La Revista
Espírita de
1863
Parte 8
Continuamos el estudio de la Revue Spirite correspondiente
al año 1863. El texto condensado del volumen será
presentado aquí en 16 partes, tomando como base la
traducción de Júlio Abreu Filho publicada por EDICEL.
Preguntas para el debate
A. ¿Cómo proceder ante los ataques de nuestros
adversarios?
B. ¿Se debe publicar sin examen todo cuanto venga de los
Espíritus?
C. La encarnación de los Espíritus ¿es una necesidad o
solamente un castigo?
Texto para la lectura
72. De la ciudad de Midi, uno de los corresponsales de
la Revue refiere cómo estaba siendo dirigida la
cruzada contra el Espiritismo. En un grupo de la ciudad,
donde se discutía a favor y en contra de las ideas
espíritas, uno de los asistentes dijo que el Codificador
no contaba en su Revue todas las tribulaciones y
mistificaciones que experimentaba. Y afirmó que en
setiembre del año pasado, en una reunión de cerca de
treinta personas, en casa del Sr. Kardec, todos los
asistentes fueron agredidos a bastonazos por los
Espíritus. (P.
150)
73. Respondiendo a la carta, Kardec desmintió de modo
formal el supuesto episodio y agregó que en el mes de
setiembre el 1862 él estaba de viaje por el interior de
Francia, habiéndose ausentado de París desde fines de
agosto hasta el día 20 de octubre. (PP. 150 y 151)
74. A propósito de este asunto, Kardec advierte que
nadie debe pensar que la guerra dirigida contra el
Espiritismo haya llegado al apogeo. Quiere decir que:
vendrían cosas más pesadas y groseras aún. Ante eso,
señaló el Codificador: I) Los verdaderos espíritas, ante
los ataques recibidos, deben distinguirse por la
moderación, dejando a los antagonistas el triste
privilegio de las injurias. II) Es deber de todo buen
espírita esclarecer a los que lo buscan de buena fe,
pero es inútil discutir con antagonistas de mala fe o de
ideas preconcebidas. III) Las cuestiones personales
desaparecen ante la grandeza del objetivo y el conjunto
del movimiento irresistible que se opera en las ideas.
Poco importa, así, que éste o aquél sea contra el
Espiritismo, cuando se sabe que nadie tiene el poder de
impedir la realización de los hechos. IV) Es necesario
que continúe la siembra de la idea, esparciéndola
mediante la dulzura y la persuasión, y dejando a
nuestros antagonistas el monopolio de la violencia y de
la acritud a la que solo se recurre cuando la persona no
es lo suficientemente fuerte por el razonamiento. (PP.
152 y 153)
75. Enfocando el gran número de comunicaciones
mediúmnicas que le enviaban de todas partes, Kardec se
valió de los números para mostrar que no todo mensaje de
origen espiritual merece ser difundido mediante la
imprenta. Dijo que en los 3,600 mensajes recibidos había
más de 3,000 de moralidad irreprochable y excelentes
como fundamento, pero solamente 300 (diez por ciento de
ellos) servirían a la publicidad, de los cuales solo 100
presentarían un mérito indiscutible. El análisis del
Codificador lleva a una conclusión obvia: no se debe
publicar sin examinar todo cuanto venga de los
Espíritus, si queremos alcanzar el objetivo que nos
proponemos. (PP. 153 a 155)
76. El mismo razonamiento se aplica a los trabajos de
los encarnados: de 30 artículos que él examinó, no más
de seis (veinte por ciento) merecerían ser publicados.
“En el mundo invisible, como en la Tierra, no faltan
escritores – afirma Kardec -, pero los buenos son
raros.” Su conclusión es que todas las precauciones son
pocas para evitar las publicaciones lamentables. En esos
casos – agrega el Codificador – más vale pecar por
exceso de prudencia, en el interés de la causa. (PP.
155 y 156)
77. Viennois (Espíritu) explica, respondiendo a Kardec,
por qué hay Espíritus incrédulos en el mundo espiritual.
Es que la muerte no modifica de repente las opiniones de
los que parten: su incredulidad generalmente los
acompaña. (PP.
