Especial |
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por
Leonardo Marmo Moreira |
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¿André Luiz estaría en
oposición a Allan Kardec?
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La valorización de la obra de Allan Kardec es algo
meritorio, mereciendo de todos los espíritas sinceros el
más amplio apoyo. La cuestión que surge en este tema
consiste en descubrir la forma más efectiva de apoyar la
obra de Allan Kardec y, principalmente, su relación con
las obras subsidiarias que presentan elevada calidad.
Eso ocurre, pues la valorización de la obra de Kardec no
excluye el carácter evolutivo del pensamiento espírita
ni la necesidad de estudiar con exención de ánimo datos
e informaciones que puedan contribuir con nuestra
comprensión de toda la realidad espiritual.
En este sentido, la obra de André Luiz, en los últimos
tiempos, ha motivado va-rios debates doctrinales,
convirtiéndose en referencia en esas discusiones, ya sea
para apoyo o para la oposición. De hecho, André Luiz ha
sido duramente combatido por algunos grupos de
compañeros que alegan defender la obra de Allan Kardec.
Con el objetivo de desvalorizar la contribución de André
Luiz, los cohermanos que rechazan los libros de ese
autor espiritual utilizan varios argumentos. Analizamos
algunos de ellos:
1 – Algunos critican a André Luiz, pues afirman que se
trata de novela.
Se trata de un argumento muy pobre, pues pretende
desvalorizar el contenido de una obra por el rechazo a
la forma en que se presenta. Ahora bien, la forma en que
el texto se presenta no desmerece su contenido
intrínseco. Evidentemente, hay estrategias en términos
de didáctica que pueden ser consideradas más o menos
eficientes y hay también estilos de escritura que pueden
ser considerados más o menos atractivos. Sin embargo,
alegar que una determinada obra no tiene valor porque se
presenta en forma de narrativa no parece ser un
argumento razonable. Suena como una estrategia sutil de
nivelar a André Luiz con diversas obras "agua con azúcar"
que se presentan en ese formato. Sólo que André Luiz no
puede ser que es responsable de la superficialidad de
otras obras que usan narrativas para vehicular su
contenido. Además, queda evidente que uno de los
principales objetivos de la obra de André Luiz (pero no
único) es retratar el más en detalle posiblemente el día
a día de un Espíritu desencarnado en niveles vibratorios
cercanos a aquellos vividos por un Espíritu terreno de
evolución mediana. Por lo tanto, con ese objetivo, la
presentación en la forma de narrativa es fundamental
para una de las metas intrínsecas de la propia obra:
proporcionar una noción mínima de cómo se vive en el
mundo espiritual. Un libro de preguntas y respuestas o
de disertaciones conceptuales no alcanzaría ese
objetivo. Vale registrar que hasta que Allan Kardec
cambió su estrategia didáctica de presentación de las
in-formaciones espirituales de El Libro de los Espíritus
de su primera edición para la segunda edición. La forma
puede tener su importancia, pero el contenido es lo
esencial.
Una crítica semejante que la llamada "serie Nuestro
Hogar" sufre, sería el hecho de que André Luiz se
asociara a obras que siguen su estilo, pero que
presentan contenido inferior. De nuevo, debemos estudiar
las obras que tienen buen contenido, independientemente
del estilo de escritura. Si un determinado autor
espiritual y / o su respectivo médium psicógrafo
presenta o no valor en su obra, debe ser el análisis
desarrollado de forma independiente. André Luiz no puede
ser responsabilizado por todo lo que está escrito en
obras que supuestamente narran el día a día de la vida
en el mundo espiritual como lo hizo. Este trabajo de
análisis crítico del contenido no es fácil en función
del volumen siempre creciente de la llamada "literatura
mediúmnica", pero, en cierto sentido, es un esfuerzo
inherente al estudio de la obra mediúmnica. No hay como
el movimiento espírita, cada vez en número de adeptos y
en producción literaria, huir de la tarea de estudiar lo
que viene siendo publicado en su nombre.
2 – Outra crítica que André Luiz sufre es la de que pasó
por estados “purgatoriales” de sufrimiento y fue
considerado un suicida inconsciente o indirecto.
Ahora bien, se trata de otro argumento débil, pues, como
diría Divaldo Franco, "la cosa vale por su contenido y
no por quien la dice". La obra de André Luiz debe ser
evaluada por el contenido, es decir, por sus
informaciones, datos y análisis y no por la situación
espiritual específica de la entidad comunicante, aún más
siendo la caracterización auto-atribuida.
