Tema: Dios. Padre Nuestro que estás en el cielo
Padre Nuestro que estás en el cielo
Pedrito, pensando en esa oración que Jesús había
enseñado, se quedó imaginando lo difícil que era llegar
hasta el lugar donde está el “Padre del cielo”.
¿Será que, desde lo alto del Edificio Italia, que él
sabía que era el edificio más alto de la ciudad, podría
alcanzar el cielo? Y pidió a su papá:
- ¿Me llevas al Edificio Italia, allá en lo alto, al
último piso?
Al papá le pareció divertido el pedido de Pedrito, pero
prometió que cuando pudiera lo llevaría hasta allá.
Un sábado en la mañana, toda la familia fue al Edificio
Italia. Pedrito, Anita, y el papá entraron en el
elevador. Pedrito dijo al ascensorista: “último piso”. Y
hacia allá fueron, cada vez más alto, más alto.
“Debemos estar cerquita del cielo”, pensó el niño
satisfecho. Pero, al llevar a la cima, vio que el cielo
era aún más alto.
“No funcionó”, pensó. “Y no pude llegar hasta el lugar
donde vive el ‘Padre del cielo’.”
Pero cuando Pedrito quería algo, no se rendía
fácilmente. Él quería encontrar una manera. Ya había
escuchado a su papá contar que el Pico del Jaraguá era
una colina muy alta, cerca de la entrada de la ciudad,
más alto que cualquier edificio. Las personas iban hasta
allá, a
pasear y admirar la vista. Debía ser que allá estaba el
‘Padre del cielo’.
Habló con su mamá y a ella le gustó la idea de hacer un
picnic en Pico del Jaraguá. Preparó un almuerzo
delicioso. El domingo era bonito y para allá fueron toda
la familia al Pico del Jaraguá: Pedrito, Anita, el bebé
y el papá. En el camino vieron lindas flores, los
pájaros, un riachuelo fresco corriendo y el sol
brillando, iluminando todo. Pedrito quería ir alto, muy
alto, cada vez más hacia la cima, hasta donde la nube
parecía tocar lo alto de la colina. Subieron, subieron
pero, al llegar a lo alto, el cielo parecía estar más
lejos…
Qué difícil era llegar al ‘Padre del cielo’.
Llegó un día en que Pedrito saltó tanto de felicidad: su
papá llegó a casa y les dijo que irían a visitar a la
tía Dorotea, que vivía en Brasilia. Pero lo más
importante y más asombroso es que irían en avión.
Sí señor, en avión.
Además de la belleza del viaje, Pedro tenía otro motivo
para esa alegría tan grande. Ahora sí, iría hasta el
cielo… donde vivía el ‘Padre del Cielo’.
El avión despegó. Sus ruedas no tocaban más el suelo y
comenzó a volar como un pájaro. Más alto, siempre más
alto. Tan alto, que las nubes quedaron debajo de él.
Parecía un colchón blanco, bien esponjoso y suave. Ahora
sí, estaban llegando al cielo, en la casa del ‘Padre del
cielo’. Pero, cuando Pedro miró hacia arriba, el cielo
todavía estaba muy lejos…
Ahora sí, ni en avión logró llegar al cielo… ¿Y los
astronautas, irían hacia el cielo? Decidió preguntar a
su papá:
- No, hijo mío, los astronautas no llegarán al cielo
porque el cielo no tiene fin, siempre está más alto.
- ¿Pero entonces, papá, donde vive el ‘Padre del cielo’?
Fue entonces que el papá comprendió por qué Pedrito
había querido ir a lo alto del edificio Italia, por qué
había pedido subir al Pico del Jaraguá y por qué estuvo
tan entusiasmado con el viaje en avión. Pedrito
estaba buscando al ‘Padre del cielo’.
El papá sonrió, pasó la mano por la cabeza de Pedro y
allá en lo alto de las nubes, volando como un pájaro,
explicó:
- Dios, nuestro Padre, está en todas las cosas que Él
crea, en eso que Él hace. Está en las plantitas, en las
flores, en los pájaros y, principalmente, en nuestros
corazones. El cielo, Pedrito, es el corazón de las
personas, cuando hacen las cosas que Jesús enseñó,
cuando conversan con el ‘Padre del cielo’, en la
oración.
Dios es como el Sol que nos calienta, nos da luz y vida.
Cuando cerramos la puerta de nuestros corazones y él no
puede entrar, todo queda oscuro y feo dentro de
nosotros, pero cuando abrimos nuestro corazón, el ‘Padre
del cielo’ entra, manso, como este rayo de sol que estás
viendo allá en lo alto, y sentimos el cielo dentro de
nosotros, dentro de nuestro corazón, donde vive el
‘Padre del Cielo’.
Texto de Cândida Chirello.
Traducción:
Carmen
Morante
carmen.morante9512@gmail.com
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