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La gratitud como impulso de la madurez
espiritual |
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Mucho se habla de la gratitud hoy en día. Vemos el tema
en redes sociales, programas de televisión, conferencias
motivacionales, aunque poco se practica la expresión de
estar agradecido por algo. Este tema, que está cada vez
más presente en nuestro día a día, refleja una actitud
que cambia la vida de las personas, con relatos de
liberación de amarras que nos sujetan a viejos hábitos e
impulsan un positivismo que ayuda a superar algunas
dificultades cotidianas. Para hablar un poco más sobre
este factor que aumenta nuestro bienestar, el médico
cirujano Jean Rafael
Rodrigues (foto) nos habla sobre ese sentimiento
y cuánto puede propiciar de salud y espiritualidad de
nuestras vidas.
¿Qué es la gratitud?
La gratitud es un sentimiento, y su origen gramatical
deriva del latín que, en su significado literal, denota
gracia, o gratus, que puede ser traducido como
agradable, un sentimiento que no despierta obligaciones
o amarres.
Cuándo usted señala “gratitud real”, este sentimiento
¿puede ser superficial o también falso?
Según el gran orador romano Cicerón, “Ningún deber es
más importante que el de la gratitud”. Imagine que
usted está esperando recibir un regalo y todos los días
usted sueña con ganar un auto, usted ya se ve
manejándolo, reconoce el color, la textura de los
asientos, el kilometraje que alcanza. Entonces llega el
día esperado y le entregan una bicicleta, muy bonita
ciertamente, mientras tanto usted no percibe que su
rostro se vuelve rojo y sus manos tiemblan, pero delante
de quien le ofrece el regalo usted se disfraza y dice:
“muchas gracias”. Ahora perciba su estado íntimo, ¿qué
sentimiento le está abordando? ¿Será que tendría la
voluntad de decir: ¡estoy feliz! ¡Estaba esperando esto
hace tanto tiempo!? Ciertamente que no, y la gratitud en
ese momento está basada solo en la convención del deber,
de manera diferente de lo que estaba ocurriendo con sus
emociones. Es un estado de conflicto que genera
perturbación y dolor. Ya la venerada Joanna de Angelis
nos convoca a reflexionar que todo aquél que es
agradecido, que comprende el significado de la gratitud
real, goza de salud física, emocional y psíquica porque
siente la alegría de vivir, comparte todas las cosas, es
miembro activo de la organización social, es creativo y
dichoso. Al mirar al sol, la luna, el mar y a la
naturaleza, podemos agradecer o no, y sin embargo todo
permanecerá reluciendo la fuerza del Creador a un estado
de amparo infinito, esperando solo la hora de
conectarnos con esas bellezas, creadas para
fortalecernos e impulsarnos a la madurez espiritual. En
ese estado de gracia estaremos bebiendo de la fuente en
plena armonía de nuestros sentimientos y en la verdadera
función de gratitud, que es la conexión entre criatura y
creador.
¿Cómo medir sus beneficios para la salud física,
emocional y psíquica?
Muchas investigaciones sobre la gratitud vienen siendo
desarrolladas, pero vale resaltar lo que El Evangelio
según el Espiritismo nos recomienda ya hace mucho
tiempo una metodología para utilizar. Vea lo que nos
dice: “Si diariamente anotásemos los beneficios que
recibimos, sin pedir, muchas veces nos quedaríamos
sorprendidos de haber recibido tantas cosas que
olvidamos, y nos sentiríamos humillados por nuestra
ingratitud”. Cada noche, elevando nuestra alma a
Dios, debemos recordar íntimamente los favores que Él
nos concedió durante el día, y agradecerlos. Y, sobre
todo, en el momento en que experimentamos los beneficios
de su bondad y de su protección, debemos espontáneamente
testimoniarle nuestra gratitud.
