“No temais, he aquí os traigo buena nueva de gran
alegría, que lo será para todo el pueblo: es que hoy os
nació en la ciudad de David, el Salvador, que es Cristo,
el Señor.”–
Lc 2: 10/11.
Evangelio significa Buena Nueva, o sea, buenas noticias
del Reino de los Cielos. ¡Es mensaje universal! se
dirige a todos; a nadie excluye, he “¡que el será
para todo el pueblo”!
Con todo, no fue enseñado, a lo largo de dos milenios,
con la convicción y la pureza necesarias para que las
sublimes lecciones fuesen asimiladas y transformasen
para mejor a la Humanidad terrena. ¡En ese periodo,
poquísimos la ejemplificaron en sus vidas!
¡Y esto nos hace inmensa falta en los tiempo que ahora
vivimos en el bello planeta Tierra!
¡Es lo que se concluye en los registros del mentor
Telésforo, en una obra recibida en 19441:
“Es indispensable socorrer a los que enfrentan,
valientes, las profundas transformaciones del planeta”.
Y añade:
“La Humanidad terrena se aproxima, día a día, de la
esfera de vibraciones de los invisibles de condición
inferior, que la rodea en todos los sentidos. Pero (...)
abrumador porcentaje de habitantes de la Tierra no se
preparó para los actuales acontecimientos”.
¡Como se ve, no nos falta, ni faltará el socorro de lo
Alto, porque la misericordia divina es infinita!
*
¿Cuántos somos, en la Tierra?
En 1952, había más de veinte millones de Espíritus
desencarnados vinculados a la Tierra; y 3,390,198,215
millones de encarnados.2
En 1949, recibimos la información de que esos casi
3,390,198,215 millones de encarnados, más de un billón
está constituído por Espíritus semicivilizados o
bárbaros; y que no pasaban de 600 millones las personas
aptas a la espiritualidad superior.3
¡2000 años después de Jesús! Eso significa que aquellos
que debían divulgar el mensaje evangélico – sobre todo
por el ejemplo – se desviaron, descaracterizándola,
instituyendo dogmas y cultos externos, ajenos a Sus
enseñanzas y ejemplos.
Se desviaron por otros caminos, fracasando de tal forma
que el Maestro nos envio, con la Doctrina Espírita, otro
Consolador – como prometido por Él mismo, he que la
providencia era necesaria, pues bien nos conoce, a los
hombres, y teniendo presciencia de los hechos, busca
reconducirnos al conocimiento y práctica del Evangelio,
restableciéndolo en su pureza original.
*
Cayo Julio César Octavio (63 a.C – 14 d. C. – 77 años),
primer Emperador romano, administro aquel Imperio por
largos 41 años: del 27 a. C. a 14 d. C. por sus
cualidades, fue propuesto Augusto (sublime).
En una breve retrospectiva, intercalamos a seguir datos
cogidos en la Enciclopedia Delta y en un texto de
Humberto de Campos4, Espíritu:
Él daba a los súbditos sagrada emoción de seguridad y
alegria.
Al presidir fiestas populares – lleno de angustia y
problemas personales, sea por la salud frágil, sea por
cuestiones familiares -, se sorprendía con “(...) el
júbilo y la tranquilidad de su pueblo”.
Trajo Nueva Era para el portentoso Imperio, sobre el
cual no se ponía el sol.
Valoró la Educación y la Justicia, renovando las leyes;
y la arquitectura: construyó bellos edificios,
transformando Roma en una ciudad de mármol.
Restauró la Paz y el orden, después de 100 años de
guerra civil.
Apoyó la literatura.
Muy honesto, hizo grandes y extraordinarias
realizaciones.
Expandió el Comercio, construyó Caminos, Puentes y
acueductos.
Desenvolvió un eficiente sistema de correos; mejoró
puertos.
“Delgado y enfermo”, fue (...) regenerador de las
costumbres; restaurador de las tradiciones más puras de
la familia; mayor reorganizador del Imperio”.
Demostró que la Justicia comienza en casa, al labrar
decreto de destierro de la única hija, por escándalos en
la Corte. Más tarde, hizo lo mismo con la nieta.
Tan relevante fueron los hechos ocurridos en aquel
fecundo periodo de la Historia Universal que “(...) su
nombre fue dado al siglo ilustre que lo vio nacer”,
afirma Humberto de Campos, Espíritu, en el texto de
arriba referido, del libro Buena Nueva, pero atribuyó
los éxitos de aquella época no sólo a la acción de
Augusto, sino a la
“Esfera de Cristo que se aproximaba a la Tierra, en una
vibración profunda de Amor y de Belleza.
