Antonio Federico de Castro Alves completó el 14 de marzo
172 años de nacimiento. Él nació el 14 de marzo de 1847,
domingo, a las 10 horas, en la Hacienda Cabaceiras,
Freguesia de Muritiba, Comarca de Cachoeira, hoy – desde
1971 - Parque Histórico Castro Alves, situado en el
municipio de Cabaceiras do Paraguaçu, en el Estado de
Bahía. Descarnado el 6 de julio de 1871, en Bahía, a las
tres y media de la tarde.
Él sigue vivo, porque el Espíritu es inmortal. En el
mundo espiritual, continúa liberando esclavos, es decir,
Espíritus que fueron, en la Tierra, esclavos de los
vicios y de las pasiones.
A los 13 años, Castro Alves presenció una escena que
jamás olvidaría: el azote de un esclavo. Uno de sus
hábitos era contemplar la estrella de alva, que
clasificaba como "la lágrima de Cristo, por el
sufrimiento de los esclavos".
Siendo uno de los Espíritus de la falange de Ismael,
reencarnó en la Tierra con una misión definida. Ya era
maestro en el arte de la poesía, Espíritu que en el
transcurso de las existencias cultivó el intelecto con
demostraciones de elevados sentimientos.
El 3 de febrero de 1858, a los 11 años, Castro Alves fue
matriculado en el Gimnasio Baiano, fundado y dirigido
por el Dr. Abilio de Souza Borges. Antes, él y sus
hermanos asistieron al Colegio Sebrón. La pedagogía del
Dr. Abilio era revolucionaria; abolía los castigos y
estimulaba el gusto por las letras. Ernesto Carneiro
Ribeiro, uno de sus profesores, contó que en una clase
de Latín del padre Tertuliano Fiúza él pidió permiso
para traducir, en versos, la Oda, del poeta latino
Horacio, dada como tema a los alumnos. El permiso fue
concedido y Castro Alves hizo la traducción, que
maravilló a todos.
El talento poético ya se le revelaba a esa edad. El Dr.
Abílio, maravillado, así se manifestó: "Aquí está un
muchacho que demuestra tendencia para las letras, en
particular para la poesía, pues ya hace versos de
métrica correcta, rima exacta y, principalmente, de
agradable musicalidad”.
Durante el tiempo que estudió en el Gimnasio Baiano,
además de cumplir el programa escolar, tradujo del
francés, de la Antología de Charles André, poesías de
Victor Hugo, su poeta preferido; tradujo también, del
inglés, al poeta Lord Byron; en el caso de las mujeres.
Y empezaba a dibujar. Uno de sus dibujos más bellos es
el de una joven, arrodillada a los pies de la cruz, una
pintura al óleo que él tituló "Magdalena a los pies de
la cruz". Estudió derecho en Recife y Sâo Pablo.
Eugenia Cámara - Castro Alves conoció a la actriz
Eugenia Infante da Cámara en 1863. Ella tenía hermosos
ojos negros. Inteligente, instruida, hablaba varios
idiomas. Portugués de nacimiento, que era de una familia
muy antigua, algunos de sus miembros pertenecientes a la
Casa Real. Eugenia llegó a Brasil en 1858 o 1859.
Fueron muchos los poemas que Castro Alves compuso para
Eugenia Câmara, entre ellos "El Gondolero del Amor",
compuesto en Recife, fechado en enero de 1867, y "A una
actriz", compuesto en Recife el 27 de septiembre de
1866. Destacamos los siguientes versos:
Hay alguna cosa de grande
De este mundo en la amplitud,
Como la cara del Eterno
Palpita en la creación...
Y el hombre que mira el desierto
Dice consigo: "Dios está cerca,
¿Qué grandeza es el Creador?
Y, bajo las paternas vistas,
En el caso de las conquistas,
Pide alas al cóndor.
Actitudes espíritas - Castro Alves no se definió por
esta o aquella religión. Pero tenía actitudes e ideales
nobles, coincidentes con los ideales espíritas. Tuvo
conocimiento de la Biblia, habló de Dios y de
fraternidad, luchó por la libertad de los esclavos y por
los ideales de la República. En São Paulo, frecuentó la
masonería Loja América, número 86, que hoy lleva su
nombre.
