Edificante es observar el
sacrificio de tantos seres evolucionados que se
consagran a sagradas labores, en el planeta de las
sombras, como de la regeneración de individualidades
obsesionadas en el mal, operando
abnegadamente al servicio de la redención de todas las
almas, volcándose sin temor a tareas penosas, llenas de
renuncia santificadora - Por el Espíritu Emmanuel (In:
XAVIER, 2013).
Confirman las palabras del Espíritu Emmanuel las decenas
de obras psicografiadas por Zilda Gama, Chico Xavier,
Yvonne Pereira y Divaldo Franco, apenas para citar los
médiums más renombrados de Brasil que hicieron relatos
de esas actividades socorristas de la Espiritualidad
Superior a los Espíritus aun en la infancia espiritual.
Tales amparos, mientras, existen desde los principios
del mundo y son relatados en las más diversas obras
consideradas sagradas e incluso en libros de la
literatura de ficción.
Como no podía dejar de ocurrir, los Espíritus Superiores
informaron a Allan Kardec, desde la primera obra del
llamado "pentateuco kardecista", El libro de los
Espíritus, sobre la manifestación de la Bondad Divina en
el socorro prestado por los buenos a los malos
Espíritus, como leemos en la respuesta a la pregunta 279
de esa obra: "Los buenos van a todas partes y así debe
ser, para que puedan influir sobre los malos. Las
regiones, sin embargo, que los buenos habitan están
prohibidas a los Espíritus imperfectos, a fin de que no
las perturben con sus pasiones inferiores”.
De este modo, nos resulta fácil entender la parábola del
rico y Lázaro, enseñada por Jesús a sus discípulos,
citada por Lucas, 16: 19- 31. Leemos allí que el rico,
cuando se encarnó, se vestía con las más lindas ropas y
se servía con los mejores alimentos, mientras que Lázaro
era un mendigo siempre hambriento, que deseaba poder
comer al menos las migas caídas de la mesa del rico.
Mientras éste vivía "regalada y esplendidamente", el
mendigo tenía las llagas lamidas por los perros.
Cuando ambos desencarnaron, entre tanto, el rico fue a
parar en una región de tormentos morales y veía a Lázaro
en las regiones celestiales. Sintiéndose sediento, el
rico pide a Abraham, que representa al enviado de Dios,
para permitir a Lázaro refrescarle la lengua con la
punta del dedo. Oye entonces, del representante divino,
la siguiente respuesta negativa:
Hijo, acuérdate de que has recibido tus bienes en tu
vida, y Lázaro, sólo males; y ahora, éste es consolado,
y tú, atormentado. Además, está puesto un gran abismo
entre ti y nosotros, de suerte que los que quisieran
pasar de aquí para allá no podrían, ni los de ahí
podrían pasar a aquí (Lucas, 16: 25- 26).
Es la ley del mérito que está presente en este pasaje
evangélico. Sin embargo, de modo simbólico, podemos
percibir que el paso a las regiones superiores, donde se
encontraba el mendigo, estaba prohibido al rico, pero en
ningún Jesús dijo que esa situación sería eterna. En
caso contrario, Abraham, representante de Dios, ni al
menos necesitaría darse el trabajo de ir al encuentro
del arrepentido rico.
Las narraciones de los Espíritus superiores nos aclaran
que el sufrimiento del Espíritu endeudado ante las Leyes
Divinas, por más largo que pueda ser, siempre tendrá un
término, que comienza con su arrepentimiento sincero. Es
cuando los buenos Espíritus encuentran una brecha en la
mente del Espíritu criminal para socorrerlo. Sin
embargo, no siempre esa ayuda es inmediata, en virtud de
las propias vibraciones negativas que tal Espíritu
presenta, atormentado por dramas conscientes.
Ciertamente, ese fue el motivo por el cual, en su
parábola, Jesús quiso mostrarnos que el rico
desencarnado ya podía comunicarse con un Espíritu
Superior, pero necesitaría un tiempo de sufrimiento en
el Plano Espiritual, para reflexionar sobre la vida
egoísta y despiadada que había tenido cuando aún estaba
encarnado. Sólo después de ese período, de profundo
dolor moral y extremado arrepentimiento, el Espíritu
fallido abre su corazón y mente para los primeros
auxilios espirituales, como vemos narrado en nuestro
hogar, obra psicografiada por Chico Xavier que fue
reproducida en una película de éxito internacional.
La primera gran médium brasileña psicógrafa de romances
dictados por el Espíritu Victor Hugo, sobre la cuestión
de la acción y reacción, fue la profesora Zilda Gama,
que comenzó su trabajo mediúmnico hacia 1912. En obras
como Almas crucificadas, en la sombra y en la luz, desde
el calvario al infinito y la redención, el espíritu del
más ilustre poeta y romancista francés nos relata las
consecuencias del mal uso de nuestro libre albedrío y de
la Providencia Divina, siempre lista para nosotros
socorrer, por intermedio de sus celestes mensajeros. Sin
embargo, percibimos que tanto en la vida física, como en
la espiritual, las consecuencias de nuestros actos nunca
dejan de influenciarnos positiva o negativamente.
