La
ética es lo que la filosofía aplica a todo lo que se
refiere a la moral, pero en un sentido amplio abarca el
carácter y las acciones derivadas. Ella es atributo sólo
de los hombres, entre todos los demás seres vivos. En
modo general, la ética se aplica al hombre que, entiende
lo que es correcto y actúa, en su modo de vivir, jamás
infringiendo los preceptos de ciudadanía (ética y
ciudadanía son dos conceptos fundamentales en la vida de
las personas,
Aristóteles, filósofo griego (384 a.C.-322 a. C.)
escribió, alrededor de 350 a. C., el libro De las partes
de los animales, considerado el primer tratado de
anatomía y fisiología comparadas. Allí dejó una
descripción de más de 400 especies animales. La
racionalidad aristotélica preconizaba la ética en un fin
o un bien, de ahí resultando la felicidad, por encima de
todas las demás finalidades. Creo que en eso no hay que
discrepar.
Jesús y
la ética
¡Jesús, ejemplo máximo de un ser ético!
Reflexiono que quien actúa siempre según las
recomendaciones cristianas contenidas en el "Sermón de
la Montaña" y las enseñanzas derivadas de las Parábolas
que el Excelso Maestro proclamó sobre el Reino de los
Cielos - y cómo conquistarlo, esta persona puede ser
considerada ética. Imagino que el ejercicio de la ética,
en plenitud, es conquista y patrimonio de Espíritus
Puros, evolucionísimos.
Los
hombres y los animales
Siendo la ética comportamiento derivada del pensamiento,
su aplicación se subordina al libre albedrío, en toda y
cualquier actividad, entre ellas, el trato con los
animales. Todos ellos, asignados por la Naturaleza en
hábitats adecuados a su existencia, sobreviven gracias a
automatismos fisiológicos específicos de cada especie.
En
los inicios de la civilización, el hombre, a su
beneficio, domesticó animales para utilizar su fuerza
física, o como fuente de alimentación (los más fuertes:
elefantes, camellos, bueyes, caballos, mulas); y otros
(de menor tamaño: perros, los gatos, las cabras, los
conejos, algunas aves, etc.), éstos, como compañía, por
lo que los sacó de sus respectivos hábitats naturales y
los llevó dentro de sus refugios, de sus hogares. Usó
algunos como fuente de alimentación.
De
esa convivencia resultó una fuerte dependencia de los
animales domésticos al hombre. Viviendo "juntos", los
dueños observaron que los animales presentaban
características y necesidades orgánicas fundamentales,
exactamente como las suyas, demandando atención. A
título de ejemplo, cito cinco de ellas: hambre, sed,
frío, cansancio, dolor.
Para
estos animales, ese radical cambio de direcciones, a lo
largo de los siglos-de, los milenios hasta-, modificó
algunos de sus hábitos naturales: la protección del
clima fue sustituida por abrigos y hospedajes;
alimentación natural, que hasta entonces conquistaban
por sí mismos, ahora se les garantiza casi de la forma
habitual humana, recibiendo raciones, propias para cada
especie animal; cuando estaban enfermos, el instinto los
dirigía a procedimientos de reclusión, o la ingestión de
las hierbas, siendo que actualmente reciben tratamiento
veterinario, además de la prevención por vacunas, etc.
Corrieron los milenios y, en varios países, animales
domésticos se cuentan a millones. No se tardó e
investigadores, desde siglos y siglos, pasaron a
examinar animales, para adquirir conocimientos de su
estructura orgánica, principalmente la interna.
Animales de laboratorio
Para
elaborar estos sencillos comentarios, aquí me acompaña
sólo como pequeño pensador y simple interesado en el
tema "Ética para con los animales" (título de estas
líneas), sobre el que leo desde hace años trabajos
científicos divulgados en varias fuentes... Los métodos
de las investigaciones en animales, y su evolución,
culminan, en los días actuales, con amplia legislación,
sobresaliendo varias leyes y normas, todas alusivas a la
ética en la utilización de modelos animales, que debe
procesarse siempre con anestesia, sin dolor y sin
traumas.
A
pesar de ser la práctica de la ética casi la
exclusividad entre humanos, ni por eso se podrá deducir
que para con los animales los hombres la dispensen. ¡No!
En los días actuales, los animales en laboratorios son
sometidos a experimentos científicos para fines médicos,
buscando el encuentro de medios, procedimientos y
fármacos que curan enfermedades - mayoritariamente las
humanas, más algunos de ellos mismos (los animales). El
fin es válido, pero infeliz la forma, puesto que de esas
investigaciones, la mayoría de las veces, resulta la
muerte del conejillo de indias.
Los
científicos e investigadores, que hacen experimentos con
animales, juzgan plenamente justificables, pues la meta
que buscan es solución a varios problemas de salud que
afligen a la Humanidad (y en algunos casos, incluso, a
los propios animales). Forzoso reconocer que los
científicos y los animales son elementos de una misma
ecuación: no pueden ser excluyentes, en lo que se
refiere a investigaciones psicofisiológicas y
psicobiofísicas.