“La Humanidad vivía, entonces, el Siglo de la Buena
Nueva.
“Quedaria el Evangelio como el Libro más vivaz y más
hermoso del mundo, el mapa de las bendecidas altitudes
espirituales, el guía del camino, el Manual del Amor,
del Corage y de la perenne Alegría”.
Al contrario de lo que muchos imaginan, desatentos, sus
enseñanzas son de naturaleza práctica. ¡Y nada vale
apenas conocerlas! ¡Se destinan a cambiar
comportamientos! No nos basta frecuentar templos
religiosos!indispensables vivirlas!
Allan Kardec5teje preciosas consideraciones
sobre su Mensaje:
“Toda la moral de Jesús se resume en la caridad y en la
humildad, esto es, en las dos virtudes contrarias al
egoísmo y al orgullo”.
Más allá de citar pasajes de las bienaventuranzas,
prosigue indicando otras perlas del Evangelio. Otros
tópicos de este precioso texto de Kardec:
El amor al prójimo como a nosotros mismos;
Hacer a los otros lo que nos gustaría que nos hicieran;
El amor a los enemigos;
El perdón de las ofensas, para obtener el perdón para
nuestros errores;
La práctica del bien sin ostentación;
Nos juzgamos a nosotros mismos, antes de juzgarnos a los
otros;
No cesa de recomendarnos la práctica y la
ejemplificación de la humildad y de la caridad;
El combate al orgullo y al egoísmo;
Nos indica, al final, que el Maestro no se limita a
recomendar la caridad; la pone en términos claros como
condición absoluta de la felicidad futura.
Coloca al samaritano, que práctica el amor del prójimo,
por encima del ortodoxo que falta con la caridad.
Elije la caridad en primer lugar, porque ella
implicitamente abarca todas las otras: la humildad, la
blandura, la benevolencia, la indulgencia, la justicia y
porque es la negación absoluta del orgullo y del
egoísmo.
He ahí trechos de Su mensaje, que resume las Leyes de
Dios:
“Si me amais, guardareis mis mandamientos” – Ju 14:15.
“Si alguien quiere venir en pos de mí, nieguese así
mismo, tome cada día su cruz y sígame.” – Lc 9:23 (Como
se ve, se trata de um largo camino.).
“Reconciliate deprisa con tu adversario, mientras estás
a camino con él.” Mt 5:25.
“Y en cualquier casa donde entraras, decid antes: la paz
sea en esta casa.”
“Todo lo que quisieras que los hombres te hagan, hazlo
así también a ellos, porque esta es la Ley y los
profetas.” – Mt 7:12.
“Un nuevo mandamiento os doy: que os ameis unos a los
otros; así como yo os ame, que también os améis unos a
los otros. En esto conocerán todos que sois mis
discípulos, si tuvieseis amor unos a los otros.” Jo
13: 34-35. (*)
Emmanuel6, Espíritu, indica que las
enseñanzas de Jesús:
- No tened fórmulas complicadas;
- Su filosofía no contiene mistérios religiosos;
- No se envuelve en las dominaciones políticas;
- Convive con el pueblo simple y lo invitas a levantar
el Santuario del Señor en los propios corazones;
- Ama a Dios, Nuestro Padre, con toda tu alma, con todo
tu corazón y con todo tu entendimiento;
- Ama al prójimo como a ti mismo;
- Perdona al compañero cuantas veces se hicieran
necesarias;
- Presta sin aguardar retribución;
- Ora por los que te persiguen y calumnian;
- Ayuda a los adversarios;
- No condenes para que no seas condenado;
- A quien te pida la capa cede igualmente la túnica;
- Si alguien te solicita el camino de mil pasos, sigue
con él dos mil;
- No procures el primer lugar en las asambleas, para que
la vanidad no tiente tu corazón.
- Quien se humilla será exaltado;
- Al que te golpee en una mejilla, ofrecele también la
otra;
-Bendice a aquel que te maldice;
- Da y recibirás;
- Sé misericordioso;
- Haz el bien al que te odia;
- Resplandezca tu luz;
- Tem buen ánimo.
En el Sermón de la Montaña, Jesús señala:
“Bienaventurados los humildes de espíritu, porque de
ellos es el reino de los cielos;
Los que lloran, porque serán consolados;
Los mansos, porque heredarán la tierra;
Los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán
hartos;
Los misericordiosos, porque alcanzarán misericordia;
Los limpios de corazón, porque verán a Dios;
Los pacificadores, porque serán llamados hijos de Dios;
Los perseguidos por causa de la justicia, porque de
ellos es el reino de los cielos;
“Biena-venturados sois cuando, por mi causa, os injurien
y os persigan y, mintiendo, dijeran todo mal contra
vosotros” – Mt 5:3 a 11.
