Roque Jacintho, un gran espírita y
un notable escritor
Una de las atracciones de esta edición es la entrevista
que nos fue concedida, por intermedio de Orson Peter
Carrara, por la señora Maria Dirce Antunes Jacintho, que
fue compañera y esposa de Roque Jacintho, notable
escritor que, infelizmente, las nuevas generaciones poco
conocen.
Autor del primer libro espírita infantil publicado en el
mundo, Roque Jacintho nos legó una obra extensa en que,
además de los temas vueltos para el público
infantojuvenil, trató de los más variados asuntos. Al
todo, como dice Maria Dirce, fueron 130 los libros de su
labra publicados.
Sus obras vueltas para el público infantil tuvieron
enorme suceso. Varias generaciones de niños aprendieron
las primeras lecciones de Espiritismo leyendo sus
libros, entre los cuales el realce inevitable es El
Lobo Malo Reencarnado, primer libro espírita
infantil que surgió en nuestro orbe. El libro figura en
el catálogo de la editora Luz en el Hogar, por él
fundada.
Roque Jacintho tenía un buen humor notable y sus
conferencias revelaban ese aspecto de su persona. Sin
embargo, curiosa e inexplicablemente, su obra vuelta
para los niños empezó a sufrir restricción,
especialmente a partir del final de la década de 1980,
restricción ésa comulgada especialmente por las personas
que actuaban en las actividades de educación espírita de
niños, que en el medio espírita es generalmente llamada
de evangelización infantil.
Una de las criticas – por increíble que parezca – era
unida al hecho de que animales no hablan!
Se olvidaron tales críticos de avisar, cuanto a eso,
autores conocidos como Monteiro Lobato y Walt Disney. Al
final, Emilia era una simple muñeca y Pato Donald no más
que un ave…
En lo que se refiere a su obra pionera – sobre el lobo
malo que se regeneró a lo largo del proceso
reencarnatorio -, la crítica era aún más tonta, una vez
que no sería así, en la visión de aquellas personas, el
proceso evolutivo, como si supiésemos exactamente como
se da el recorrido del alma de un animal hasta que
llegue a la condición de los animales superiores y, por
fin, a la especie humana.
Roque Jacintho respondía con naturalidad a esas
críticas, pero, con certeza, alguna tristeza debería
acometerlo delante de la mala voluntad de aquellos que,
no logrando hacer cosa mejor, tienen placer en depreciar
el trabajo ajeno.
La entrevista con su querida compañera merece ser leída
y compartida por todos aquellos que saben reconocer el
valor de un alma noble que orientó su vida en el
servicio de la iluminación de las criaturas humanas, a
empezar, como sugiere el Espiritismo, de los más
jóvenes, que son nuestros niños.
Traducción:
Elza Ferreira Navarro
mr.navarro@uol.com.br