Especial

por Paulo da Silva Neto Sobrinho

¿Kardec fue médium?
Parte 1

Es muy común oígamos de ponentes y coordinadores de estudios doctrinarios la afirmación de que Allan Kardec (1804-1869) no fue médium. Aunque no tuviéramos nada para apoyarnos, hallábamos eso muy extraño, pues nuestra primera impresión es que él era, por alguna cosa que habíamos leído, pero no sabíamos exactamente donde.

En obras literárias, espíritas o no, es cierto que encontraremos esa opinión, como, por ejemplo, en La mesael libro y los Espíritus, en que sus autores, los antropólogos Marion Aubrée y François Laplantine, la primera doctora en antropología, el segundo su profesor-orientador, afirman:

Obra que organiza una recolección de datos, El Libro de los Espíritus no fue, como se afirmó, dictado por los Espíritus – pues Kardec nunca fue médium – pero fue elaborado en colaboración con ellos; dos especialmente lo ayudaron: Z, y sobre todo, el Espíritu de la Verdad. […]. (AUBRÉE y LAPLANTINE, 2009, p. 44, resalte en negrita nuestro).

Otra fuente en la cual encontramos eso, fue en Mediumnidad, de autoría de J. Herculano Pires (1914-1979), que así dijo: “[…] Pero el propio Kardec no era médium, porque su misión era científica y no mediúmnica. […]”. (PIRES, 1987, p. 24, negrita nuestra).

¿De dónde será que esos autores citados sacaron eso? Es bien probable que encontremos la pista en Hermínio C. de Miranda, en su texto titulado “Allan Kardec y el misterio de una fidelidad secular”, del cual transcribimos:

Frecuentemente, los ataques a Kardec buscam apoyo en pronunciamentos del médium escocés Daniel Dunglas Home. En el libro “Luces y Sombras del Espiritualismo”, de Home, Vartier va a buscar lo siguiente: “Se sabe que Allan Kardec no fue médium. Él nada hacía sino magnetizar o 'psicologizar' a personas más impresionables que él”. (site Comunidad Espírita)

Fuimos a deducir en la obra Lights and Shadows of Spiritualism, versión inglesa, y allá, en la página 224, se puede encontrar esta afirmación de Home (1822-1886): “Es, o debería ser bien conocido, que Allan Kardec no era él mismo un médium. Él simplemente magnetizaba o usaba la psicología en las mentes más frágiles y más sensibles que la suya”.( ) (negrita nuestra). En esa obra, Home no ahorra críticas a Kardec, a pesar del codificador no haberlo tratado de la misma forma, cuando, por varias veces, se refirió a él.

Interesante es que esos dos autores, arriba citados, confirman esa posición de Home, añadiendo que, en 1923, el filósofo, metafísico y crítico social francés René Guénon (1886-1951), le toma esa tesis, que, seguramente, también fue absorbida por Aubrée y Laplantine, conforme se puede ver en la página 44, de la obra La mesael libro y los Espíritus, que transcribimos un poco más arriba. Veamos lo que ambos citan de Guénon2 :

Bajo el imperio de su voluntad enérgica, sus médiuns eran máquinas de escribir, que reproducían servilmente sus propios pensamientos. Si, a veces, las doctrinas publicadas no estaban en consonancia con sus deseos, él las corregía a voluntad. Se sabe que Allan Kardec no era médium. Él conseguía magnetizar a las personas que eran más impresionables que él. (GUÉNON, 1984, p. 34 apud AUBRÉE y LAPLANTINE, 2009, p. 113, grifo en negrita nuestra).

De la forma como Aubrée y Laplantine colocaron, la impresión que se hace es que esa decir es de Guénon; sin embargo, al confrontar con lo que consta en su obra El error Espírita, versión portuguesa, pudimos ver que, en verdad, ella es de Home, que Guénon cita mencionando su fuente: “Les Lumières et les Ombres du Spiritualisme, pp. 112-114”. (GUÉNON, 2010, P. 37-38). Es la misma obra citada por Hermínio de Miranda, en la versión francesa.

