El amigo que retorna
Sí, es simple retorno, al final somos inmortales. No
somos el cuerpo, estamos en él por un periodo – que se
renueva constantemente – que tiene por fin nuestra
evolución.
Eso es común en todos nosotros, espíritus en
aprendizaje. Todos volveremos un día, es sólo cuestión
de tiempo. Cada uno en su momento. Lo que llamamos
muerte o desencarne es solamente una fase de ese
gigantesco proceso.
Pues un amigo muy querido retornó a la condición
original en el día 24 de mayo, un jueves, en Guaxupé
(MG), ciudad donde nació, aunque tenga vivido buen
tiempo en la vecina ciudad de São José do Rio Pardo
(SP), donde también fue concejal.
Hablamos del amigo Ismael Batista da Silva, escritor,
conferenciante espírita y también motivador en empresas,
médium de admirable sensibilidad, que proyectó el nombre
de su ciudad con el conocido Encuentro Chico Xavier, que
promovió anualmente por seguidos 9 años. El evento tuvo
también otras ediciones en la vecina ciudad paulista
antes de establecerse con las nueves ediciones en la
ciudad mineira.
El conocido encuentro atrajo caravanas de decenas de
ciudades, anualmente. Y muchos de nuestro equipo
estuvimos en innúmeras ediciones, al lado de
participantes también de fuera entusiasmados con la
cualidad del evento y que pudieron, así, convivir muy
cerca con la personalidad notable de Ismael, siempre
amigo, sencillo, humilde, sonriente y jamás ausente.
Ismael conquistó amigos por todo lugar. Su simplicidad y
sonrisa eran su característica en el relacionamiento
personal. Pero al mismo tiempo compañero dinámico, muy
activo, con gran experiencia en la unificación espírita,
reuniendo casas y trabajadores en actividades variadas.
Tanto que cualificaba el evento que coordinaba como un
Encuentro de Amigos, fruto de su inspiración como líder
nato que era y de las experiencias acumuladas en las
actividades junto a la USE paulista.
Su residencia era el puerto seguro de mucha gente que
constantemente lo buscaba. Se tornó, por la humildad,
una referencia espírita muy respetada.
Siempre envuelto con libros (publicó varios libros,
entre los suyos y los mediúmnicos), era igualmente
conferenciante bastante solicitado e incentivó de manera
muy expresiva la organización – con el apoyo y presencia
impactante de la esposa Joana, que siempre lo apoyó en
el Cavalequo – Centro de Equoterapía de Guaxupé, que
instaló en la propia finca donde la pareja vivía.
Recientemente, la pareja se empeñó en la construcción de
un nuevo centro espírita dentro de la misma finca, para
atender al trabajo de psicografias a los domingos,
quincenalmente, atrayendo enorme público para la
programación de conferencias y psicografias de las
cartas consoladoras.
Sin llevar en consideración todo eso está el ser humano,
el amigo de todos que, infelizmente, la enfermedad
prosternó gradualmente.
Su partida provocó una mezcla de tristeza por la
separación física, pero también una gran alegría por la
liberación del amigo, que prosigue su rumbo…
Gracias, Ismael, por el perfume que nos envolvió la
vida, de todos nosotros que lo tenemos como gran amigo…
Es tanta gente, Ismael, que no osamos mencionar
cualquier nombre, pero todos agradecidos por la vida,
por la alegría, por el sentimiento de fraternidad que
nos ofreció con tanto cariño.
Traducción:
Elza Ferreira Navarro
mr.navarro@uol.com.br