a la Ciencia y a sus resultados tecnológicos
prácticos una confianza sin precedentes y que se
igualaba o superaba a la propia fe dogmática, reinante
hasta entonces. Kardec recibió sus estudios en pedagogía
de Johan Heinrich Pestalozzi, quien a su vez era
discípulo de una de las mentes más prominentes del
Ilusionismo, Jean-Jacques Rousseau. Este
direccionamiento de los estudios de la ciencia llevó a
Kardec a formar parte de varias asociaciones científicas
de la época. Así podemos decir que le tocó a Kardec, con
su visión y formación como investigador y científico, el
trabajo ejemplar de emplear la metodología de la
investigación vigente y tratar inicialmente de explicar
los fenómenos de mesas giratorias dentro de las leyes
conocidas. Así, después de descartar el fraude como
explicación, trató de encuadrar los fenómenos observados
dentro de las leyes naturales, como la electricidad y la
gravedad. Cuando observó que las mesas giratorias daban
respuestas racionales, lógicas y comprensibles a las
preguntas formuladas, abandonó la idea de la explicación
de por las leyes conocidas y adoptó el razonamiento de
que fenómenos inteligentes proceden de causas
inteligentes, dando como explicación una causa
inteligente para el origen de los fenómenos.
Esa hipótesis fue confirmada por el propio fenómeno, que
decía por la comunicación de los golpes de las mesas que
eran seres vivos que vivieron sobre la Tierra y que
vivían en un plano extra físico. Y esto es digno de
notar, pues generalmente en cualquier ciencia
tradicional hacemos experimentos, recogemos los datos,
los analizamos para sacar conclusiones y generalizamos
estas conclusiones en forma de leyes. Con el
Espiritismo, fueron los propios fenómenos inteligentes
los que se explicaron. Es como si las grandezas, los
hechos observables y que están siendo analizados, como,
por ejemplo, un compuesto de una reacción química o las
neuronas de un experimento en fisiología, dialogasen y
se auto explicasen para el científico o el investigador.
Surgía así la ciencia espírita, la primera ciencia que
estudió por métodos experimentales la interacción del
plano metafísico con el plano material. Como nos dice el
propio Kardec: “… Hasta el presente, el estudio del
principio espiritual, comprendido en la metafísica, fue
puramente especulativo y teórico. En el Espiritismo, es
totalmente experimental…” (La Génesis, Cap. IV Ítem 16)
Resumiendo, podemos decir que le correspondió a Kardec
la grandiosa tarea, realizada de manera ejemplar y
meticulosa de:
- Identificar
la naturaleza del problema;
- Identificar
a las entidades fundamentales a ser consideradas como
presupuestos para la resolución del problema y los
métodos que podrían se aplicados;
- Conducir
los experimentos para validar las hipótesis;
- La
interpretación de los experimentos y la formulación de
la teoría;
- Identificar
los hechos que podrían refutar la teoría.
De este magnífico trabajo, surge una nueva ciencia,
definida por Kardec:
“El Espiritismo es una ciencia que trata de la
naturaleza, origen y destino de los Espíritus, así como
sus relaciones con el mundo corporal”.
(Qué es el Espiritismo, Preámbulo)
Hoy, ¿podemos decir que se hace ciencia espírita?
Definitivamente sí. Toda manifestación mediúmnica
auténtica, que se entrelace con el plano extra-físico y
el plano material, con el primero relatando sus
condiciones, sus leyes y sus interrelaciones con el
segundo, representa el “experimento” de la Ciencia
Espírita. Y como nos dice Kardec: “La mediumnidad es
para la ciencia espírita, así como el microscopio es
para el biólogo y el telescopio para el astrónomo”.
La mediumnidad es el instrumento por el cual la ciencia
espírita se realiza. Entonces, toda vez que ocurra por
la mediumnidad este intercambio entre los dos planos,
tendremos ciencia espírita en acción, de modo que
podemos concluir que la ciencia espírita es una de las
ciencias de mayor y constante actividad en el planeta.
¿Cuáles son los métodos de análisis de esta ciencia que
no es tan palpable o visual para muchos?
Una de las dificultades a entender en la ciencia
espírita está en el hecho de diferenciarla de las
ciencias llamadas académicas. Un aspecto importante de
análisis de las ciencias se refiere a la diferencia
entre sus teorías, métodos y los objetivos de sus
estudios. Mientras las ciencias académicas estudian el
elemento material, sus leyes y las consecuencias de la
interacción de éste con la propia materia, el
Espiritismo estudia el elemento espiritual y las
relaciones de éste con el mundo material.