En
realidad, varios son los beneficios de la
experimentación científica con el uso de animales,
comprobados por sólidas bases, puramente médicas. Sin
embargo, tales beneficios no son indefendibles, ante la
argumentación condenatoria, igualmente de bases sólidas,
éstas de orden humanitario, y, principalmente cristiana.
"Animales en laboratorios" es una realidad
incontestable, factor de controversias permanentes,
entre los investigadores, por un lado, y del otro, las
incontables ONG que protegen animales; soy de los que
las apoyan incondicionalmente, hasta porque si no fuese
su dedicación, miles y miles de animales morirían en
completo abandono.
La
Ciencia, en particular la Medicina, tiene como
indispensables las pruebas con animales, que responden
por los avances en los métodos alternativos,
investigaciones y en los resultados, con objetivos de
suavizar el dolor, curar enfermedades y desarrollar
métodos de reparaciones orgánicas.
En
cuanto a los métodos alternativos prescindiendo
animales, aunque han progresado bastante, todavía no
dispensan experimentos y ensayos con ellos, tales como
vacunas, compatibilidad biológica de prótesis, y otros.
Reconozco el hecho, de él discrepando.
Ética
para con los animales
Considerando la excelsa sabiduría en todo lo que hay en
la Naturaleza, como obra de la suprema Creación, cuyo
magnánimo y sublime artífice es Dios, es de buen sentido
entender y aceptar, que fuimos creados con
responsabilidades inexorables, sean para con la familia,
con el prójimo y con la naturaleza. "Naturaleza", aquí,
enfoco en particular los animales y su vida.
El
Espiritismo, que ya a partir de su obra primera ("El
Libro de los Espíritus", de Allan Kardec) contempla a
los animales con multiplicados textos, en los cuales los
considera como "hijos del mismo Padre - Dios", de ahí,
preconiza que los hombres, siendo ellos hermanos, más
evolucionados, les deben proteger, respeto y amor.
Enseñanzas provenientes de lo Más Alto registran que
nosotros, los humanos, venimos de los reinos inferiores,
en el incesante movimiento pendular de las vidas
sucesivas - ahora encarnados, o desencarnados. Siempre
progresando, aprendiendo, evolucionando, amando a Dios y
al prójimo, y a los animales también.
Habiendo sustraído algunos animales de la vida silvestre
para la vida urbana, el hombre automáticamente pasó a
ser responsable por la vida de ellos. Tal
responsabilidad engloba dar bienestar a su animal,
garantizándole la supervivencia y la vida tranquila.
Precisamente aquí entra en escena la ética del ser
humano hacia todos los animales:
● en
el día a día de la convivencia con sus animales, los
hombres ("dueños") deben acompañar con atención
permanente cambios de comportamiento de ellos; casi
siempre, son indicativos de alguna anormalidad orgánica.
Para tanto, dependiendo de la situación observada, será
aconsejable exámenes con médico veterinario, y
tratamiento, si es el caso;
•
Los caballos ya ayudaron inmensamente a la civilización
(animales de carga fueron útiles por milenios) por eso,
ya pasó mucho la hora de no existir más carrozas,
carruajes, carros, pues los vehículos transportan
personas y cargas sin sudor, y principalmente sin dolor;
•
elefantes, leones, tigres, osos, focas, caballos y monos
no nacieron para "deleitar" a los asistentes en los
circos, así como delfines y focas en acuarios
artificial; son animales que en la naturaleza duermen
sin luces eléctricas, sin bandas tocando, sin público
aplaudiendo;
● la
llamada "pesca deportiva" es de inmensa crueldad; el
agujerear la boca del pez y luego liberarlo es un
contrasentido, inexistente en personas que respetan la
naturaleza;
● la
misma cosa con la "caza del zorro", "caza a la paloma" y
los inaceptables safaris en África, de todos siempre
resultando trofeos macabros;
●
rodeo, novillada, apartar el rebaño... declarada y
testimonialmente, constituyen violencia inaudita contra
los caballos y los bueyes utilizados, los cuales,
después de los espectáculos, quedan estresados y
tristes, con traumas, no es raros heridos; ¿dudan? Miren
en los ojos de ellos;
●
fiesta taurina y "diversión del buey" - los de España y
Portugal, y esto en Brasil - son de maldad indecible,
cierto permiso oficial para el asesinato, con el
sadismo;
●
jardines zoológicos, jaulas y acuarios representan, ni
más ni menos, que la prisión perpetua de inocentes
naturales;
● el
"hombre de bien" jamás abandona a un animal que presente
límites y carencias, principalmente en la edad avanzada;
de los tiempos de convivencia con él, el amor y el
respeto hablan más alto en su corazón y así ese
compañero es tratado con bondad hasta el final ...
•
eutanasia: decisión exclusiva del dueño, por amor, ante
el dolor de su amigo, oído al médico veterinario que
atestigua una enfermedad incurable. Procedimiento bajo
anestesia. (Dios conoce la intención de ese dueño ...);
•
castración: también decisión del dueño; para mí, sí, si
es a beneficio de la descendencia.
Conclusión
Concluyo que cuando la humanidad fuese ética, estaremos
residiendo en un mundo regenerado, en el cual el bien es
significativamente mayor que el mal.