Espiritismo para
los niños

por Marcela Prada

 
Tema: Trabajo, Cooperación


El pan de mil hombres


Doña Ángela consiguió unas semillas de trigo y se las mostró a todo el vecindario.

Las cosas no iban bien allá en la ciudad en la que vivía. Todo estaba muy caro y hasta comprar el pan era difícil. Y ella tuvo una gran idea:

- ¿Qué tal si nosotros hiciéramos nuestro pan?

Todos encontraron perfecta esa idea y estuvieron de acuerdo con Doña Ángela.

- Entonces, necesitamos reunirnos para coordinar cómo será el trabajo – dijo ella.

Doña Ángela reunió a todos en su casa y comenzó a contar una historia cuyo nombre era “El pan de mil hombres”.

- Para que ese pan fuera hecho, 100 personas plantaron las semillas, 100 personas regaron la tierra, 100 personas cosecharon el trigo, 100 personas desgranaron el trigo, 100 personas llevaron el trigo al molino, 100 personas molieron el trigo, 100 personas pusieron el trigo en sacos, 100 personas lo llevaron a la panadería, 100 panaderos hicieron la masa y la colocaron en el horno y 100 personas vendieron el pan.

Cuando Doña Ángela terminó de contar la historia, quedó muy sorprendida porque la sala estaba vacía. Todos había desistido, viendo el trabajo que daba hacer el pan.

Pero ella no desistió. Preparó la tierra, plantó la semilla, regó, cosechó el trigo, desgranó, hizo la harina, preparó la masa, esperó a que la masa creciera y la colocó en el horno.

¿Y saben lo que pasó?

Un olorcito muy delicioso fue yendo a la casa de sus vecinos. Y era tan bueno, que nadie pudo quedarse en su casa y la sala de Doña Ángela fue llenándose de gente.

Llegaba la hora de distribuir el pan y Doña Ángela fue muy gentil con todos. Se puso feliz al ver a los vecinos en su casa. Fue allá cerca del horno y volvió con un gran saco.

¿El saco estaba lleno de pan? ¡No! De semillas de trigo.

Una vez más ella aprovechó para enseñar a los vecinos cómo se hizo el pan y dio una semilla a cada uno.

Desde ese día ya nadie dejó de plantar sus semillas y comer todos los días un pan muy delicioso.

Pues sí, todo en la vida es así. Si la gente no planta, ¿cómo quiere cosechar?

 

Fuente: Texto de Cândida Chirello.



Traducción:
Carmen Morante
carmen.morante9512@gmail.com
 

 


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