Infelizmente muchas personas actúan como ingenuos creyendo piamente en lo que otros dicen, sin preocuparse en saber si es verdad o no; con eso, muchas veces, acaban como abriendo un saco de plumas en lo alto de un monte, esparciendo, por el aire, mentiras o calúmnias.

Veamos como es que Kardec calificó a un médium:

[…] Quién está apto para recibir o transmitir las comunicaciones de los Espíritus es, por eso mismo, médium, cualquiera que sea el modo empleado o el grado de desarrollo de la facultad, desde la simple influencia oculta hasta la producción de los más insólitosfenómenos. Sin embargo, en su uso ordinario, esa palabra tiene una acepcción más restringida, y se dice, generalmente, de personas dotadas de un poder mediúmnico muy grande, sea para producir efectos físicos, sea para transmitir el pensamiento de los Espíritus por la escritura o por la palabra. (KARDEC, 1993a, p. 29, negrita nuestra).

Hay dos situaciones para clasificación de un médium: una en el sentido amplio y otra en el restringido. En el sentido amplio, se puede decir que todos somos médiums; ya en el sentido restringido se aplica a aquellos en que esa facultad se manifiesta de forma evidente, produciendo los fenómenos de efectos físicos o transmitiendo el pensamiento de los Espíritus; son médiums ostensivos. Kardec vuelve nuevamente a esse asunto, por dos veces, volviéndolo aun más claro:

Toda persona que siente la influencia de los Espíritus, en cualquier grado de intensidad, es médium. Esa facultad es inherente al hombre. Por eso mismo no constituye privilegio y son raras las personas que no a poseen por lo menos en estado rudimentario. Se puede decir, pues, que todos son más o menos médiums. Usualmente, sin embargo, esa calificación se aplica solamente a los que poseen una facultad mediúmnica bien caracterizada, que se traduce por efectos patentes de cierta intensidad, lo que depende de una organización más o menos sensitiva.

Se debe notar, aun, que esa facultad no se revela em todos de la misma manera. [...]. (KARDEC, 2006ª, p. 139, negrita nuestra).

Toda persona que siente, en un grado cualquiera, la influencia de los Espíritus es, por eso mismo, médium. Esa facultad es inherente al hombre, y, así pues, no es, de ningún modo, un privilegio exclusivo: también hay pocos en los cuales no se le encuentra algún rudimento Se puede, pues, decir que todo el mundo, con pequeña diferencia, es médium; sin embargo, en el uso, esa calificación no se aplica sino en aquellos en los cuales la facultad mediúmnica se manifiesta por efectos ostensivos de una cierta intensidad. (KARDEC, 2006b, p. 62-63, negrita nuestro).

Sólo resaltaremos, pues no podemos jamás perder eso de vista, que “Toda persona que siente la influencia de los Espíritus, en cualquier grado de intensidad, es médium”.

En la Revista Espírita, año de 1858, encontramos:

Esa facultad, como, de hecho, ya lo dijimos, no es un privilegio exclusivo; ella existe en estado latente, y en diversos grados, en una multitud de individuos, no esperando sino una ocasión para desarrollarse; el principio está en nosotros por el propio efecto de nuestra organización; está en la Naturaleza; todos nodos lo hemos en germe, y no está lejos el día en que veremos los médiums surjan de todos los puntos, en nuestro medio, en nuestras familias, en el pobre como en el rico, a fin de que la verdad sea conocida por todos, porque, según lo que nos está anunciado, es una nueva era, una nueva fase que comienza para la Humanidad. La evidencia y la normalización de los fenómenos espíritas darán un nuevo curso a las ideas morales, como el vapor dio un nuevo curso a la industria. (KARDEC, 2001a, p. 60-61, negrita nuestra).