En 1870, fue paseando en la Hacienda Coqueiros, en
Bahía, cuando notó un grupo de personas y entre ellas
una niña-muchacha, casi blanca, morena bien clara.
- ¿Qué hace aquí esta muchacha? - preguntó el poeta.
- Es una esclava, su mozo.
- Esclava, ¿por qué? ¿Qué hizo ella? - miró al
distribuidor y preguntó:
- ¿Cuánto quiere usted por ella?
- Quinientos mil reales.
Castro Alves miró los bolsillos, el dinero no daba.
Pidió la cantidad prestada al amigo José Dutra, llamó a
la joven, besó su frente ancha y, morena, entregándola,
librerada, al cuidado de Dutra. Al partir, el
comerciante le preguntó si quería recibo.
- ¿Recibo? ¿Qué le compré? Quítese inmediatamente,
señor. Su trabajo es despreciable e infame. En nombre de
los principios cristianos y humanos, tenía que liberar a
una cautiva.
En otra fecha, el poeta estaba en la ventana del porche
del coronel Feliciano de Aquino Tanajura, cuando vio a
un viejo esclavo, suspirando. Se dirigió al esclavo,
interrogándole sobre la causa de su pesar. El esclavo le
dijo que habían robado un cuarto de harina y la "ración"
que su señora le había dado para la semana. Castro Alves
relató el episodio a los dueños del esclavo, que le
devolvieron lo que le habían robado.
El tiro no fue accidental - Digno de registro es el
episodio ocurrido en São Paulo, en el que el poeta tenía
un tiro en el pie. El anciano Norlandio Meireles de
Almeida, considerado el mayor estudioso de Castro Alves,
dice que para que conmemorar la Independencia de Brasil
se realizó el 7 de septiembre de 1868 la sesión magna
del Gimnasio Literario, con inicio a las 17 horas, en la
Ladeira el Dr. Halcón, número 4, Sâo Paulo (SP) en la
casa del Sr. Paiva. La presencia de Castro Alves fue
anunciada.
Surgió él, entonces, con su canto de dolor y revuelta.
"Declaró" Tragedia en el Mar ", (título inicial del
poema El Barco Negrero) frente a los poderosos, dueños
de haciendas y exploradores del trabajo esclavo. La
sesión fue dirigida por José Francisco Diana, presidente
honorario del Gremio Literario, y se cerró a las 20 h.
El 17 de noviembre de 1868, miércoles, el diario Correio
Paulistano, número 3.733, página 1, decía: "según nos
informan, el académico Castro Alves fue víctima de un
lamentable desastre el 14 de noviembre, cuando andando a
la caza en los "suburbios de la capital, al saltar de
una zanja, se disparó involuntariamente en un pie la
escopeta que traía." Y la información: "se procede a las
indagaciones sobre la herida que recibió el poeta,
proveniente de un tiro disparado por él casualmente,
según se supone”. O. Giffening de Niemeuer (secretario
de Policía).
Norlândio explica Meirelles de Almeida: 1) Cuando un
periódico respetable de la época, como fue el Correio
Paulistano, publica noticias "se nos dice," es porque él
mismo no está confirmando el hecho. 2) Analizando la
situación "se procede a las indagaciones" (...) "según
se supone", queda claro que había dudas acerca de lo que
realmente sucedió. Y si el caso fue a parar en Policía
(Giffening era secretario de Policía) es que el hecho
fue más grave de lo que se supone.
Perdigón para matar anta – Antonio Carlos Veloso
Guimarâes, bisnieto de Elisa de Castro Alves Guimarâes,
hermana más mayor de Castro Alves, dice al respecto del
asunto que toda la familia del poeta sabe que nunca usó
escopeta en su vida. "Él luchaba por la vida, no iba a
cazar pajarito", explica Guimarães, enfatizando que si
el poeta fuese a matar a un pajarito con ese plomo, el
pajarito se convertiría en polvo. "Eso era plomo para
matar anta."
