La Revista Espírita de 1862
Parte 5
Continuamos
el
estudio de la
Revue Spirite
correspondiente
al año 1862. El
texto condensado
del volumen
citado será
presentado aquí
en 16 partes,
tomando como
base la
traducción de
Júlio Abreu
Filho publicada
por EDICEL.
Preguntas para
el
debate
A. ¿A quién confiará Dios los puestos más difíciles en
la gran obra de la regeneración a través del
Espiritismo?
B. ¿Cómo ven los Espíritus superiores nuestro apego a
las cosas terrenales?
C. ¿Quiere Dios que vivamos en privaciones?
Texto para la lectura
47. Enviada desde La Haya por el Barón de Kock, la
Revue publica un mensaje recibido allí, en el que el
autor espiritual afirma que la reencarnación es una
verdad irrefutable y la vida humana, una escuela de
perfección espiritual.
(PP. 82 a 85)
48. El mundo progresó bastante en el aspecto material y
en las ciencias – dice el mensaje – pero, desde el punto
de vista moral, está aún muy atrasado. Al desconocer la
ley de Dios, los hombres ya no escuchan la voz de
Cristo. He ahí por qué Dios les da, como último recurso,
la comunicación directa con los Espíritus y la enseñanza
de la reencarnación.
(P. 86)
49. El Espíritu de Nicolas Poussin (1594-1665) dice por
medio del médium A. Didier que la pintura es un arte que
tiene como objetivo retratar las escenas terrestres más
bellas y elevadas. Poussin afirma que, cuando estuvo en
la Tierra, rara vez vio una obra maestra que no
combinase el más elevado idealismo con el más perfecto
realismo. (PP. 86 y 87)
50. Hablando sobre los obreros del Señor, afirma el
Espíritu de Verdad que son felices los que hayan
trabajado en el campo del Señor con desinterés y sin
otro motivo que la caridad, porque sus días de trabajo
serán pagados al céntuplo de lo que hubieran esperado. Y
afirma que Dios va a confiar a los que no retrocedan
ante su tarea los puestos más difíciles en la gran obra
de la regeneración a través del Espiritismo. (PP. 88 y
89)
51. Lacordaire dice que su alma experimenta un amargo
sufrimiento, cuando ve en las personas tanto apego a las
cosas terrenales. Dirigiéndose a los espíritas de París,
aconseja: “Id al frente de vuestros hermanos que sufren,
dad al pobre el óbolo del día, enjugad las lágrimas de
la viuda y del huérfano con palabras dulces y
consoladoras. Levantad el ánimo abatido del anciano
doblado por el peso de los años…” “Por todas partes, a
vuestro paso, prodigad el amor y el consuelo.”
(PP. 89 y 90)
52. San Agustín recomienda: “Sembrad, sembrad, y un día
cosecharéis con abundancia”. Y dice que la viña
espléndida que debe elevarse hacia Dios es el
Espiritismo, que debemos mantener y propagar, cortando
sus brotes y plantándolos en otro campo para que
produzcan nuevas viñas y otros brotes en todos los
países del mundo.
(P. 91)
53. Dios no pide, dice San Agustín, que vivamos en
privaciones y austeridades, ni que nos cubramos con el
silicio: solo quiere que vivamos conforme a la caridad y
el corazón. (P. 91)
54. ¿Debemos arriesgar nuestra vida para salvar a un
malhechor? Lamennais dice que sí y afirma que,
haciéndolo, tal vez lo liberemos también, por su
arrepentimiento, del mundo de crímenes en el que vivía.
(PP. 92 y 93)
55. Elisabeth de Francia, hermana de Luis XVI,
decapitada el 10/5/1794, dio en el Havre una
comunicación tratando sobre el mismo tema, en la cual
afirma que la verdadera caridad no consiste solo en la
limosna sino también en la benevolencia concedida
siempre y en todas las cosas a nuestro prójimo,
inclusive a los criminales. (P. 93)
56. Kardec diserta sobre las bases fundamentales de la
frenología, afirmando que los frenologistas se dividen
en materialistas y espiritualistas. Los primeros, no
admitiendo nada fuera de la materia, dice que el
pensamiento es un producto de la sustancia cerebral. Los
espiritualistas dicen que los órganos no son la causa de
las facultades, sino solo instrumentos de manifestación
de las facultades y que el pensamiento es un atributo
del alma y no del cerebro.
(PP. 95 a 98)
57. El Codificador analiza entonces, a la luz de la
preexistencia del alma y de la reencarnación, diversas
cuestiones que no logran tener explicación solo con la
tesis expuesta por las dos corrientes de frenologistas,
como por ejemplo la existencia en el mundo de sabios y
de salvajes, y la diversidad de temperamento e
inteligencia en niños de un mismo hogar. (PP. 98 a 99)
(Continúa en el
próximo número.)
Respuestas a las
preguntas
A. ¿A quién confiará Dios los puestos más difíciles en
la gran obra de la regeneración a través del
Espiritismo?
Según el mensaje firmado por el Espíritu de Verdad,
felices son los que hayan trabajado en el campo del
Señor con desinterés y sin otro motivo que la caridad,
porque sus días de trabajo serán pagados al céntuplo de
lo que hubieran esperado. A los que no retrocedan ante
su tarea Dios les confiará los puestos más difíciles en
la gran obra de la regeneración a través del
Espiritismo.
(Revue Spirite de 1862, pp. 88 y 89.)
B. ¿Cómo ven los Espíritus superiores nuestro apego a
las cosas terrenales?
Lacordaire dice que su alma experimenta un amargo
sufrimiento cuando ve en las personas tanto apego a las
cosas terrenales. Y aconseja: “Id al frente de vuestros
hermanos que sufren, dad al pobre el óbolo del día,
enjugad las lágrimas de la viuda y del huérfano con
palabras dulces y consoladoras. Levantad el ánimo
abatido del anciano doblado por el peso de los años…”
“Por todas partes, a vuestro paso, prodigad el amor y el
consuelo.”
(Obra citada, pp. 89 y 90.)
C. ¿Quiere Dios que vivamos en privaciones?
No. Dios no pide que vivamos en privaciones y
austeridades, ni que nos cubramos con el silicio: solo
quiere que vivamos conforme a la caridad y el corazón.
“Sembrad, sembrad, y un día cosecharéis con abundancia”,
dice San Agustín.
(Obra citada, pág. 91.)