Entrevista

por Giovana Campos  

El diálogo interreligioso suma, reúne y crece

En la actualidad, cada vez más artículos científicos incluyen a la espiritualidad y la religiosidad como factores que propician el bienestar o incluso la rápida mejoría de algunas enfermedades. Algunas universidades brasileñas y extranjeras ya incluyen el estudio del componente espiritual como disciplina obligatoria o electiva en el currículum de las áreas biológicas, pero – se preguntan – ¿cómo insertar este enfoque en la rutina del profesional de la salud?

El tiempo reducido de las consultas, la baja remuneración de los planes de salud, la falta de conocimiento o incluso la actitud de ambas partes para conversar sobre asuntos en el ambiente hospitalario o el ambulatorio hacen que la inserción del paradigma espiritual aun sea un reto actualmente. La posibilidad de contextualizar esta realidad en grupos de apoyo interreligioso trae a los profesionales y a los pacientes y sus familiares una nueva perspectiva de tratamiento integral y multidisciplinario.

En la siguiente entrevista, el médico ortopedista Lawrence García (foto), presidente de la Asociación Médico-Espírita de Uberlândia (MG), nos cuenta un poco más acerca de su experiencia con la creación y el mantenimiento de un grupo de apoyo espiritual.

¿En qué difiere la atención del consultorio de la atención realizada en los grupos de apoyo?

Cuando la gente lidia con las informaciones que cada día que pasa  aumentan en nuestros papeles, en nuestros estudios, en las investigaciones de nuestra ciencia como profesionales de la salud en relación a la espiritualidad y la religiosidad, están quedando arrinconadas en relación a su falta de uso.  Una cosa es que usted entre en contacto con la información y se dé cuenta de la importancia de abordar la espiritualidad y la religiosidad con su paciente y no hacerlo en el día a día de su profesión.

¿Y por qué sucede esto?

Son muchas razones. Una de ellas es la falta de tiempo. ¡Se establece una rutina profesional extremadamente agotadora, agitada, es decir, la famosa “a la carrera”! Usted tiene que atender las quejas del paciente, examinar las órdenes hechas y finalmente no le queda tiempo de preguntarle al paciente si tiene una religión, cuál es su relación con ella, qué tan importante él considera los aspectos de espiritualidad y religiosidad en su vida y en relación con esa enfermedad para la que está buscando una curación y tratamiento.  Otro tema es la ganancia. ¿Cómo ofrecer una consulta más prolongada tratando temas espirituales? Entonces, aparte del tiempo y de la remuneración, otras posibilidades serían la falta de conocimiento o disposición para abordar el tema, incluso sabiendo su importancia para el paciente.  Lo que necesitamos darnos cuenta es que, independientemente de cualquier justificación que usemos para no abordarlo, estamos incurriendo en una negligencia.

¿Se hace más fácil este acercamiento a la espiritualidad en los grupos de apoyo?

Sí, mucho más fácil y transdisciplinario. Esta es la gran ventaja del grupo de apoyo porque cuando es abordado en el consultorio es muy dirigido a nuestro punto de vista, a nuestra impresión, nuestro juicio de toda la situación. Somos el terapeuta de este paciente y tenemos que reconocer que no somos capaces de serlo por completo.  De esta manera, el grupo de apoyo navega a través de otras instancias que se adaptan a la totalidad de las atenciones que el paciente necesita. Esto se percibe muy bien, por ejemplo, en cuidados paliativos y salud mental. Usted ve claramente que el paciente es asistido de una forma más completa por el grupo de apoyo que lo que uno solo podría hacer. Tenemos un equipo multidisciplinario que se reúne semanalmente los martes y tenemos un equipo multidisciplinario con psicólogos y psiquiatras, tienen conferencias con oncólogos, psicopedagogos y estos profesionales pueden abordar de manera mucho más amplia, y hacemos una revisión cada seis meses de nuestra marcha, de nuestros estudios. ¡Y cuando se comprueba lo que se discutió recientemente nos quedamos impresionados positivamente!  Cómo hemos logrado abordar tantos temas, tantas cosas importantes con la participación del paciente.  Algo que en el consultorio no tendríamos tiempo.

¿Y cómo puede el médico insertar o crear estos grupos de apoyo para atender a su paciente de manera más integral?

A primera vista puede que parezca difícil. Tener recelo de cómo formar un equipo y cómo crear una agenda, especialmente hoy en día, donde todo el mundo tiene su día a día muy ocupado. Esto es mucho más fácil de lo que pensamos. Hay muchas personas buenas, capaces e interesadas en este tipo de trabajo, en las discusiones espirituales más amplias dentro de la espiritualidad y están esperando con quien hacerlo. Así que lo primero que hay que hacer es tener la voluntad de estar dispuestos a ceder algo de tiempo, un esfuerzo inicial para conseguir ese grupo. Y, realmente, este proceso va a exigir una mayor dedicación. Recuerdo que en nuestro grupo empezamos con un médico y una profesora de yoga y nos íbamos al patio de la casa de la profesora de yoga para asistir a la conferencia de Rossandro Klinjey, de Haroldo Dutra, de Simón Pedro, por ejemplo.

¿Estos materiales on-line son facilitadores para aquellos que quieren implementar estos grupos de apoyo?

Sí, están totalmente listos. Hoy en día, la gran ventaja de iniciar un grupo como este es que el proceso de entrenamiento y capacitación están disponibles.  Esto es porque no empezamos de frente dando una conferencia al paciente. Nosotros veíamos con el paciente lo que está en YouTube y al final hacíamos una mesa redonda y cada uno daba opiniones, hacían preguntas, charlamos alrededor de esa conferencia. ¡Es muy bueno e interesante estudiar espiritualidad junto con su paciente! ¡Fue muy enriquecedor! Hoy estamos en otro nivel, ya no en un patio trasero, sino dentro del hospital con la aprobación de la Dirección del Hospital y con los facilitadores.  Hoy en día el equipo prepara la conferencia y atiende de una manera ya más dirigida a las necesidades, hacemos dinámicas de grupo, debates. La adhesión a este paradigma en lo que se refiere a la parte práctica de ponerla en marcha es mucho más sencilla y placentera de lo que imaginamos. Quien aún no ha empezado a desarrollar un grupo de apoyo terapéutico dentro de su práctica clínica, arriésguese y hágalo. Y es importante que se haga fuera del Centro Espírita porque dentro del Centro Espírita sabemos que se tiene mucho trabajo terapéutico y se excluye a una gran cantidad de pacientes. Cuando se construye un diálogo interreligioso sin hablar de religión específicamente, pero trabajado la espiritualidad, se suma, se reúne y se crece.


 

Traducción:

Ricardo Morante - rmorante3@yahoo.com

 

 

     
     

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 Revista Semanal de Divulgação Espírita