La gran diferencia aquí es que este elemento espiritual
es inteligente y tiene voluntad propia que es
independiente de la voluntad del científico y
experimentador. En el libro “Que es el Espiritismo”,
editado por Kardec justamente para facilitar la
comprensión de esta nueva ciencia, nos dice: “las
ciencias vulgares reposan sobre las propiedades de la
materia, que se puede a voluntad manipular; los
fenómenos que ella produce tienen por agentes fuerzas
materiales. No se puede hacer un curso de Espiritismo
experimental como se hace uno de Física o de Química, ya
que nunca se es dueño de producir los fenómenos espírita
a voluntad, y que las inteligencias, que son el agente,
hacen que muchas veces se frustren todas nuestras
previsiones”.
“La ciencia se engañó cuando quiso experimentar con los
Espíritus, como lo hace con una pila volcánica; ha
fallado como debía ser, porque actuó presuponiendo una
analogía que no existe”. Por
lo tanto, aunque estas ciencias, las académicas y la
ciencia espírita, necesiten una metodología para sus
estudios e investigaciones, la naturaleza y los objetos
de sus estudios requieren obligatoriamente metodologías
diferentes y, al contrario de las causas manipulables y
palpables de los fenómenos de las ciencias oficiales, no
podemos manipular los fenómenos observables en la
ciencia espírita, que se dan por causas inteligentes e
independientes de nuestra voluntad.
¿Cuánto nos ayuda la filosofía a comprender estos
fenómenos?
Hay un área de la Filosofía, denominada Filosofía de la
Ciencia, que estudia los criterios en la demarcación
entre la Ciencia y la Pseudo ciencia.
Esta demarcación tuvo inicio en el siglo XVIII con los
filósofos Francis Bacon, John
Locke,
Kant y David
Hume y tuvo su auge
durante el siglo XX, después del surgimiento del
Positivismo Lógico, conducido por los filósofos y
científicos como Karl
Popper, Thomas Kuhn, Paul Feyerabend e Imre Lakatos,
entre otros.
Las discusiones en la demarcación entre Ciencia y
Pseudociencia continúan en nuestros días sin poder
llegar, no obstante, a un consenso universal de los
criterios de cientificidad, aunque varios criterios
hayan sido propuestos.
Aun cuando no exista un denominador común en esta
demarcación, podemos decir que el Espiritismo cumple los
criterios científicos en estas discusiones, tales como
los de presentar una estructura teórica basada en
metodología empírica adecuada, consistencia lógica,
coherencia, posibilidad de ser refutable e incluyente,
integridad, unidad y simplicidad.
¿Qué otras explicaciones le gustaría dejar sobre la
ciencia espírita?
Para aquellos que profundizan en el estudio del
Espiritismo, y que lo hacen de una manera sistematizada
y sin conceptos a priori, la discusión si el Espiritismo
es o no una ciencia es un tema superado. El Espiritismo
es una disciplina científica, la primera y la única
hasta el momento, que demuestra que la conciencia
sobrevive después de la muerte y que estudia la
naturaleza de estas conciencias, llamadas espíritus, y
de su mundo, el plano espiritual, así como sus
interacciones con el plano físico terrenal.
Aquellos que queden presos únicamente al estudio del
proceso experimental-mediúmnico de la doctrina, podrán
satisfacer su curiosidad, pero perderán su aspecto más
importancia que es el estudio de las amplias
proposiciones y presupuestos ofrecidos por los espíritus
en las diversas áreas del conocimiento, como la
filosofía, metafísica, sociología, teología, biología,
física entre otras, pero principalmente en el real
entendimiento del origen y destino de la naturaleza
inmortal humana y su interacción con el Cosmos y con el
Creador, dándonos una directriz en la conducción de
nuestros destinos ante la inmortalidad y guiándonos por
leyes morales de consecuencias irrevocables.
Me gustaría terminar con el pensamiento de Allan Kardec
que nos dice que: “La verdadera Doctrina Espírita
está en las enseñanzas que los Espíritus nos han dado, y
los conocimientos que esa enseñanzas admiten son muy
profundos y extensos para ser adquiridos de cualquier
modo, que no sea por un estudio perseverante, hecho en
silencio y en recogimiento”. (El Libro de los
Espíritus, Introducción, Ítem XVII)