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Suicidio es importante saber actuar para prevenir |
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En la última quincena de septiembre, el Ministerio de
Salud publicó el primer boletín epidemiológico de
intentos y defunciones por suicidio en Brasil y revela
que los servicios de asistencia psicosocial tienen un
papel fundamental en la prevención del suicidio. El
boletín señaló que en los lugares donde existen Centros
de Apoyo Psicosocial (CAPS) el riesgo de suicidio se
reduce hasta en un 14%.
El diagnóstico sin precedentes orientará a la expansión
y calificación de la atención de la salud mental en el
País. El Ministerio de Salud, basándose en los datos del
boletín, lanzó una agenda estratégica para lograr el
objetivo de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de
reducir el 10% de las muertes por suicidio hasta el
2020. Entre las acciones destacan la capacitación de
profesionales, la orientación a la población y los
periodistas, la ampliación de la red de atención de
salud mental en las áreas de mayor riesgo y el
seguimiento anual de los casos en el país y la creación
de un Plan Nacional de Prevención del Suicidio.
Norma Alves de Oliveira (foto), médico psiquiatra
y psicoanalista transpersonal, Máster en Ciencias de la
Salud de la Universidad Federal de Sergipe, Secretaria y
miembro del Departamento Científico de la Asociación
Médico-Espírita de Sergipe, Secretaria de la Asociación
Sergipe de Psiquiatría y autora del libro Psicoanálisis
Transpersonal y Terapia de Vivencias Pasadas, nos
trae más información sobre cómo identificar y actuar
correctamente para prevenir el suicidio.
¿Existe alguna estadística sobre las posibles razones
del suicidio? ¿Existen variaciones en cuanto al grupo de
edad, género o escolaridad?
Sí. Los aterradores datos estadísticos llevaron al
suicidio a ser considerado como una epidemia por la
Organización Mundial de la Salud (OMS). Un millón de
suicidios anualmente, uno cada 40 segundos, intentos de
10 a 20 veces más en relación a la mortalidad (un
intento cada 3 segundos). El suicidio se encuentra entre
las 10 principales causas de muerte en el mundo y entre
las tres primeras en el rango de edad de 15 a 34 años.
Es la tercera causa de mortalidad en los jóvenes, y
también señala un alto índice en los ancianos y aumenta
la prevalencia en los niños.
Los hombres atentan más contra sus vidas que las
mujeres. Algunos estudios muestran una proporción de 2 a
4 hombres por cada mujer. Con respecto a la escolaridad,
está vinculada a la cultura. En países como Japón, el
suicidio entre los estudiantes es muy alto debido al
nivel de exigencia de la cultura japonesa que considera
una deshonra familiar que el estudiante no tenga un buen
desempeño escolar. Son escasas las investigaciones que
evalúan la influencia de la escolarización en el riesgo
de suicidio.
¿De qué manera los trastornos mentales facilitan o
incluso estimulan la práctica del suicidio?
Este tema es muy relevante, ya que un estudio de la OMS
constató que el 97% de los suicidios tenían trastornos
mentales como depresión, drogadicción, esquizofrenia,
perturbaciones de conducta, trastornos de personalidad,
destacándose los trastornos del humor. Estos trastornos,
debido a las limitaciones que generan, dependiendo de la
gravedad, resultan, además de la depresión, en
sentimientos de desesperanza, desesperación y desamparo.
Algunos trastornos provocan suicidio por la
impulsividad, como los trastornos de personalidad borderline.
Otros por la falta de emoción en la vida, como los
desórdenes de la personalidad antisocial, por la
angustia y la desesperanza que se instala tras las
crisis en desórdenes como el trastorno afectivo bipolar
y las esquizofrenias. Varios factores asociados a los
trastornos psiquiátricos tales como las enfermedades
orgánicas crónicas, genéticas, gestacionales,
desestructuración familiar, envejecimiento sin apoyo
social, extremos económicos, residentes urbanos,
desempleados, jubilados, tergiversación religiosa y
valores culturales, entre otros, pueden ser decisivos
para los intentos y la consumación del suicidio.
¿Existe alguna forma eficaz de prevención?
Existen tratamientos basados en evidencias para la
prevención de los actos suicidas, aunque existen
controversias entre los investigadores. En pacientes con
trastornos psiquiátricos que tienen acceso a
diagnósticos y tratamientos adecuados, adhiriéndose a
tratamientos específicos correlacionados con los
trastornos diagnosticados, se puede evitar el suicidio.
