Tema: Amor a la familia / Gentileza
Naranja madura
El tío Juca había plantado un pomar y estaba trabajando
en él, cuando descubrió, entre las frutas verdes, una
bonita, grande y madura naranja. Era la primera de la
temporada de naranjas. Hacía mucho calor ese día y tenía
sed. Por eso, exclamó satisfecho:
- ¡Qué delicia! ¡Ya tengo con qué refrescarme!
Y contento, abrió su navaja para pelarla. Pero, antes de
comenzar, el tío Juca pensó en su mujer, a quien también
le gustaría esa apetitosa fruta madura.
- Joana debe sentir calor también, cocinando cerca al
fogón. Voy
a llevarle la primera naranja de nuestro pomar.
La esposa se puso muy feliz con el regalo inesperado.
Pero en vez de comerla, se acordó de su hija, que pronto
llegaría del río, donde estaba lavando la ropa.
- Voy a guardar la naranja para ella. Viene cargando la
ropa, en el sol. Va
a llegar acalorada. ¡Apreciará mucho esta naranja
suculenta!
Y diciendo eso, guardo la fruta para su hija, que
realmente adoró recibirla al llegar a casa. Pero, de la
misma forma que hicieron sus papás, la niña también,
antes de saborear la deliciosa naranja, pensó en su
hermano, que no demoraría en regresar de la tienda,
donde había ido a vender las verduras de la huerta, y
dijo decidida:
- El sol está fuerte allá afuera. Mi hermano volverá
cansado y con sed… ¡Va a deleitarse con estos gajos
llenos de jugo!
Y feliz, con la idea de beneficiar a su hermano, corrió
a la puerta a esperar al joven, que no demoró mucho en
llegar.
El hermano, satisfecho con el regalo de la niña, examinó
la linda fruta. Cuando ya iba a pelarla, se acordó,
entonces, del padre y dijo:
- Es nuestro padre quien debe saborearla. Es él quien
trabaja sin descanso en el pomar y fue él quien plantó
el árbol que dio tan bella fruta. Y así, sin dudar, fue
al encuentro del padre, que conmovido agradeció el
cariño de su hijo.
Por eso, esa misma noche, después de cenar, todavía
reunidos en torno a la mesa, el tío Juca agradeció a
Dios la felicidad que reinaba en su hogar. Después, ante
la sorpresa de la familia, colocó en un plato una
bonita, madura y apetitosa naranja, y todos pudieron
deleitarse con los gajos, saboreándola juntos.
Traducción:
Carmen
Morante - carmen.morante9512@gmail.com
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