Es claro que cuanto más evolucionado sea el Espíritu, en
principio, más evolu-cionado será su mensaje (sobre todo
si está discutiendo asuntos que domine). Sin embargo, en
la evaluación del mensaje mediúmnico, el uso de nombres
famosos y célebres es una estrategia ampliamente usada
por fascinadores y pseudosabios, lo que fue varias veces
denunciado por el propio Codificador, Allan Kardec. Por
otra parte, Kardec valora la contribución informativa de
mu-chos Espíritus de la evolución mediana y varias veces
rechaza información de Espíritus a priori más elevados
espiritualmente. Además, André Luiz narra su experiencia,
en la mayoría de sus obras, en la primera persona del
singular y no sería de buen tono que se conviertan en
auto elogios, incluso porque ese tipo de actitud no
proporciona calidad adicional a ninguna obra. Entonces,
debemos ser comedidos en la aplicación de un supuesto
rechazo de la obra de André Luiz en función de ello.
Argumento similar a ese, el cual podría ser incluido en
ese mismo tópico, es afirmar que André Luiz no era
espírita cuando estaba encarnado. Si tomamos esto en
consideración, rechazaremos a muchos trabajadores nuevos,
que presenten cualidad doctrinal, porque no tienen "tiempo
de servicio". Por otra parte, muchos Espíritus de la
Codificación defendieron ideas completamente diferentes
de las ideas espíritas cuando estaban encarnados con los
respectivos nombres utilizados en la obra de Allan
Kardec para la identificación de su entidad. Según Allan
Kardec, el carácter moral del médium viene por delante,
como criterio de evaluación del mensaje. En ese sentido,
la vida apostólica de Chico Xavier debería proporcionar
al menos una exención de ánimo para el análisis del
contenido del mensaje de André Luiz.
3 – Probablemente, lo que más choca y fomenta una
oposición a la obra de André Luiz son los detalles del
día a día de la vida del mundo espiritual.
Algunos alegan que son informaciones sorprendentes, pues
no se encuentran en la obra de Allan Kardec. Ahora bien,
no estar en la obra de Kardec no significa estar en
oposición a Kardec. Si el Espiritismo es ciencia, y como
ciencia evoluciona, como nos enseñó el Codificador, no
podemos esperar que todos los libros sólo repitan lo que
Kardec reveló, sin añadir nada nuevo.
Kardec es una obra conceptual y los diálogos con los
Espíritus se centran en detalles morales y sentimentales
generales que los comunicantes detectan, normalmente en
diálogos relativamente cortos. Ninguna obra de Kardec o
autor espiritual de la codificación se dispuso a narrar
de forma más dilatada su día a día, pues en aquel
momento Kardec y los Espíritus estaban esbozando el
marco conceptual de la Doctrina Espírita. Sin embargo,
la obra kardecista defiende que sólo venceremos
completamente el miedo a la muerte, y otros problemas
relacionados, elaborando una noción que sea lo más
precisa posible del mundo espiritual.
La dificultad en aceptar la realidad espiritual descrita
por André Luiz podría atri-buirse a dos factores:
1º - La dificultad en la comprensión de la magnífica
versatilidad vibratoria del periespíritu y sus
implicaciones en términos de fajas evolutivas en el
mundo espiritual.
El periespíritu, de hecho, sigue siendo una materia de
gran desafío intelectual, pues su sondaje experimental
todavía está enganchando. Esto acaba limitando los
avances en la comprensión de sus propiedades. En la
práctica, nos queda-mos predominantemente enfocados en
informaciones oriundas de obras mediúmnicas, lo que nos
lleva nuevamente al problema de la evaluación del
contenido del mensaje mediúmnico.
De cualquier manera, algunas cuestiones están bien
claras y necesitan ser res-pondidas con lo mejor que
podemos alcanzar en el momento con nuestro conocimiento
doctrinal:
¿Cómo un Espíritu viviría en el mundo espiritual?
¿Un individuo materialista, por ejemplo, al ser
sorprendido con un infarto fulmi-nante, despertaría en
el mundo espiritual para vivir de qué manera?
¿La gran materialidad del pensamiento, seguida de la
materialidad del periespí-ritu, no generaría una
realidad vibracional con mayor nivel de materialidad en
el mundo espiritual que envuelve de forma más inmediata
las acciones de esa entidad recién desencarnada?
La obra de Kardec y el sentido común parecen sugerir que
sí. De esta forma, como los niveles vibratorios
individuales generan incontables grupos vibratorios
diferentes, tendríamos multivariados niveles de
materialidad en las "muchas moradas de la Casa del
Padre". Siendo así, las informaciones de André Luiz
se-rían comprensibles, como una o algunas fajas
vibratorias posibles para el Espíritu desencarnado.
2º - Nuestra herencia católico-protestante, que
dificulta asimilar cualquier no-ción más concreta sobre
cómo sería la realidad "semimaterial" del mundo
espiritual.
En el catolicismo y en el protestantismo de una forma
general, es decir, en las corrientes mayoritarias de
pensamiento cristiano, no hay ninguna idea concreta
acerca de un cotidiano de procedimientos dentro del "vivir"
en el Mundo de los Espíritus. Rechazando la mediumnidad,
ese escenario no parece tener ninguna solución ni en
corto ni en medio plazo.
