Estudio de las Obras de Allan Kardec

por Astolfo O. de Oliveira Filho

La Revista Espírita de 1863

Parte 1

Iniciamos en esta fecha el estudio de la Revue Spirite correspondiente al año 1863. El texto condensado del volumen será presentado aquí en 16 partes, tomando como base la traducción de Júlio Abreu Filho publicada por EDICEL.


Preguntas para el debate


A. ¿Qué efectos atribuye Kardec al periespíritu?

B. Para ayudar a un enfermo por medio de la oración, ¿es necesario estar junto a él?

C. ¿Qué recomendaciones da Kardec a los que pretenden iniciarse en la práctica mediúmnica?


Texto para la lectura


1. Kardec abre esta edición con un nuevo artículo acerca de los poseídos de Morzine; el primero salió en diciembre de 1862. En el estudio, Kardec informa: I) El periespíritu es el principio de todos los fenómenos espíritas y de una gran cantidad de efectos morales, fisiológicos y patológicos. II) Es también la fuente de múltiples afecciones y, por su expansión, es la causa de las atracciones y repulsiones instintivas, así como de la acción magnética. III) Por la naturaleza fluídica y expansiva del periespíritu, el Espíritu alcanza a la persona sobre la cual desea actuar: la rodea, la envuelve, la penetra y la magnetiza. (P. 1)

2. Todos nosotros – dice Kardec – vivimos en un océano fluídico, expuestos sin cesar a corrientes contrarias que atraemos o repelemos, pero en cuyo medio el hombre siempre conserva su libre albedrío. (P. 2)

3. La acción de los malos Espíritus sobre las personas de quien se apoderan presenta matices de intensidad y duración extremadamente variadas, según el grado de perversidad del Espíritu y el estado moral de la persona que le da acceso. (P. 3)

4. Citando el caso de una señora que había perdido la razón y fue internada, un amigo de la familia y miembro de la Sociedad Espírita de París obtuvo de los Espíritus la siguiente orientación: I) La idea fija que alimentaba la mujer, atraía a su alrededor a una multitud de Espíritus malos, que la envolvían con sus fluidos y alimentaban sus pensamientos, impidiendo que llegaran a ella las buenas influencias. II) Para curarla, era necesario oponer una fuerza moral capaz de vencer esa resistencia, pero esa fuerza no la podía dar uno solo. III) Cinco o seis espíritas sinceros debían reunirse todos los días, durante unos instantes, pidiendo con fervor a Dios y a los buenos Espíritus que la asistan. IV) No era necesario estar junto a la enferma; al contrario. Por el pensamiento podrían llevarle una corriente fluídica saludable, cuya fuerza estaría en razón de su intención, aumentada por el número. (P. 5)

5. Seis personas se dedicaron a esa obra de caridad y durante un mes no faltaron a la misión que habían aceptado. Después de algunos días la enferma estaba más calmada; quince días después, la mejoría era manifiesta; y ahora ella ya había retornado a su casa, en estado perfectamente normal, sin saber de dónde le había venido la curación. (PP. 5 y 6)

6. La oración no tiene, pues, solo el efecto de llevar socorro al enfermo, sino de ejercer una acción magnética. ¡Qué no podría el magnetismo ayudado por la oración! Pero, lamentablemente, muchos magnetizadores hacen abstracción del elemento espiritual y solo ven la acción mecánica, privándose de ese modo de un poderoso auxiliar. (P. 6)

7. Refiriéndose a los escollos de la práctica mediúmnica, Kardec esclarece: I) Antes de experimentar, es necesario estudiar: el menor inconveniente de la práctica mediúmnica sin experiencia es la mistificación por parte de los Espíritus engañadores y ligeros. II) No es el ejercicio de la mediumnidad lo que atrae a los Espíritus malos, sino la predisposición física o moral que hace al médium accesible a la influencia de éstos. III) La presunción de creerse invulnerable ante los Espíritus malos ha sido castigada muchas veces de modo muy cruel, puesto que el orgullo es el que les hace más fácil el acceso. IV) El estudio previo y la oración son factores esenciales para evitar el asalto de los Espíritus malos. V) Si estuviésemos convencidos del objetivo esencial y serio del Espiritismo y nos preparásemos siempre para el ejercicio de la mediumnidad por un llamado fervoroso al ángel de la guarda y a los Espíritus protectores y si, además, nos estudiásemos, esforzándonos por depurar nuestras imperfecciones, los casos de obsesión mediúmnica serían aún más raros. (PP. 6 a 8)