Concluimos que todos nosotros somos médiums en potencia, una vez que la mediumnidad es una característica, o una facultad, como quieran, propia de la Naturaleza humana. Es lo que también podremos encontrar en Channing (Espíritu), que, discurriendo sobre los médiums, dijo:

Todos los hombres son médiums. Todos tienen un Espíritu que los dirige para el bien, cuando ellos saben escucharlo. Quiera algunos se comuniquen directamente con él, gracias a una mediumnidad especial, quiera otros sólo lo escuchen por la voz interna del corazón y de la mente. Eso poco importa, pues es siempre el mismo Espíritu familiar que los acompaña. Chamadle Espíritu, razón, inteligencia, será siempre una voz que responde a vuestra alma, diciéndoos buenas palabras. Ocurre, sin embargo, que no siempre las comprendéis. […] Oíd pues esa voz interior, ese buen genio que os habla sin cesar, y llegaréis progresivamente a oír vuestro ángel guardián que os extiende la mano de lo alto del cielo. Repito, la voz íntima que habla al corazón es la de los Espíritus buenos. Y es de ese punto de vista que todos los hombres son médiums. (KARDEC, 2006a, p. 331-332, negrita nuestra).

Pero lo que aquí nos proponemos es descubrir si Kardec fue médium en el sentido restringido, o sea, si él poseía alguna facultad mediúmnica por la cual podríamos clasificarla entre los varios tipos de mediumnidad.

Fue el 24 de marzo de 1856, que Kardec se envolvió con un fenómeno mediúmnico. Estaba él en su casa, trabajando, cuando oyó repetidos golpes, cuyo origen le era desconocido. Al día siguiente, en una sesión en la casa del Sr. Baudin, Kardec pregunta al Espíritu Z (Zéfiro), lo que había ocurrido con él el día anterior. La respuesta fue “era su Espíritu familiar”, que se identificó “Para ti, me llamaré La Verdad” (KARDEC, 2006b, p. 305), que “quería comunicarse contigo” (KARDEC, 2006b, p. 304), explicando, dijo “Lo que yo tenía que decirte era sobre el trabajo al que te aplicabas: me disgustaba lo que escribías y quise hacer que lo abandonases” (KARDEC, 2006b, p. 305).

(La conclusión de este artículo será publicada em el próximo número.)

 

Referências bibliográficas:

AUBRÉE, M e LAPLANTINE, F. A mesa, o livro e os espíritos: gênese, evolução e atualidade do movimento social espírita entre França e Brasil. Maceió: EDUFAL, 2009.

GUÉNON, R. L'erreur spirite. Paris: Ed. Traditionnelles, 1984.

GUÉNON, R. O erro Espírita. São Paulo: Instituto René Guénon, 2010.

HOME, D. D. Lights and Shadows of SpiritualismLondon: Virtue, 1878.

KARDEC, A. O Livro dos Médiuns. São Paulo: Lake, 2006a.

KARDEC, A. Obras Póstumas. Rio de Janeiro: FEB, 2006b.

KARDEC, A. Revista Espírita 1858. Araras, SP: IDE, 2001a.

KARDEC, A. Revista Espírita 1859. Araras, SP: IDE, 1993a.

KARDEC, A. Revista Espírita 1861. Araras, SP: IDE, 1993b.

KARDEC, A. Revista Espírita 1867. Araras, SP: IDE, 1999.

PALHANO JR. L. Dicionário de Filosofia Espírita. Rio de Janeiro: CELD, 2004.

PIRES, J. H. Mediunidade: vida e comunicação. Conceituação da mediunidade e análise geral dos seus problemas atuais. São Paulo: EDICEL, 1987.

DONHA, J. A. V. Uma radiografia antropológica do Espiritismo. In jornal Abertura nº 149. Santos, SP: Espirit Net, jun/2000, obtido pelo site: Abertura 2000, acesso em 17.03.2011, às 08:08hs.

GABILAN, F. A. Intuição ou Inspiração? In O Semeador nº 760, maio/2000. São Paulo: FEESP, obtido pelo site Feesp, acesso em 17.03.2011, às 06:15hs.

MIRANDA, H. Allan Kardec e o mistério de uma fidelidade secular. Disponível em:comunidade, acesso em 14.03.2011, às 22:06hs.


 


[1]  Tradução de Lúcia da Silveira Sardinha Pinto Souza.

[2]    Em GUÈNON, 2010, esta citação encontra-se à página 38.

 


Traducción:
Isabel Porras
isabelporras1@gmail.com

 

     
     

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