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A más fuerte espiritualidad, mejor calidad de
vida |
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La médico psiquiatra francesa Olfa Hélène Mandhouj
(foto) se dedica a las investigaciones que versan
sobre religión y espiritualidad y cómo estos factores
pueden influenciar en las actitudes y creencias que las
personas tienen en relación a la calidad de vida.
También analiza cómo esta puede ser un medio para lidiar
con los problemas de salud mental y cómo puede mejorar
el sentido de pertenencia social e integración de los
pacientes con diversos grados de problemas psicológicos
o psiquiátricos.
Durante el congreso médico-espírita realizado en el
pasado junio, ella vino al Brasil a presentar cómo la
religión puede ser parte del modelo que explica las
experiencias de vida de las personas, mejorando la
relación con los profesionales de la salud y aumentando
la confianza al acceso a los servicios de salud mental.
Ella señaló que las creencias y valores espirituales son
parte de los antecedentes culturales del paciente y su
consideración en la salud mental puede ayudar a
perseguir el objetivo importante de ofrecer estrategias
de prevención / intervención con resultados claros y
precisos, con énfasis en una mejor calidad de vida.
Olfa Hélène nos concedió en esta ocasión la siguiente
entrevista:
¿Cómo se da el vínculo entre espiritualidad y la calidad
de vida?
En la literatura hay relatos en que la espiritualidad y
la religiosidad mejoran la calidad de vida de los
individuos. Esto ha sido ampliamente demostrado por
diversos estudios científicos en diferentes países. La
inversión en actividades puede involucrar
comportamientos y actitudes que aumentan la satisfacción
y el bienestar a través de varios mecanismos:
- El estado civil: varios estudios han demostrado que
las personas religiosas se divorcian o separan menos que
las personas no religiosas y tienden a tener una familia
estable.
- Salud: las personas religiosas consumen menos alcohol
y drogas y tienen menos problemas de hipertensión
arterial, enfermedades cardíacas, cáncer y una vida útil
más larga. Una mejor salud física implica mejor
bienestar y mejor salud mental.
- El apoyo social: quien sigue alguna actividad
vinculada a la religión tiende a ser menos sedentario,
hace más actividades voluntarias y es más activo en la
vida social y comunitaria. Varios estudios demuestran
que esta participación mejora el desarrollo social,
proporcionando satisfacción y bienestar, especialmente
en los ancianos.
- La esperanza y el optimismo: varias creencias
religiosas mejoran el optimismo y los pensamientos
positivos.
La gran mayoría de los estudios sobre la relación entre
la religión y el bienestar han demostrado una
correlación positiva entre la religiosidad, la inversión
en actividades vinculadas a la religión y la felicidad,
satisfacción con la vida y otras medidas del bienestar.
Bajo los auspicios de la Organización Mundial de la
Salud (OMS), la dimensión espiritual y religiosa es
sistemáticamente evaluada en la extensión de la calidad
de vida. Hay un grupo de investigación que desarrolló un
cuestionario que mide la espiritualidad, la religiosidad
y las creencias personales. Existen pocos estudios que
han usado esta evaluación, aunque nuestros resultados
muestran que las personas que tienen una fuerte
espiritualidad en general presentan una mejor calidad de
vida.
¿Cómo puede la religión influir en el tratamiento de los
trastornos mentales?
La Religión en sí no tiene una relación directa con la
salud mental. Pero su uso sí puede ser beneficioso o
perjudicial. A través de alguna forma de terapia, la
socialización religiosa puede llevar a remover algunos
comportamientos desviantes, siendo incluso un factor de
protección contra disturbios mentales. El mal uso puede
hasta desencadenar leves trastornos.
¿La espiritualidad está siendo estudiada en Francia?
Que yo sepa, los únicos estudios que existen en Francia
son míos, y están llenando un gran espacio en blanco. De
esta forma, estoy haciendo una exploración inicial de
este vasto tema que merece ser mejor analizado.
¿Cómo aplicar la espiritualidad en la práctica clínica?
Varios factores entran en juego a la hora de hacer este
enfoque. ¡Lo
que debe ser más considerado, siempre que sea posible,
es la petición del paciente que usted tiene delante
durante el tratamiento! Abordarlo en la medida exacta,
sin exageraciones o imposiciones.