Si entráramos en una base de datos de investigación como
Pubmed y colocáramos la descripción gratitude (gratitud),
encontraremos en la consulta que desde marzo de este
año, 916 artículos con referencia a ese tema, y la forma
metodológica más común en las investigaciones es
utilizar un diario de gratitud como nos orienta el
Evangelio. En cuando a los investigadores, ellos están
distribuidos en varias áreas: psicología, medicina,
administración, entre otros. Los resultados evidencian
mejoras que van desde el bienestar general, calidad de
vida, relaciones sociales más armoniosas y hasta el
éxito profesional. Otros demuestran que hay una mejora
en el enfrentamiento de enfermedades crónicas después
de esos ejercicios, cuando son comparados con grupos que
no realizan el ejercicio de la gratitud. Muestran
también la disminución de marcadores inflamatorios
después del diario de la gratitud y estudios de
neuroimagen resaltan que el estímulo de la gratitud
trabaja en el área del córtex prefrontal, que está
asociada con un mejor control emocional y una mayor
claridad en la toma de decisiones. Esa área se relaciona
con el parasimpático, creando un mayor equilibrio para
las respuestas provocadas por el stress. Por lo tanto,
el Evangelio nos invita a esa práctica diaria que solo
nos hará bien.
Los beneficios de la gratitud, ¿son aplicables a todas
las edades?
¡Ciertamente! Pienso que desde la infancia podemos
desarrollar en nuestras actividades, ejercicios que
estimulen la gratitud, pues en esa faja de edad se
estimula la socialización y uno de los beneficios que ya
está comprobado científicamente es la mejora de las
relaciones sociales. En los adultos jóvenes, ayuda en el
control de la ansiedad, de la depresión y del pánico.
Además, cuando es aplicada en el mercado de trabajo,
está asociada a una carrera con mejor índice de éxito
profesional. En la tercera edad, período en que
prevalecen muchas enfermedades crónicas, puede ser una
ayuda muy grande, pues el número de medicinas diarias es
elevado, lo que lleva a los pacientes a tener muchos
efectos colaterales al tratar de controlar esas
patologías. Además de ser una aliada en el control del
dolor, puede mejorar la resiliencia, es una potente arma
interna para la superación de esos momentos adversos.
Entonces, independientemente de la edad, sería
importante el estímulo al desarrollo de ese sentimiento
de manera plena y consciente.
¿Como estimular actitudes de gratitud?
De manera sencilla, al despertar, debemos tomar un
cuaderno para comenzar a agradecer. Al principio
tendremos resistencias y comenzaremos con pocas líneas,
sin embargo, en poco tiempo estaremos agradeciendo en
varias hojas. Cuando estemos más familiarizados con el
ejercicio comenzaremos también hacerlo en la noche antes
de dormir. Los estudios señalan que después de cuatro
semanas ya experimentamos los beneficios.
¿Qué otras revelaciones le gustaría dejarnos sobre la
gratitud como generadora de la salud?
Desde temprano tuve motivos para agradecer, estudié en
la infancia en una escuela que pertenecía a mi madrina,
pues mis padres no tenían condiciones para pagar.
Después en la secundaria recibí una beca en la escuela
donde mi padre trabajaba, lo que me permitió concluir
mis estudios. Para hacer la preparación pre
universitaria tuve la ayuda de los amigos, ya que el
curso de medicina sólo existía en la capital y no tenía
donde vivir. Con la ayuda de la familia, principalmente
de mis padres, fui realizando el sueño de ser médico, y
una cosa aprendí en medio de muchas adversidades: la
gratitud siempre fue y será una fiel compañera, porque
cuando pensaba en desistir, ella me estimulaba a
continuar y a través de ella tomé conciencia de que todo
pasa y que quedan las lecciones que tallan el espíritu
en dirección a lo Alto. Hoy tengo una vez más la
oportunidad de agradecer a alguien que no conocí en
vida, pero que dejó un legado que me propongo presentar
a través del programa AME en la casa espírita, por el
que recorremos las instituciones espíritas de nuestra
región llevando el paradigma espiritual, como fueron
fundadas las AME y el MEDNESP.