8. Recordando un caso descrito en diciembre de 1862 bajo el título “La choza y el Salón”, la Revuetranscribe la comunicación de un Espíritu que fue en la Tierra un abnegado criado de cierta persona conocida de Kardec. En la comunicación, el ex siervo confirma que, en general, los ejemplos de dedicación de los empleados domésticos a sus amos, tiene por causa las vidas pasadas. “A veces – dijo – esos criados son miembros de la familia o, como yo, agradecidos que pagan una deuda de reconocimiento, y su reconocimiento les ayuda en su progreso.” (PP. 9 y 10)

9. Hablando sobre la situación del alma después de la muerte corporal, Kardec dice que, al morir, el hombre deja en la Tierra solo su envoltura pesada y grosera, conservando la envoltura fluídica indestructible, con lo cual, libre del obstáculo que lo sujetaba al suelo, puede elevarse y atravesar el espacio. Esa envoltura fluídica, por más invisible y etérea que sea, no deja de ser una especie de materia que, durante la encarnación, sirve de intermediario entre el alma y el cuerpo. (P. 13)

10. La Revue trascribe dos artículos publicados por un semanario de Burdeos y por el “Écho de Sétif”, de ArgeliaSe trata de testimonios a favor del Espiritismo de dos lectores de esos periódicos. En este último, el escritor dice que una parte de los que no niegan los hechos espíritas atribuye las comunicaciones al demonio. Él entonces argumenta: “Es lo que no puedo admitir frente a comunicaciones como ésta: ‘Creed en Dios, creador y organizador de las esferas; amad a Dios, creador y protector de las almas’ (firmado: Galileo)”. (PP. 14 a 17)

11. Kardec responde a un lector de Burdeos explicando por qué el Espiritismo no se dirige a los que tienen una fe religiosa cualquiera, con el objetivo de desviarlos, sino a la numerosa categoría de los indecisos y los incrédulos. (PP. 17 a 20) (Continúa en el próximo número.) 


Respuestas a las preguntas


A. ¿Qué efectos atribuye Kardec al periespíritu?

Según el Codificador del Espiritismo, el periespíritu es el principio de todos los fenómenos espíritas y de una gran cantidad de efectos morales, fisiológicos y patológicos, y es también la fuente de múltiples afecciones y, por su expansión,  la causa de las atracciones y repulsiones instintivas, así como de la acción magnética. Por la naturaleza fluídica y expansiva del periespíritu, el Espíritu alcanza a la persona sobre la cual desea actuar: la rodea, la envuelve, la penetra y la magnetiza. (Revue Spirite de 1863, pp. 1 y 2.)

B. Para ayudar a un enfermo por medio de la oración, ¿es necesario estar junto a él?

No, puesto que por el pensamiento se puede llevar hacia él una saludable corriente fluídica, cuya fuerza estaría en razón de la intención, aumentada por el número de los que participan en el acto. La oración no tiene solo el efecto de llevar socorro al enfermo, sino de ejercer una acción magnética. (Obra citada, p. 6.)

C. ¿Qué recomendaciones da Kardec a los que pretenden iniciarse en la práctica mediúmnica?

Kardec enseña que antes de experimentar es necesario estudiar, previniendo así la mistificación por parte de los Espíritus engañadores y ligeros. Dice además que el ejercicio de la mediumnidad no es lo que atrae a los Espíritus malos, sino la predisposición física o moral que hace al médium accesible a la influencia de éstos. La presunción de creerse invulnerable ante los Espíritus malos ha sido castigada muchas veces de modo muy cruel, puesto que el orgullo es el que les hace más fácil el acceso. El estudio previo y la oración son, pues, factores  esenciales para evitar el asalto de los Espíritus malos. (Obra citada, pp. 6 a 8.)

 

Traducción:
Maria Reyna
mreyna.morante@gmail.com



 

     
     

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