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Las vivencias de nuestro entrevistado
proporcionan una mirada diferente |
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Luiz Fuchs (foto), natural de la capital de São
Paulo, donde reside, es espírita de nacimiento.
Formado en Historia y auditor jubilado de la Receita
Federal (Oficina Federal de Tributación), está vinculado
al Grupo Espírita Batuíra. Conferencista con contenidos
relevantes en la divulgación espírita, lo entrevistamos
con satisfacción sobre varios aspectos históricos de la
presencia del Espiritismo en nuestra sociedad, como el
lector verá en la siguiente entrevista.
De su visión de la codificación espírita, ¿qué le llama
más la atención?
Esa pregunta nos permitiría una enorme posibilidad de
respuestas. Eligiendo una, mi atención se dirige hacia
el hecho que el Espiritismo es considerado el delta de
las tradiciones del pensamiento. El Espiritismo es la
síntesis cultural producida en nuestro tiempo: recoge
las conquistas positivas de la cultura humana, en su
delineamiento histórico, configurándose en el delta
descrito por Herculano Pires. La doctrina espírita se
constituye en una nueva cosmovisión para los tiempos
nuevos, dando albergue y preservando las elaboraciones
positivas de la tradición filosófica. Heredera de la
genialidad de Sócrates y Platón, con la característica
de “consolador prometido”, se inserta en el plano mayor
de las revelaciones superiores, que nos permitirán
adentrar en la madurez de los actuales conocimientos
espirituales.
En el proceso de la comunicación impresa, verbal o
virtual, para la divulgación espírita, a su modo de ver,
¿que está aún muy deficiente para alcanzar sus
objetivos para la comunicación de masas?
Tan pronto publicó El Libro de los Espíritus,
Kardec nos ofreció La Revista Espírita y la Sociedad
Parisiense de Estudios Espíritas, proyectos relevantes,
de los cuales podemos captar enseñanzas valiosas para
reflexionar sobre cómo hacemos la comunicación a partir
de nuestra doctrina y como constituir nuestras
instituciones. Observo, naturalmente, lo que es
específico en nuestro momento histórico. Tengo la fuerte
impresión de que profundizar estas reflexiones, en
diálogo con la academia y otras instancias del
conocimiento, nos permitiría abordar de una manera
enriquecida, nuestras tareas de organización de nuestro
movimiento y, específicamente, de nuestra comunicación.
En cuanto a las relaciones personales, ¿cuál ha sido el
obstáculo más grande?
Dificultades en las relaciones personales existen en
cualquier lugar. Y, además, está en nuestra naturaleza.
¿Estas dificultades existen en los ambientes espíritas?
Pues claro que sí. Pero evidentemente, menos intensas y
mucho menos frecuentes. Pero, aun así, es posible que
deseemos e imaginemos mejoras. ¿El gran obstáculo? En mi
evaluación, residuos, y a veces no tantos residuos, de
personalismo y algo de vanidad, que desgastan la
posibilidad de relaciones más provechosas, en varios
sentidos posibles. ¿La solución? El tiempo, al cual
nosotros mismos nos sometemos.
¿Cómo encarar la historia del movimiento espírita en
Brasil, desde los inicios y considerando las
dificultades y conquistas de la actualidad?
El enraizamiento de la Buena Nueva en el suelo terreno
presentó las dificultades inherentes a nuestra muy
humana humanidad. Con nosotros no ha sido
diferente. En la construcción de nuestro movimiento se
ha presentado mucha cizaña con pretensiones
doctrinarias, y necesitamos aprender a lidiar con eso.
Ese es un tema más importante que “aburrido”, como mucha
gente dice. Y no es nada irrelevante. Por otro lado,
nuestro movimiento nos tiene reservadas muchas
sorpresas, dignas de nuestras causas. Dignas de la
“osadía de los
buenos”, citando la notable expresión de Kardec. En una
visión panorámica, es así como lo veo.
En los análisis doctrinarios para el gran público,
especialmente en conferencias y seminarios, ¿qué debe
priorizar el expositor?