En el artículo El mayor monumento y la mayor
necesidad7 Jarbas Leone Varanda hace
preciosos registros:
- Cita Emmanuel: La Doctrina Espírita es la Religión de
la Sabiduría y del Amor;
- Que oyó de Francisco C. Xavier, al visitarlo, que:
“(...) ¿usted sabe que el Sermón de la Montaña es el
mayor monumento de sabiduría de todos los tiempos que la
humanidad ya recibió con vistas a su evolución
espiritual?
¿Y usted percibió que no existe una sola bienaventuranza
destinada a la exaltación de la inteligencia?
(...)
Lo que realmente el Sermón de la Montaña nos ofrece, lo
que nos encontramos en todo el Evangelio de Jesús, es la
exaltación de los sentimientos de bondad, de humildad,
de fraternidad, de abnegación, de Amor, de perdón, en
fin. ¡De caridad!
- ¡Hoy (...) la cabeza está grande y el corazón pequeño,
siendo cierto que la Humanidad siempre se perdió por el
cerebro, nunca se perdió por el corazón!”
Al priviligiarnos la inteligencia, en detrimento del
Amor, pasamos, a lo largo de los siglos, por triste y
dolorosas realidades, que perduran hasta los días
actuales.
Nos cumple, pues, educar los sentimientos, para
conquistar el equilibrio que nos religará al Padre.
La Parábola del Samaritano señala que aquel personaje
fue`tocado de compasión´.
¡La Espiritualidad Superior nos anima, incesantemente, a
realizar ese ideal que nos traerá Armonía y Paz!
En un mensaje mediúmnico, dirigido a un amigo común:
expositor Espírita de nuestra región afirmó que, al
retorno a la Patria Espiritual, el trabajo en la
divulgación del Evangelio y aquel desarrollado con la
sopa fraterna fue relevante para él, ¡pero lo que más
le valió fueron los raros momentos de compasión!(*)
En el Cap. 3 de la bellísima obra de Humberto de Campos,
Espíritu, titulada Buena Nueva, hay el registro
de un expresivo diálogo de Jesús con el orgulloso
sacerdote, en el cual habla de la fundación del Reino de
Dios:
- ¿Galileo, qué haces en la ciudad?
- ¡Paso por Jerusalén, buscando la fundación del reino
de Dios!
- ¿Reino de Dios? - ¿Y qué piensas tú que vaya a ser
eso?
- ¡Ese Reino es la obra divina en el corazón de los
hombres! (...)
- ¿Conoces Roma o Atenas?
- Conozco el Amor y la Verdad.
- ¿Tienes ciencia de los códigos de la Corte Provincial
y de las leyes del Templo?
- Sé cuál es la voluntad de mi Padre que está en los
cielos.
Jesús inició Su pasaje por la Tierra en medio de la
Naturaleza, en el pesebre humilde, en la noche de
Navidad.
Y concluirá Su noble tarea a lo largo de los siglos,
donde se tendrá la “(...) profunda visión de Jesús
liberada”, señalada por Juan, en el Apocalipsis.
Meditemos sobre todas estas cuestiones y busquemos
aprovechar el tiempo, como nos recordó el poeta romano,
Horacio, con la expresión: ¡Carpe diem!
(*) – Grifei.
Referências:
1. XAVIER,
Francisco C. Os Mensageiros. Pelo Espírito André
Luiz. 12. ed. Rio de Janeiro: FEB, 1980. Cap. 5, p. 32 e
33.
2. XAVIER, F.
Cândido. Roteiro. Pelo Espírito Emmanuel. 4. ed.
Rio de Janeiro: FEB, 1978. Cap. 9, p. 43.
3. XAVIER,
Francisco C. Voltei. Pelo Espírito Irmão Jacob.
7. ed. Rio de Janeiro: FEB, 1979. Cap. 9, p. 93.
4. XAVIER,
F. Cândido. Boa Nova. Pelo Espírito Humberto de
Campos. 13. ed. Rio de Janeiro: FEB, 1979. Cap. 1, p.
15.
5. KARDEC,
Allan. O Evangelho
segundo o Espiritismo. Trad.
Evandro Noleto Bezerra. 2. ed. 1ª. impr. Brasília: FEB,
2013. Cap.
XV, it. 3, p. 203.
6. XAVIER, F.
Cândido. Roteiro. Pelo Espírito Emmanuel. 4. ed.
Rio de Janeiro: FEB, 1978. Cap. 13, p. 59.
7. Revista
Reformador, maio/95, p. 140.