Se percibe
que Chico se encaja en cada una de esas cualidades -
bondad, benevolencia, sencillez de corazón, amor al
prójimo y el desprendimiento de las cosas materiales -
llegando al máximo de su manifestación, siempre
preocupado en ayudar a los más necesitados, no sólo a
los pobres del cuerpo, sino también a los "pobres del
espíritu", en la acepción usual del término.
Hay una
frase, muy citada, de autoría de Chico Xavier que es: "Conozco
a personas tan pobres que sólo tienen dinero", tal la
pobreza espiritual de muchos que aún buscan más las
cosas de este mundo, en detrimento de aquellas que
quedarán para siempre. De esa forma, actuando como un
seno sosteniendo a los necesitados que le cruzaban el
camino, ese Espíritu iluminado, que asumió la identidad
de Chico Xavier, nos trajo otro legado: el del desapego.
No recibió ninguna compensación financiera por los
libros, pues afirmaba que ellos no le pertenecían. Eran
de autoría de los Espíritus que los dictaron y que, por
lo tanto, no podría recibir por algo que no fuera
producido por su intelecto, donando todos los derechos
de autor. En este sentido, su legado es el del verdadero
cristiano, ejercitando la más pura caridad del "Dad de
gracia lo que de gracia recibiste". Ni la compensación
financiera, ni el reconocimiento público era su
objetivo, porque muchas veces no cobramos en dinero el
retorno de nuestras acciones, pero exigimos el
reconocimiento público para que nuestro orgullo se
sienta atendido, olvidados de que Jesús aseveró para que
no hiciéramos las obras para que los hombres las vieran,
pues así la recompensa ya se habría alcanzado, nada
quedando por recibir.
Este
siempre fue el propósito de Chico Xavier: el desapego de
todo lo que es material. Sólo le bastaba lo mínimo
necesario para sobrevivir y trabajar por la divulgación
de la doctrina de los Espíritus. Entendió, desde que
obtuvo las primeras aclaraciones sobre la doctrina dados
por el matrimonio Perácio, de que la verdadera
mediumnidad no es la fenoménica por más singular y
exuberante que sea. La verdadera mediumnidad es la
practicada con Jesús y para Jesús, en el sentido de que
el médium debe buscar su propia evangelización, con el
consiguiente perfeccionamiento moral. Sabía él que
recibimos la mediumnidad por añadidura de misericordia
para que podamos ejercitar las cualidades del Espíritu,
a lo largo de diversas encarnaciones. Chico sabía de esa
condición y trabajaba cada vez más para que fuera un
intermediario seguro y digno de la tarea que asumió como
misión antes de su reencarnación en Pedro Leopoldo.
Como
médium nos deja también el ejemplo del Buen Espírita, lo
que demostró ser en todas sus actitudes. Es un Espíritu
en evolución, cuyo nivel evolutivo nos supera en mucho y
que ante los Planes Divinos, no rechazó atender al
llamamiento para otra experiencia en la carne,
contribuyendo decisivamente para la consolidación del
Espiritismo en Brasil y en el mundo, especialmente para
los países, y que son muchos, en que sus libros fueron
traducidos y publicados. Su legado es el modelo de
médium seguro y consistente con el Evangelio y con la
Doctrina Espírita.
Chico Xavier – el legado moral
Se trataba
de asuntos complejos e importantes de hoy con la
simplicidad del razonamiento claro y objetivo, que
expresaba con palabras dulces y siempre caritativas, sin
ofender a nadie. Enfrentó diversas persecuciones desde
los cuadros espíritas que no lo entendían y exigían de
él lo que no era importante y no necesario, cuando lo
buscaban para atender a curiosidades, o demostrar que
tenían prestigio por ser "amigos" de Chico, así como,
opositores en las diversas corrientes filosóficas y
religiosas contrarias a la idea espírita. Siempre con
mucha paciencia, actuaba con el respeto necesario, con
integridad, pero sin desviarse de sus convicciones más
profundas con relación a la Doctrina y al Evangelio.
Incluso ante los obstáculos físicos, financieros,
políticos, persecuciones a través de calumnias o
invenciones de que él hubiera dicho o hecho algo que
deslumbrase su misión, permaneció firme. Los medios que
lo apoyaban al final de su existencia terrena, al
principio lo confrontaron con artículos en órganos de
comunicación de penetración en el país entero, en los
cuales fuera atacado los órganos de comunicación de
penetración en el país entero, en los que había sido
atacado y acusado de charlatán, de aprovechador de la fe
pública, y que buscaba simplemente atender a la propia
vanidad, especialmente porque usaba una peluca. La
vanidad, por supuesto, no formaba parte de él. Su
belleza de alma superaba a todo y a todos, y podía ser
sentida por todo aquel que se acercaba a su persona. Su
palabra era de levantar a los decaídos, de dar consuelo
a los que sufrían como las madres y padres que buscaban
un lenitivo para disminuir el dolor de la nostalgia que
los abatía. Su mirada penetrante estaba atento a todo y
a todos, y conseguía percibir, por su clarividencia, las
necesidades de cada individuo, dándole el cariño y la
palabra necesarios.
Ejemplo de
integridad, actuó con la conciencia de quien estaba "a
camino", realizando una misión que era fundamental.
Misión del jaez de aquellas en que se exige un Espíritu
firme, madurado y seguro de su propósito. Miró a los
pobres y despreciados del mundo con mayor cariño, pues
comprendía el sufrimiento que ellos enfrentaban, y
percibiendo su carencia buscaba contribuir material o
espiritualmente, con un poco que fuera para amenizar los
sufrimientos por los que pasaban. Ejemplo de cómo
debemos actuar cuando estamos junto a hermanos de
condición menos propicia, pues si hoy podemos dar,
mañana tal vez seamos a pedir.