Este escenario cultural causa mucho impacto en el
movimiento espírita. Siglos y siglos de lavado cerebral
y de bloqueo del estudio e incluso el impedimento de
cuestionar sobre lo que nos espera en las horas, días y
meses después de la muerte, hacen que cualquier noción
más objetiva suene como algo extraño, bizarro o ficticio.
La ignorancia total sobre la vida espiritual asociada a
ideas mitológicas sobre la vida después de la muerte
hace que cualquier noticia parezca extraña y
antidoctrinaria.
En ese sentido, para algunos cohermanos, la única
actitud doctrinaria sería, paradójicamente, no hacer
idea alguna, pues Kardec no describió nada tal detallado
sobre tal tema. Pero la búsqueda por la Verdad a través
de la Fe Razonada no puede respaldar tal comportamiento.
De hecho, no haber Kardec dejado más información sobre "la
vida en el mundo espiritual" es una limitación, sin duda.
Sin embargo, no podemos estacionar en el nivel de
comprensión del mundo espiritual simplemente porque
nuestro Maestro de Lyon no tuvo tiempo para proporcionar
mayor información. De mayo de 1855, cuando asistió por
primera vez a los fenómenos espíritas, hasta marzo de
1869, cuando desencarnó, transcurrieron poco menos de 14
años.
Los comentarios aislados sobre vida en realidades "intermundos"
o "contactos con los seres encarnados" no sólo no
resuelven el problema, como tampoco están en oposición a
lo que André Luiz narra.
4 – André Luiz no cita a Allan Kardec
Un detalle interesante es que André Luiz no suele citar
de forma directa pasajes de la Codificación Kardecista
en sus 13 libros de la llamada serie "La Vida en el
Mundo Espiritual". Esta característica puede parecer,
para algunos, que es
negativo en relación al contenido de la obra. Sin
embargo, esa sería una percepción cuestionable, si
analizamos el contexto en el cual la obra de André Luiz
fue recibida mediúmnicamente. Si el autor citase
directamente Kardec, muchos críticos de la obra de André
Luiz y de la mediumnidad de Chico Xavier (principalmente
no espíritas) alegarían tratarse de una obra anímica del
médium de Pedro Leopoldo. Es posible suponer que hubo
una preocupación de André Luiz, de Emmanuel y de otros
Espíritus responsables de la obra de que los principios
de la Codificación no fueran explícitamente citados,
justamente para que nosotros, los encarnados, pudiéramos
hacer el trabajo de estudio conjunto para identificar en
el día a día del mundo espiritual la natural ocurrencia
de los principios explícitos en la obra de Allan Kardec.
De hecho, varios conceptos kardecistas transparentes
naturalmente de los pasajes de André Luiz. Sin embargo,
en una lectura superficial, no siempre los lectores
identifican tales correlaciones.
Implicaciones del rechazo a la obra de André Luiz como
un todo
Al rechazar la obra de André Luiz como un todo (no nos
referimos a comprensibles discordancias en temas
puntuales), rechazamos las informaciones más objetivas
sobre el mundo espiritual de que tenemos noticia,
después de la obra de Allan Kardec. Esta actitud de ser
analizada con mucho cuidado. En realidad, al rechazar la
obra de André Luiz, descartamos lo que existe de más
concreto sobre el mundo espiritual obtenido a través de
la mediumnidad de Chico Xavier (con el respaldo del
mentor espiritual Emmanuel) y Waldo Vieira. Por ende,
acabamos rechazando informaciones obtenidas por medio de
la mediumnidad de Yvonne A. Pereira y de Divaldo P.
Franco, que están en concordancia con los informes de
André Luiz. Por consiguiente, acabamos inevitablemente
cuestionando cómo estamos lidiando con la mediumnidad,
si rechazamos toda la obra del mundo espiritual de los
médiums psicografos más habilitados. Curiosamente,
algunos rechazan tales médiums y aceptan psicografias de
médiums principiantes.
Sobre discordancias específicas, la situación es
totalmente diferente y mucho más natural y aceptable. De
hecho, la exigencia inflexible de infalibilidad de
cualquier autor denota un tipo de expectativa dogmática,
que no debe ser res-paldada dentro de nuestro movimiento.
Todos los autores son pasibles de cometer errores. El
propio Codificador cambió de opinión en algunos asuntos,
tales como el problema de la posesión, entre otros.
Además, nuestra comprensión acerca de la realidad
concreta del mundo espiritual todavía es pequeña para
motivar posturas aprioris de rechazo de la totalidad de
una obra en función de alguna ocurrencia o información
considerada sorprendente.
Traducción:
Isabel Porras
isabelporras1@gmail.com
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