156 y 157)
78. El caso de los Espíritus materialistas en el mundo
espiritual es explicado por Erasto, quien nos recuerda
que todos los cuerpos, sólidos o fluídicos, pertenecen a
la sustancia material. Los que en vida solo admiten un
principio en la Naturaleza –la materia-, muchas veces no
perciben, después de la muerte, sino ese principio
único, absoluto, como ciegos ante las cosas
espirituales. (P. 158)
79. El número de junio abre con un artículo de Kardec
titulado “Del principio de la no retrogradación del
Espíritu”, en el que desarrolla con claridad la tesis
espírita de que los Espíritus no retrogradan, en el
sentido de que nada pierden del progreso que han
realizado. Ellos pueden quedar momentáneamente
estacionarios, pero si son buenos no pueden volverse
malos, comprobándose lo mismo en cuanto a la sabiduría.
Lo que puede ser modificada es la situación material, la
condición social o económica de la existencia. (PP.
163)
80. Kardec analiza también, en el mismo artículo, la
tesis de que los Espíritus no habrían sido creados para
que encarnen. La encarnación sería solo el resultado de
su falta. El Espiritismo afirma lo contrario, es decir,
que la encarnación es una necesidad para el progreso del
Espíritu y del propio planeta en el que vive. Otro punto
interesante comentado por Kardec es la situación del
Espíritu en su origen. Siendo él creado simple e
ignorante, al buscar el camino del mal, ¿no habría una
retrogradación? Kardec dice que no, porque solo existe
caída en el paso de un estado relativamente bueno a uno
peor, lo que no sucede en este caso, puesto que, creado
simple e ignorante, el Espíritu se encuentra en un
estado de nulidad moral e intelectual como el niño que
acaba de nacer. (PP.
164 a 166)
81. La Revue trae un artículo que contiene la
réplica de Kardec a los ataques al Espiritismo
contenidos en un folleto firmado por el Rev. Padre
Nampon, de la Compañía de Jesús. Elaborado en base a dos
sermones que el sacerdote ofreció en la iglesia de San
Juan Bautista, en presencia del Cardenal Arzobispo de
Lyon, el folleto no trae novedades, pero se presenta
contaminada de errores cometidos deliberadamente por su
autor al mencionar determinados fragmentos de las obras
de Kardec. (PP. 167 a 173) (Continúa
en el próximo número.)
Respuestas a las preguntas
A. ¿Cómo proceder ante los ataques de nuestros
adversarios?
Los verdaderos espíritas, ante los ataques recibidos,
deben distinguirse por la moderación, dejando a los
antagonistas el triste privilegio de las injurias. Es
deber de todo buen espírita esclarecer a los que lo
buscan de buena fe, pero es inútil discutir con
antagonistas de mala fe o de ideas preconcebidas. Poco
importa, así, que éste o aquél sea contra el
Espiritismo, cuando se sabe que nadie tiene el poder de
impedir la realización de los hechos. (Revue
Spirite de 1863, pp. 152 y 153.)
B. ¿Se debe publicar sin examen todo cuanto venga de los
Espíritus?
No. Enfocando el gran número de comunicaciones
mediúmnicas que le enviaban de todas partes, Kardec se
valió de los números para mostrar que no todo mensaje de
origen espiritual merece ser difundido mediante la
imprenta. Dijo que en los 3,600 mensajes recibidos había
más de 3,000 de moralidad irreprochable y excelentes
como fundamento, pero solamente 300 (diez por ciento de
ellos) servirían a la publicidad, de los cuales solo 100
presentarían un mérito indiscutible. El análisis del
Codificador lleva a una conclusión obvia: no se debe
publicar sin examinar todo cuanto venga de los
Espíritus, si queremos alcanzar el objetivo que nos
proponemos. (Obra
citada, págs. 153 a 155.)
C. La encarnación de los Espíritus ¿es una necesidad o
solamente un castigo?
Según el Espiritismo, la encarnación es una necesidad
para el progreso del Espíritu y del propio planeta en el
que vive. No tiene nada que ver con el castigo o
reprensión por una falta cometida, como creen algunos. (N.R.:
Esa concepción de castigo es uno de los puntos centrales
de la obra de Roustaing, que choca así, en este otro
punto, con la Doctrina Espírita.) (Obra citada, pp. 164
a 166.)
Traducción:
Maria Reyna
mreyna.morante@gmail.com