Pienso que nuestras conferencias y seminarios deben
tratar de establecer un diálogo con la cultura
contemporánea. Es cierto que tenemos mucho que ofrecer
al mundo cultural de nuestros días. Y es cierto que
necesitamos reconocer la contribución disponible, de
manera crítica, para propiciar la profundización de los
contenidos doctrinarios. Nuestras conferencias y
nuestros seminarios se volverían más ricos y
consistentes, al mismo tiempo conectados con el
dinamismo de los días que pasan.
En cuanto al perfil del público, ¿qué se nota más: un
interés o una indiferencia por los estudios y análisis
doctrinarios? En cualquiera de los dos casos ¿por qué?
La sociedad está compuesta por variados matices y
niveles de interés en relación a los temas de
aprendizaje y de participación cultural. Debemos
reconocer que en nuestro medio no es diferente. Sin
embargo, la Doctrina Espírita tiene en sí misma una
contribución que impresiona y nos invita a involucrarnos
con ella. Le corresponde a nuestras instituciones
reconocer ese hecho y ofrecer un repertorio y una
metodología adecuados que atiendan la diversidad de la
demanda. Hay públicos diferentes, con ansiedades
diferentes, que necesitan en algunos momentos ser
atendidos en sus especificidades. A veces pienso que
buena parte del desinterés proviene de esa problemática.
¿Difícil solución? Puede ser, pero podemos comenzar a
pensar sobre el tema.
¿Cómo mejorar el proceso de comunicación con el gran
público, independientemente de la modalidad utilizada?
Este es un tema fundamental. Tan importante que de ser
motivo de estudios especializados. Si hablamos sobre
internet, hay una vasta producción de conocimiento
pertinente. Si hablamos de comunicación en nuestras
casas, donde también hay comunicación con el gran
público, igual. Felizmente hay en nuestro medio,
instituciones especializadas como la ADE y la Asociación
de Pedagogía. Hay además mucha contribución académica,
incluso elaborada bajo el referente espírita. Nuestra
respuesta pasa necesariamente por una propuesta: que
nuestras instituciones, nuestras federaciones y los
núcleos especializados dialoguen y se aproximen para
buscar las respuestas que necesitamos.
De sus recuerdos en su actuación en el movimiento
espírita, destaque algo significativo que le gustaría
relatar.
En 1982, ocurrió en la ciudad de São Paulo una COMJESP
(Confraternización de las Juventudes Espiritas del
Estado de São Paulo), tradicional evento de nuestro
movimiento espirita estatal.
Mil jóvenes espíritas de todo nuestro Estado se
reunieron en la capital paulista. Fue un encuentro muy
rico doctrinariamente
y muy importante en el intercambio de ideas y el
fortalecimiento de los lazos entre los espíritas jóvenes
participantes. Participé en la coordinación de Doctrina
de aquella COMJESP que fue muy significativa para mí.
Conocí en ese encuentro a Eliana Rizzini (compañera en
la coordinación del evento), una persona muy especial,
mi esposa. Un evento que destaco, con justificación,
entre los más significativos…
¿Algo más que le gustaría añadir?
Herculano Pires inicia su libro “El Centro Espírita” con
una declaración estruendosa: “Si los espíritas supieran
lo que es el centro Espírita, cuál es realmente su
función y su significado, el Espiritismo sería hoy el
más importante movimiento cultural y espiritual de la
Tierra”. Vivimos un período muy especial de nuestra
historia. Especial, inclusive en la perspectiva de las
realizaciones del Espíritu. Necesitamos, de este lado,
de mucha madurez y sabiduría, pues del otro lado, verán
apoyo, comprensión y auxilio para la travesía.
Sus palabras finales.
Palabras de agradecimiento, en mi nombre y en el nombre
del movimiento espírita, a quienes nos proporcionan
espacios como éste, que abre el diálogo, que acerca a
las personas en el saludable intercambio de experiencias
e ideas, construyendo relaciones fraternas. Todo esto es
fundamental para que, con los cuidados y la audacia
necesarios, construyamos en el tiempo, y paso a paso,
nuestro deseado Mundo de Regeneración. ¡Mundo de
sabiduría, de confluencia de la ciencia y el amor!