Especial

por Eurípedes Kühl

La Medicina

Parte 1 - Medicina terrena

 

No hay dudas: en los primeros seres humanos en el planeta, sus necesidades básicas se restringían a dos, primordiales, alimentación y supervivencia. La primera, atendida por la Naturaleza (frutos) y utilización de animales (leche, básicamente), además de la ingesta de carnes de estos; la segunda: no bastaron heridas cuando la defensa contra predadores — sino la muerte —, se lastimaban en las rudas luchas, de lo que resultaban infecciones, progresando para variadas enfermedades, diezmándolos, también por muerte, después de tiempos de sufrimientos atroces y dolores. Expectativa de vida, relativamente a la actual: bajísima.

Limpieza de las heridas con agua, a la temperatura natural o calentada, con aplicación de unguentos y pociones de hierbas, o grasas animales sobre las heridas, tal vez hayan sido, milenios solapados, las únicas alternativas físicas de tratamiento, este evolucionando para sacrificios y oraciones “a los dioses de los cielos”...

Estiman los historiadores que, entre la más antigua señal de fuego y un simple palito de fósforo, hábil, hay una historia de por lo menos 350 mil años. Desde siempre rayos y volcanes proporcionaron al hombre pre-histórico el miedo de inicio, pero inmediatamente providencial utilización del fuego, generando luz y calor, defensa contra animales y, mucho tiempo después, empleo como cauterización de heridas, salvando algunas víctimas...

Después de un fantástico salto en el tiempo, tenemos registros históricos de que la cauterización ya era realizada oficialmente desde los tiempos del cognominado “padre de la medicina”: Hipócrates (460 a.C. – 377 a.C.), legendariamente descendiente de Asclépio – dios griego de la medicina.

La contribución de Hipócrates – Estudioso de la anatomia humana, considerado el mayor médico de la antigüedad, Hipócrates dejó varias obras en su doctrina que abordaban la medicina como ciencia natural y experimental, separándola de la filosofía, quitándola del camino de la especulación abstracta para colocarla en la trilla del estudio racional, recurriendo a la razón en la evaluación de los datos extraídos de las múltiples experiencias que realizaba.

Al tiempo de Hipócrates la cauterización era aplicada por los médicos para frenar la pérdida de sangre y evitar el surgimiento de infecciones, tras los más diversos procedimientos quirurgicos, como amputaciones y extracciónes de tumores, por ejemplo. Ocurre que, a pesar de parar los sangrados, al contrario de que lo  antiguos pensaban, la medicina moderna descubrió que las cauterizaciones, en  realidad, aumentan enormemente los riesgos de que los pacientes contraían infecciones – ancestral fantasma predador, letal casi siempre...

El siglo II d.J.C. encontramos a Cláudio Galeno (131-201), proeminente médico griego, probablemente el más talentoso médico investigador del periodo romano; precursor de la práctica de la disecación de animales, sus experiencias condujeron los importantes descubrimientos en anatomia, particularmente sobre los sistemas nervioso y cardíaco. Punto máximo de la medicina griega clásica, sin embargo, su fisiologia y patologia, versando sobre las causas de las enfermedades, retardaron por mucho tiempo la evolución científica de la medicina. Pero, de alguna forma, sus teorías dominaron e influenciaron la ciencia médica por cerca de mil años.Parte superior do formulário.

Antes de eso, con la caída del Imperio Romano en el Occidente, el año 476, entre varias personas se propagó incredulidad en relación a la medicina, incapaz de vencer varias epidemias catastróficas.

Los métodos usados en la Edad Media – El temor de la muerte, con la búsqueda de la salvación en lo sobrenatural, echó a la medicina en la mano de astrólogos y alquimistas, vulnerable a charlatanes y embusteros.

En la Edad Media (periodo de la historia de Europa entre los siglos V y XV) se encontraban los médicos examinando la orina y el horóscopo del paciente, administrándole, de modo general, sangria y purgantes. Sus métodos caracterizaron la decadencia de la medicina.

El siglo XIV la humanidad vivió la devastadora pandemia denominada “Peste negra” (o “Muerte negra”, o aún “Peste bubónica”) que redujo la población mundial en proporciones sobrecogedoras: se estima que la bactéria de la enfermedad resultó en la muerte de 75 a 200 millones de personas en Eurasia (supercontinente formado por Europa y Asia, separados por los Montes Urales); en el continente europeo, se estima que hubiese matado por lo menos a un tercio de la población en general.

Más que la “peste negra”, la viruela (también conocida como “bejiga”), flagelo desde los tiempos remotos, habría matado a cerca de trescientos millones de personas a lo largo de los siglos. Cuando en 1517 la expedición de Cortez desembarcó en México, con uno de los componentes com viruela, la enfermedad arrasó y cerca de três millones y médios de indígenas murieron.

Durante la ocupación española en América, casi la mitad de la población nativa fue exterminada por la viruela; en Brasil, en 1563, dejó viva sólo la cuarta parte de la población: en la región rural brasileña era llamada “peste”.