Se han realizado pocos estudios empíricos para
determinar si el suicidio es un comportamiento evitable.
Las conclusiones se basan en experiencias clínicas de
los investigadores. Varios estudios prospectivos y
retrospectivos concluyen que los individuos con
trastornos psiquiátricos que son tratados se suicidan
menos que los portadores de trastornos y no son
tratados.
Las farmacoterapias presentan resultados prometedores en
pacientes con trastornos de humor tratados con litio y
pacientes con esquizofrenia tratados con clozapina. El
monitoreo intensivo y el manejo de casos en los que el
paciente es sometido a psicoterapia, intervención de
crisis, terapia familiar y farmacoterapia de acuerdo con
la evaluación clínica están relacionados con menores
tasas de suicidio. Los pacientes que intentaron
suicidarse y recibieron llamadas para el acompañamiento
de un psiquiatra después de un mes, intentan menos el
suicidio.
Los adolescentes que recibieron terapia de grupo
tendrían también menos probabilidad, en comparación con
los que recibieron el tratamiento habitual, de
enfrascarse en comportamientos autoagresivos
intencionales. Los estudios indican que las terapias
multisistémicas son significativamente más efectivas que
las hospitalizaciones para reducir los intentos de
suicidio.
¿Todo suicidio tiene algún componente espiritual
involucrado?
No podemos decir que todo suicidio tiene un componente
espiritual, aunque si consideramos que los trastornos
mentales son preponderantes en la alta prevalencia del
suicidio, porque los estudios muestran una tasa del 97%
de la presencia de trastornos mentales en los que
cometieron actos suicidas y los trastornos mentales a su
vez, en su mayoría, están asociados con perturbaciones
espirituales, la mayoría de los suicidios tienen
influencia espiritual.
Sin embargo, las investigaciones son necesarias para una
fundamentación científica. La experiencia clínica nos
muestra que en muchos casos el suicidio está asociado a
obsesiones espirituales, la mediumnidad no puesta al
servicio del Evangelio, vacío existencial y
desconocimiento de la vida más allá de la muerte.
¿Cómo puede un familiar identificar las señales de que
un pariente necesita ayuda?
Observar si, en actitudes y discursos, hay indicios de
desesperanza, depresión, desesperación y desamparo,
ambivalencia e impulsividad, rigidez y constricción. Con
los niños y los adolescentes, se debe estar atento a los
desórdenes de conducta que puedan indicar la actividad
de impulsos autoagresivos:
· Atención
al comportamiento en el juego y contenidos manifiestos
al expresarse, por ejemplo, en dibujos.
· Accidentes
domésticos
· Automovilísticos
· Involucrase
contantemente en peleas
· Problemas
con la policía y la justicia recurrentes.
En los ancianos mayores de 65 años de edad, debemos
prestar atención a:
· Presencia
de depresión y de otras enfermedades crónicas
· Deterioro
en la funcionabilidad
· Trastornos
de personalidad
· Falta
de apoyo social
· Pérdida
de relaciones interpersonales importantes, como la
muerte de uno de los cónyuges o hijos, etc.
En las personas en general que han intentado suicidarse,
es importante considerar:
· Comunicación
previa de que se va a matar;
· Mensaje
o carta de despedida
· Arreglos
finales (por ejemplo, cuenta bancaria);
· Planificación
detallada;
· Precauciones
para que el acto no sea descubierto;
· Ausencia
de personas cercanas que puedan socorrerla;
· No
buscar ayuda inmediatamente después del intento;
· Elección
de métodos violentos;
· Afirmación
clara de que quiere morir;
· Creencia
de que el acto será irreversible y letal;
· Arrepentimiento
por haber sobrevivido.
En la prevención, ¿es posible asegurar que el paciente
no lo va a intentar otras veces?
No, porque eso depende de los factores involucrados. Hay
casos en los cuales el paciente tiene una compulsión al
acto suicida y las estrategias de prevención y
posvención* no siempre logran impedir la consumación del
suicidio; sin embargo, los resultados muestran una
considerable disminución en los casos donde hay una
adecuada intervención médica y psicológica con buen
apoyo familiar y social.
Nota de la autora:
El CVV trae un folleto informativo a disposición de la
población en un lenguaje claro y objetivo sobre cómo
actuar y ayudar en la prevención. Disponible en la
cartilla CVV
Nota de traductor:
Posvención: Prevención para futuras generaciones
Traducción:
Ricardo Morante - rmorante3@yahoo.com