Entrevista

por Orson Peter Carrara

La experiencia de una joven presidenta

Érica Maria Lima Rodrigues (foto), natural de São Paulo-SP y residente de Sumaré-SP, espírita desde los 8 años de edad, está formada en Comunicación Social, con especialización en publicidad y propaganda, por la Unisal, de Americana/SP. Vinculada al Centro Espírita Cristão Amor e Luz (CECAL), en la ciudad en donde reside, es su actual presidenta, con mandato hasta diciembre del 2019.

Érica nos concedió la siguiente entrevista.

Háblenos sobre su vivencia con el Espiritismo desde la infancia

Llegué al CECAL a los ocho años de edad; mi madre y yo fuimos a conocer la casa por invitación de una colega del trabajo de ella. En esa época yo frecuentaba el catecismo. Mi madre me preguntó dónde me gustaría continuar asistiendo y yo escogí la evangelización infantil del CECAL. Pasé por el grupo de jóvenes, después por los grupos de estudios para adultos y vengo desempeñando varias actividades en la casa desde entonces. Ya fui secretaria de la directiva, hago exposiciones y las demás actividades que surgen.

En un viaje interior y cronológico hacia dentro de sí misma, ¿cómo siente los efectos de esa vivencia anterior en el actual estadio de su existencia?

Cuando escogí continuar con la asistencia a la evangelización, puedo mirar hacia atrás y ver que la escuela era algo que ya traía conmigo de una existencia anterior. Lo que siento y percibo en el momento actual es que es natural ir pasando por esos “estadios”, tanto en las funciones desarrolladas en el centro, como en mi madurez en las relaciones interpersonales. Eso solo suma, es todo un aprendizaje.

Con los contenidos recogidos en el tiempo, ¿cómo percibe el trabajo y la actuación de la institución actualmente?

En relación al tiempo que tengo de vivencia dentro de la Casa, lo que no es poco, en esos 30 años en que estoy, ha habido un gran cambio a lo largo de estas décadas. Cuando fue posible, incorporamos nuevos recursos, buscando dinamizar los estudios en la Casa; por ejemplo, actualmente los lunes, después del estudio de la doctrina, hay trabajo mediúmnico y trabajo con música, es decir, cantamos para dar apoyo al trabajo. Lo que es nuevo genera cierto miedo y después va fluyendo naturalmente.

¿Qué le llama más la atención de la Doctrina Espírita?

Son muchas las posibilidades de contar lo que me llama la atención en la doctrina, pero el punto principal a mi manera de ver es que tenemos la posibilidad de aprender, a través de las reencarnaciones, ¡gracias a la misericordia del Creador!

¿Y en cuanto a las actividades del Centro Espírita?

Ahora, dentro de la Casa, lo que más me llama la atención es nuestro enfoque en los estudios, tanto que nuestro “compromiso” mayor con la doctrina es la divulgación, el esclarecimiento de la doctrina. Somos vistos por los compañeros de otras Casas de la ciudad como “el Centro en que se estudia bastante”, y realmente ese es nuestro mayor objetivo.

¿Cómo siente al público que frecuenta la institución?

Al principio, los frecuentadores llegan por curiosidad y buscan “milagros” para sus cuestionamientos, pero a medida que van siendo asistidos en la “atención fraterna” van siendo orientados  y estimulados a buscar los estudios en la Casa; y cuando hay esa búsqueda van entendiendo las propuestas de la doctrina.

Siendo aún tan joven, ¿cuál es su perspectiva y visión de la Doctrina y del Movimiento, frente al futuro?

Como en todos los otros caminos que procuramos recorrer en la vida, todos los cambios son graduales. Aun siendo joven, pienso que cada vez más que la doctrina llena una “laguna” en los corazones afligidos, sedientos de respuestas, de aprecio. La doctrina cada vez gana más adeptos y las personas ya no ven al Espiritismo como algo que temer, desconocido. Hoy decimos que somos espíritas con más naturalidad  que hace 20 ó 25 años atrás. Veo siempre un crecimiento en el movimiento espírita.

De sus recuerdos, ¿cuál surge como más significativo?

Es muy curioso, pero lo que me marcó mucho y es un recuerdo de la adolescencia, cuando era común y pienso que aún lo son, las llamadas “juegos de la ouija”. Fui invitada a participar, ya era espírita, por ello no participé por saber las consecuencias. Había acabado de leer Copos que andam (Vasos que caminan). Imaginen mi razonamiento en esa época: “Ustedes no saben con qué están jugando”.

¿Algo más que le gustaría añadir?

Como la vida es movimiento, todo se transforma, hoy podemos desarrollar una determinada función en el centro, mañana otra, pero todo es aprendizaje, todo suma. Estoy agradecida por todas las oportunidades que han surgido; he aprendido mucho, principalmente en la función actual. Que sepamos apreciar los caminos a recorrer, porque todo pasa muy rápido.

Sus palabras finales.

Que estemos receptivos a las tareas que nos ofrecen, porque si el trabajador es invitado a desempeñar una función, con seguridad, estamos listos para el trabajo. ¡Coraje para todos nosotros! ¡Que el Maestro Jesús sea nuestro mayor ejemplo siempre!

 

Traducción:
Ricardo Morante - rmorante3@yahoo.com

 

 

     
     

O Consolador
 Revista Semanal de Divulgação Espírita