Jenner y la viruela de la vaca – La vacuna: ¡muy importante descubrimiento! Las vacas... humildes animales, de los más útiles al hombre, representaron importante papel en la medicina, cuando Edward Jenner (1749-1823), médico rural inglés, oyó la historia de la “viruela de la vaca” y se dispuso a estudiarla. Atendiendo un caso y probando la capacidad de inmunización del método, es decir, cuando la viruela se presentaba en las ubres de la vaca, en pequeñas erupciones, se transmitía para los ordeñadores. ¡En ellos aparecían entonces las mismas heridas en las manos y esas personas resistían a las epidemias! Linfa extraída de la herida de la mano de uno de esos infectados fue inyectada en una persona sana, que diez días después de sentir dolores en las axilas, escalofrios, lo pasó mal, pero al día siguiente se restableció. A partir de ahí los métodos fueron perfeccionados. Y de ahí surgiría la vacuna, término originario del latín vaccinus, de vacca (vaca).

Paso muy importante en la medicina fue dado cuando Louis Pasteur (1822-1895), en 1879, descubrió el principio de la vacuna preventiva por inoculación de micróbios de viruela atenuada. El punto alto de su vida fue cuando consiguió obtener una vacuna que pudo ser aplicada en el hombre después de una mordedura por un animal rabioso. La oportunidad para probarla surgió en 1885 cuando un niño de 9 años fue traído por su padre al laboratorio de Pasteur. Fue mordido por un perro rabioso tres días antes y ahora tenía la vida por los pelos. En base a eso, Pasteur no dudó en aplicarle su vacuna. ¡El éxito fue absoluto: el niño no adquirió la enfermedad!

Los avances de la medicina – Podría citar aún otros significativos avances de la medicina, gracias a bendecidos investigadores, de entre ellos Hans Janssen y su hijo Zacharias, y al microscópio (1590). Hahnemann y la homeopatia (1789); Theodor Schwann, que lanzó en 1839 las bases de la teoría celular, que evolucionaron para las actuales investigaciones con las células-tronco; Thomas Green Morton y la anestesia (1846); Roentgen y el Rayo X (1895); Mendel y la hereditariedad (1900), Hevesy y la medicina nuclear (1923); Flemming y la penicilina (1928); Crick y el ADN (1953); Louise Brown, el primer ser humano fruto de una reproducción in vitro (1978); los EE.UU. y el “Proyecto Genoma” (1990-1995).

Particularizo apenas dos recientes y fantásticos hechos de la Medicina:

-  el primero, de la biogenética1, reciente: en agosto/2017 investigadores de la Universidad de Oregon, en los Estados Unidos, realizaron el hecho histórico de eliminar en embriones la mutación genética causante de la cardiomiopatia hipertrófica, enfermedad hereditária que alcanza una de cada quinientas personas. La técnica, dentro de algunas décadas, podrá ser aplicada en el combate definitivo de más de 10.000 enfermedades por mutaciones heredadas, de entre ellas, enfermedades como Huntington, Alzheimer y fibrosis quística.

El hecho es discutible del punto de vista legal: hay quince países europeos que prohíben cualquier intento de cambiar la línea germinal humana...

- el segundo, una revolución contra el cáncer: remedio para la leucemia linfoide aguda (el tipo más común en niños y adolescentes), con reprogramación genéticamente de las células de cada paciente con cáncer; en el futuro, los especialistas esperan que esa terapia celular podrá ser aplicada en otros tumores.

La nueva terapia fue aprobada por la rigurosa agencia americana FDA (Food and Drug Administration, que significa “Administración de Comidas y Medicamentos”)2.

Son tantos los benefactores, conocidos y anónimos, que sólo puedo rogar a Dios, el Supemo Creador, que bendiga a todos. Que ellos reciban la gratitud de toda la humanidad, ya que dificilmente será encontrado alguien que no se haya beneficiado en alguna parte de los dedicados años de dedicación e investigaciones de todos ellos.

En Brasil, por ejemplo, actualmente (2017) la expectativa de vida es de 75,5 años de vida, según datos del IBGE, de 1º de diciembre de 2016. Y está siendo alargada...

Tantos beneficios a favor de la Humanidad no aportaran en la Tierra aleatoriamente. Obviamente, tal ocurrió, ocurre y ocurrirá siempre, gracias al Maestro Jesús, ciertamente por delegación Divina.

(A segunda parte deste artigo será publicada na próxima semana.)

 


[1] In revista VEJA nº 2542, de 09/agosto/2017 – A Edição da Vida - pp. 76 a 81.

[2] In revista VEJA nº 2546, de 06/setembro/2017 – Revolução contra o câncer – pp. 64 a 70.

 

Traducción:

Isabel Porras - isabelporras1@gmail.com

 

     
     

O Consolador
 Revista Semanal de Divulgação Espírita