Ese es el
legado moral de Chico Xavier: Amor, perdón, comprensión
y respeto para con todos, pues, en su humildad
cristalina, demostraba sentirse el menor entre los
menores, actitud digna de quien ya convive en la paz del
Reino de Dios.
Chico
Xavier – el legado doctrinario
Tuvo los
primeros contactos con la Doctrina Espírita, por las
manos de Dña. Carmen Pena Perácio que le presentó El
Libro de los Espíritus y El Evangelio según el
Espiritismo, dos obras de las que componen la
codificación kardecista. La lectura de esas obras lo
impresionó de tal forma, que decidió convertirse en
espírita de inmediato. Inició el estudio sistemático
junto con el desarrollo de la psicografia, pues su
misión junto a la elaboración de libros era lo
fundamental. Alineaba el estudio al trabajo: la
mediumnidad se iba desarrollando mientras él crecía en
conocimiento sobre las bases doctrinarias que le
ayudaron a comprender los fenómenos que le sucedían
desde la edad de cinco años.
Siempre
contando con la ayuda y apoyo de la Espiritualidad
Superior, coordinada por Emmanuel, estudia
sistemáticamente los libros doctrinarios, así como otras
publicaciones que le caían en las manos, con mucha
atención a los matices que se percibía en los textos.
Cuidaba para no herir susceptibilidades, sin embargo no
prescindía de presentar siempre su visión sobre
cuestiones polémicas que le eran dirigidas por medio de
cartas, o incluso en los programas de radio y
televisión, en las entrevistas para revistas, etc. Nunca
se omitió ante un cuestionamiento, y siempre ofreció la
posibilidad de lo contradictorio, entendiendo que no se
puede querer tener la propiedad de la verdad, y que
siempre se puede aprender y ampliar horizontes con ideas
saludables de otras personas.
Entendemos
que el principal legado de Chico en ese aspecto fue el
de mostrar a todos nosotros que ser espírita no es sólo
frecuentar sesiones espíritas y tomar pases. Esto
también es importante, sino de no fijarse en las cosas
periféricas, sino, sí, profundizarnos en nosotros mismos,
por el estudio, buscando nuestras cuestiones personales
a ser analizadas y resueltas en base al discernimiento y
la voluntad firme. Esta actitud está en línea con lo que
nos dice Kardec en El Evangelio según el Espiritismo:
"Se reconoce al verdadero espírita por su transformación
moral, y por los esfuerzos que hace para domar sus malas
inclinaciones."3 Estimula a buscar conocimientos a
través de la investigación de informaciones doctrinarias
y evangélicas, así como el trabajo espiritual en
cualquier área y nivel. No hay trabajo que se desprecie
si se hace en el nombre de Jesucristo.
Hoy en
día, muchos miran para codificar y comentan que Kardec
está desactualizado, pues la ciencia en el siglo XIX era
muy acentuada en relación a los descubrimientos de que
disponemos hoy en día. Sin embargo, se olvidan de
observar que Kardec fue explícito al afirmar que el
Espiritismo no estaba completo, y que las contribuciones
de la ciencia que comprobadamente traía nuevas luces
sobre puntos de las enseñanzas de los Espíritus,
deberían incorporarse a la obra, pues la verdad es
revelada poco a poco. Esto no quiere decir que debamos
adulterar la base para justificar ideas poco o nada
ajustadas a la doctrina. ¡La casa que pierde sus
cimientos, sólo podrá venir a derruirse! Chico estaba
muy preocupado por esta cuestión, demostrando todo el
tiempo que Kardec venía en primer lugar. Emmanuel llegó
a afirmar que si él dijese algo que contrarrestara las
enseñanzas dejadas por Kardec en la codificación,
deberíamos quedarnos con Kardec y olvidar lo que él,
Emmanuel, había dicho. Se percibe el respeto y la
consideración por la Doctrina.
No tenía
ningún encanto personal en el sentido de ser el "dueño
de la verdad". En cierta ocasión, Chico decidió hacer
algunos ajustes de palabras en los textos para hacerlos
más comprensibles, lo que fue duramente criticado por
espíritas de renombre de la época como el Prof. José
Herculano Pires, que no recomendaba moverse la
codificación. Chico acató y desistió de la idea.
Cuando no
observamos ese legado fidedigno en relación a la
codificación, caemos en la posibilidad de transformar
las doctrinas de los espíritus, en "doctrina de los
espíritas", lo que provocaría serios trastornos, una vez
que estaríamos trayendo para dentro del espiritismo
conocimientos, opiniones no comprobadas, procesos y
discusiones que nada tienen que ver con su capacidad
doctrinaria, disfrazándolos en pertrechos espíritas,
cuando en verdad, no lo son.
Este
legado es el más importante, en nuestro punto de vista,
porque representa la estructura de toda la obra de
Chico. Él amó, sirvió, amparó, alegró, se secó lágrimas,
acogió sufridores encarnados y desencarnados, siempre
con disciplina, como le había sugerido su mentor
Emmanuel.
Cuando,
finalmente, a los 92 años de edad, en junio de 2002,
parte de retorno a la patria espiritual, nos dejó la
nostalgia, el recuerdo querido que deben quedarse en
cada corazón que, de alguna forma, directa o
indirectamente, contactó con esa alma de amor y luz.
Bibliografia:
1- ALVES, Elifas - Chico,
As Origens - Editora Aliança
2 – Eurípedes Higino &
Ariston Teles – Chico Xavier, o Apóstolo do Brasil –
Editora Espírita Ano Luz.
3 - KARDEC, Allan - O
Evangelho segundo o Espiritismo – Cap. 17 – Sede
Perfeitos, item 4.