En la operación para la amputación realizada en Rio de
Janeiro, por el Dr. Andrade Pertence, fueron retirados
38 granos de plomo del talón del poeta. Y que, Guimarães
dice que nadie, en sana conciencia, ¡va a admitir que
Castro Alves, como dicen los biógrafos, cargara una
escopeta con el cañón hacia abajo y, por encima, en el
hombro izquierdo! Porque no era zurdo.
Antonio Carlos Veloso Guimarães fue médium, casado, con
dos hijos y frecuentó el Centro Espírita Perseverancia,
de la capital paulista. El 19 de febrero de 1985,
Guimarães recibió comunicación de Octavio Ribeiro da
Cunha, hijo de Amelia de Castro Alves, hermana del
poeta. Cunha fue profesor de Química en la Escuela
Politécnica de Rio de Janeiro y desencarnó en Rio en
1974.
El mensaje decía que el tiro en esa cacería fue
realmente un atentado, tal vez no con la intención de
matarlo, sino de asustar a toda la clase estudiantil
abolicionista. Como El Barco Negrero tuvo gran
repercusión en el seno de
la sociedad, compuesta en gran parte por granjeros,
algunos de ellos contrataron un guarda costas para
apuntar traicioneramente al poeta, por detrás y por la
noche. Miraron en las piernas, lo que evidencia la
intención de sólo asustar. Y lo asustaron. Todos se
reunieron en sus manifestaciones. Y, a partir de ahí,
Castro Alves nunca más hizo un poema abolicionista. Para
no asustar a la familia, el poeta inventó la historia de
la cacería. Dice el mensaje que Castro Alves no era
aficionado a las cacerías. Él entendía, sí, de ideales
nobles.
Interés por el Espiritismo – Eugênio Gomes, en el diario
O Globo, de Rio de Janeiro, del 19 de agosto de 1961, y
en el Diario de São Paulo, del 10 de septiembre del
mismo año, lanzó la pregunta: ¿Sería Castro Alves
espírita?
Entre otras cosas, dice Eugenio Gomes: "En cuanto al
Espiritismo, propiamente, fue sin duda Victor Hugo el
principal responsable por su propagación entre sus
discípulos de varias generaciones, tras haber dejado en
'Les Contemplations' los efectos de complicadas
experiencias de metapsiquismo en la Isla de Jersey”.
El hecho es que el Espiritismo era uno de los elementos
integrantes del complejo religioso de Victor Hugo,
siendo testimonio de ello el poema autobiográfico "A
Olympio", traducido por Castro Alves, especialmente por
estos versos:
No me consueles, no, y no te aflijas mucho...
Yo estoy calmado, impasible.
Yo no miro jamás para el mundo de este mundo,
Sino para el mundo invisible.
A mediados de 1868, en el momento en que los cirujanos
de Rio de Janeiro le amputaban el pie gangrenado, sin
ayuda anestésica, en medio de cruciantes dolores, dijo
Castro Alves, una frase reveladora de la superioridad
del Espíritu sobre la materia: "Corte, corte, doctor ...
decía del pie al cirujano. Me quedaré con menos materia
que el resto de la humanidad". Evidentemente, en tales
circunstancias, nadie es capaz de hacer frases por
apenas hacerlas...
En el campo, Castro Alves manifestó el deseo de hacer la
lectura de una obra espírita, Es lo que se deduce de una
carta de Augusto Álvares Guimarães
(casado con Adelaida de Castro Alves Guimarães, hermana
de Castro Alves) en que este le dice: "No hay obra de
Allan Kardec con el nombre de Poética del. Se me ha
facilitado la consulta en una Biblioteca Espírita y veré
lo que te podrá servir.
¿Por qué Castro Alves jamás dio a entender sus ideas
filosófico-religiosas? Sylvio Brito Soares, en Grandes
Personajes de la Humanidad y el Espiritismo (FEB 1961),
insinúa que la respuesta puede estar en la poesía Mi
Secreto:
Yo sé como este mundo ríe de escárnio,
De este áureo soñar de la fantasía.
Yo sé... Para cada creencia de nuestra alma,
El tiene una frase de ironia...
¡Ah! ¡dejadme guardar mi secreto!
De esta risa cruel yo tengo miedo...