Otra obra importantísima, que nos relata el sufrimiento
terrible de un suicida, amparado por el equipo de María
Santísima, es Memorias de un suicida. Este libro nos
narra, de modo intenso, las amarguras sufridas por el
Espíritu del gran
escritor portugués Camilo Castelo Branco, que la médium
prefirió llamar en la época de la preparación del libro,
con el nombre de Camilo Cândido Botelho. El sufrimiento,
en el Valle de los Suicidas, es tan intenso, para el
narrador, que él dice: El valle de los leprosos, lugar
repulsivo de la antigua Jerusalén [...] último grado de
la abyección y del sufrimiento humano, sería consolador
estadio de reposo comparado al lugar que trato de
describir "(PEREIRA, p. 18). Sólo después de un período
indefinible de sufrimientos, en el cual el Espíritu no
sabría diferenciar el día de la noche, el socorro
espiritual sería posible, pero sólo a aquel cuyo cambio
vibratorio lo permitiera.
Diversas otras obras fueron recibidas mediúmnicamente
por la médium Yvonne do Amaral Pereira, en las cuales la
actuación incesante de los buenos Espíritus, en favor de
los malos, encarnados o desencarnados, nos demuestra la
Bondad de Dios, que nunca nos olvida.
Otro médium de nuestros días es Divaldo Franco, que
recibió obras dictadas por los Espíritus Joanna de
Ángelis, dirigidas a la atención de nuestros problemas
psicológicos y espirituales, además de Manoel Philomeno
de Miranda, con sus relatos sobre las intensas
actividades socorristas de los Espíritus Superiores a
entidades obsesoras y personas obsesadas. En algunas de
sus obras, somos informados de que gran parte de las
personas consideradas enfermos mentales, si no todos,
sufren la influencia de Espíritus vengativos. Esos
hermanos, ignorantes cuáles son, están siempre bajo la
vigilancia de las entidades elevadas y, oportunamente,
serán esclarecidos, aunque siempre se respete el libre
albedrío de todas las individualidades, encarnadas o
desencarnadas.
Este socorro espiritual, sin embargo, se hace incluso a
los Espíritus empedernidos en el mal, como vemos
relatado en la cuestión 280 de El libro de los
espíritus, cuando Kardec pregunta sobre cuál es la
naturaleza de las relaciones entre los buenos y los
malos Espíritus y obtiene la siguiente respuesta: "Los
buenos se ocupan de combatir las malas inclinaciones de
los demás, a fin de ayudarlos a subir. Es una misión”.
En la obra El cielo y el infierno, leemos el relato de
diversos Espíritus que practicaron el mal en la vida
física y nos relataron sus sufrimientos atroces en
consecuencia. Ninguno de ellos, sin embargo, queda al
desamparo de la Misericordia Divina, que les envía a sus
mensajeros. Muchos de los Espíritus endeudados, para
nuestra instrucción, son conducidos a reuniones
mediúmnicas por los mentores espirituales. Allí se
manifiestan algunos arrepentidos y otros aún revueltos.
Para arrepentidos, la oportunidad de liberar sus dolores
morales es más rápida; a los rebeldes, sólo después de
largo tiempo, que les parece ser una eternidad, el
amparo espiritual es posible, pues los emisarios divinos
no violan el libre albedrío de nadie.
Los siguientes capítulos de El cielo y el infierno nos
narran la situación de los Espíritus rebeldes a las
leyes de Dios y lo que pueden hacer los mensajeros
divinos e incluso nosotros, los encarnados, en su
beneficio y en el de los que les sufren las influencias
negativas: cap. 4 - Espíritus sufrientes; cap. 5 -
suicidas; cap. 6 - criminales arrepentidos; cap. 7 -
Espíritus endurecidos. El último capítulo de esta obra,
sin embargo, trata sobre las "expiaciones terrestres",
lo que justifica las siguientes palabras de Jesús:
Concíliate rápido con tu adversario, mientras estás en
el camino con él, para que no suceda que el adversario
te entregue al juez, y el juez te entregue al oficial y
te encierren en la cárcel. En verdad te digo que de
ninguna manera saldrás de allí, mientras no pagues el
último centil (Mateo, 5: 25- 26).
Cuando extraemos el velo de la "letra que mata" e
interpretamos las palabras de Jesús arriba, según "el
espíritu que vivifica", como fue propuesto por Pablo en
2 Corintios, 3: 6, percibimos cuánto trabajo tienen los
Espíritus Superiores para mantenerse en el camino del
bien o para hacernos reanudar esa dirección.
Interobramos mentalmente con los llamados vivos y los
supuestos muertos, que más fácilmente nos influencian
para el bien o para el mal, conforme a su y nuestra
superioridad o inferioridad moral.
