Entrevista

por Orson Peter Carrara

El Evangelio debe ser vivenciado y no solo estudiado

La frase de arriba, que da título a esta entrevista, es del cofrade João Geraldo Vieira (foto), paulista nacido en Cosmópolis, radicado en la ciudad de Campinas (SP). Empresario de la rama de software, es graduado en Análisis de Sistemas con posgrado en Gestión de Proyectos. Espírita desde 2006, está vinculado al Centro Espírita Allan Kardec, de la ciudad donde reside. Dirigente de reuniones mediumnicas, es conferencista y se ha destacado por sus estudios sobre el Evangelio, asunto que constituye el tema central de la siguiente entrevista.

¿Cómo y cuándo conoció el Espiritismo?

Mi primer contacto con la espiritualidad fue muy temprano. Todavía era un bebé cuando me llevaron a un patio de Umbanda, fundado por un tío abuelo. Prácticamente crecí con los conceptos de espiritualidad, ya que este tío abuelo, el Sr. João Merlo, aunque era umbandista, era un asiduo estudioso de las Obras Básicas y de los libros de Emmanuel. Cuando nos reuníamos en su casa, oíamos largas explicaciones sobre sus estudios. Pero recién efectivamente en el 2006 comencé el curso del CEAK Campinas, en el Núcleo Educativo Eurípides. En esa época mi novia, hoy mi esposa Camile, estaba estudiando en el CEAK y entonces despertó definitivamente mi interés.

¿A qué actividades se dedica actualmente en el Centro Espírita Allan Kardec?

Actualmente soy auxiliar de disertaciones, profesor, conferencista y expositor de clases. En las reuniones mediumnicas participo como médium en una de ellas, y en la otra como dirigente.

¿Cómo comenzó el trabajo de las conferencias?

Es interesante estar seguro de que nada es por casualidad. Había terminado el Curso en CEAK en diciembre del 2009; entonces en enero del 2010 ya estaba listo para trabajar en la Casa. Mi esposa ya era directora de disertaciones, entonces la acompañaba, dispuesto a servir siempre que fuera posible. Un día ella me invitó a hacer una disertación. Me resistí un poco al principio, pero acepté. Fue entonces cuando empecé a tener contacto con la divulgación de la doctrina. Pero recién en el 2017, después de haber pasado por un período de problemas personales, comencé a pensar en ofrecer conferencias. Escuchando las sugerencias de los buenos amigos, encarnados y desencarnados, decidí unirme. Las invitaciones comenzaron a multiplicarse y, con ellas, las oportunidades de trabajo.

Específicamente, ¿por qué el interés en el Evangelio, estudiado en su esencia y profundidad?

El Evangelio de Jesús, en cierto modo, siempre me llamó la atención. Algo dentro de mí siempre me llevaba a querer comprender la Buena Nueva más allá de las letras. Cuando comencé a estudiar Espiritismo y entendí la misión de Cristo en nuestro planeta, me di cuenta de que había una profundidad más grande de lo que podemos ver en sus palabras. El Evangelio de Jesús es el mayor regalo que recibimos de este maravilloso Maestro, es la clave para liberarnos de nuestras prisiones.

¿Cómo procede en esas investigaciones?

Este año consolidamos un Grupo de Estudio siguiendo el modelo propuesto y conocido como el NEPE (Núcleo de Estudos e Pesquisas do  Evangelho). Muchos compañeros del Movimiento Espírita en Brasil estudian de esta manera. En nuestro grupo buscamos entender el contexto de la enseñanza de Cristo. El Maestro nació entre los judíos; entonces, lo que tenía sentido para ese pueblo, en esa época, es una de las claves para la comprensión. Las otras claves están en el Espiritismo, que nos esclarece de una manera maravillosa el sentido profundo de las palabras de Jesús. Por ejemplo, cuando estudiamos una parábola de Jesús, estudiamos palabra por palabra, buscando su significado para el pueblo hebreo, su concepto, estudiando la política, la religión, la geografía y las costumbres de la época. También buscamos el sentido de esa palabra en el idioma hebreo, y las relaciones de esas palabras y frases que resuenan en la Doctrina Espírita. Un estudio minucioso que nos revela gratas sorpresas.

¿Qué sentido tiene el resultado de esas investigaciones en sus deseos personales de crecimiento?

Esta forma de estudio cambió por completo mi manera de entender el Evangelio. Junto a esto, la comprensión de las verdades espirituales se hizo más accesible. La comprensión, que proviene de las investigaciones, me ha ayudado a reflexionar cada vez más sobre mis acciones, confirmando que el Evangelio debe ser vivenciado, y no sólo estudiado. Para pasar estas informaciones a las personas, necesitamos en primer lugar sentirlas en nuestros corazones.

¿Y en la transmisión de esos conocimientos al público?

Cuando transmitimos los resultados de nuestros estudios al público, siempre tenemos la grata sorpresa de encontrar corazones que se alinean con los nuestros. Escuchamos que la gente dice cuán esclarecedor ha sido esta profundidad de la comprensión, llegando a escuchar de varios compañeros el hecho de que nunca habían pensado en el Evangelio de la manera que lo proponemos. Por supuesto, esta es la Siembra de Cristo, y como su trabajador ha sido una bendición el poder ayudar en esta renovación, en este banquete de amor y fe.

De sus recuerdos ¿qué le gustaría destacar en esta área de estudio y divulgación?

Recuerdo una vez, al final de la conferencia sobre la parábola del Hijo Pródigo en el CEAK de Campinas, un señor se acercó y me dijo que hacía 40 años que conocía la parábola, pero nunca había comprendido la manera en que yo la había tratado, y que le había ayudado a calmar su corazón ese día. Su comentario, acompañado de su voz de embargada de emoción, me da la certeza de la fuerza renovadora del Evangelio de Cristo. Como un amigo mío siempre dice, somos sólo los hilos conductores, sólo transmitimos la luz de nuestro Maestro.

¿Algo mas que le gustaría añadir?

Me gustaría resaltar la importancia de la Doctrina Espírita en todo este proceso. Sin sus bases sólidas, sin su filosofía liberadora, no sería posible estudiar el Evangelio sin ataduras, sin creencias que limitan, sin dogmas. La importancia de las Casas Espíritas bien orientadas, que tienen en como directriz la pureza doctrinaria, la seriedad en sus departamentos y el amor al prójimo. Sin estos ideales profundizados por la Doctrina, sólo seriamos letra muerta. Más que llevar el Evangelio, nuestra tarea es sentirlo. Y esa es la base que el Espiritismo nos concede.

Sus palabras finales.

Doy gracias a Dios y al Maestro Jesús inmensamente por la oportunidad de trabajar y aprender, porque aprendo todos los días con el Evangelio. A mis padres por darme, y seguir dándome, la herencia más importante de todos, la de mi carácter. A mi esposa, que me acompaña, incentivándome, ayudándome y siendo parte de este trabajo. Al CEAK de Campinas, por haberme presentado la Doctrina Espírita y ser mi puerto seguro. A ti, Orson, con quien aprendo tanto. Eterna gratitud. Nada somos sin gratitud. No somos nada sin humildad. Como decía Pablo, el apóstol, en su primera epístola a los Corintios: "Quien piensa que sabe algo, en realidad no sabe nada como debe saberlo".

 
Traducción:
Ricardo Morante
rmorante3@yahoo.com

 

     
     

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