En el libro de los espíritus, el ítem 459, pregunta lo
siguiente: "¿Los Espíritus influyen en nuestros
pensamientos y en nuestros actos?" Y recibe esta
respuesta: "Mucho más de lo que imagináis, pues, a
menudo son ellos los que os conducen”. De tal modo los
mensajeros divinos actúan, en beneficio de encarnados y
de desencarnados, que en el último capítulo, número 28
de El evangelio según el espiritismo, Allan Kardec
inserta una "Recopilación de oraciones espíritas", según
él "dictadas por los Espíritus en varias circunstancias"
(preámbulo, ítem 1).
En el preámbulo, el Codificador de la Doctrina Espírita
explica servir más como manifestación del pensamiento
que por la forma, pues lo que importa es el buen
sentimiento reflejado y emitido por cada uno ser. La
primera de ellas es la Oración Dominical, también
conocida como Padre Nuestro, que, según los pensamientos
"por nosotros asociados a ella, dicen los Espíritus,
pueden suplir todas las demás. Cada frase de esta
oración sublime, enseñada por Jesús, es comentada por
Allan Kardec.
Al referirse a la última frase del Padre Nuestro: "No
nos dejes entregados a la tentación, sino líbranos del
mal", el Codificador del Espiritismo, inspirado por las
Potencias Celestiales, pide fuerza para "resistir a la
sugerencia de los Espíritus malos, que traten de
desviarnos del camino del bien, inspirándonos malos
pensamientos”. A continuación, sin embargo, reconoce que
también "[...] somos Espíritus imperfectos, encarnados
en la Tierra para expiar nuestras faltas y mejorarnos.
La causa primera del mal está en nosotros mismos, y los
espíritus malvados sólo aprovechan nuestras
inclinaciones viciosas, en los que se entretienen para
tentarnos”.
Este capítulo se divide en I - Oraciones generales; II -
Oraciones para sí mismo; III - Oraciones por los demás;
IV - Oraciones por los que ya no son de la Tierra; y V -
Oraciones por los enfermos y obsesados. Todas estas
fórmulas, como fue explicada por Kardec, sólo son
válidas cuando asociamos nuestros sentimientos y
pensamientos elevados a Dios, a quienes podemos pedir,
alabar o agradecer una gracia, sea en nuestro beneficio
o de otro.
A nuestro ver, cuando oramos sinceramente por un
enemigo, encarnado o desencarnado, por los suicidas y
obsesados, por los Espíritus endurecidos, estamos
realizando con ello noble caridad espiritual, sin que
dejemos de también practicar un gran bien en las demás
oraciones. Es por la oración sincera y por los buenos
pensamientos que nos defendemos del mal y practicamos el
bien. Jesús nos recomienda "vigilar y orar", incluso por
nuestros perseguidores y calumniadores, porque sabe que
solamente el amor sentido y ejemplificado nos libra del
mal aún presente en nosotros.
En fin, podemos decir que, la práctica del amor, sea por
las almas encarnadas, sea por los Espíritus
desencarnados es la Ley Mayor de Dios, que nos permite
ascender, placenteramente, a las elevadas regiones del
mundo más grande. Sobre todo, nos permite ser felices en
cualquier lugar donde estemos, porque Dios, que es Amor,
reverberará en nuestros pensamientos, palabras y actos.
En conclusión,
Cuando hay
amor...
Los corazones de
los siervos del Señor
Fueron crearon por el amor: YO SOY.
Es por amor que el
Santo Cielo se ufana
Y los ángeles tocan arpas en alabanza
De nuestro Augusto y Puro Creador.
Es por amor que la
Tierra se engalana
Con flores, hermosos fuegos artificiales,
Y toda soledad desaparece.
En el aire, el sonido sublime de una oración...
Todas las gratas
caras se iluminan,
El pueblo, alegre, va a las avenidas
Y canta, baila, grita de alegría...
La noche más oscura gira el día,
Cuando el amor hace luz en nuestras vidas.
En el amor, la
vida es siempre bella,
Nuestro deseo de servir aumenta,
Y nuestra alma vibra y adormece
La esperanza, la caridad y la fe.
En todas partes, reverberó el brillo
De la luz del amor del Padre a bien del hijo.
La fe del ser
humano actuante
Nunca se desvanece, pues Nuestro Señor
Nos enseñó que somos semejantes,
Y el Padre tanto ama al bueno como al malo
A los cuales concede lluvia bendecida,
Y hace que el sol brille en su camino.
Hace a la lagartija y, de ella, la mariposa...
Si hay amor, todo
siempre se hace,
En favor de las almas simples, pequeñitas,
El bien nos concede inmensa paz.
Jesús, desde hace mucho tiempo, nos enseña
Que la Tierra es de los que son puros y humildes
Y sirven a sus hermanos bondadosamente
Como sinceros siervos del Señor,
El Sabio Maestro que nos enseñó:
Ama a Dios sobre
todas las cosas,
Y a vuestro hermano, sea ese hermano quien sea...
Amad también a todos los animales
Y cultiva el amor a los vegetales.
Amén, pues, la Creación Divina
De ese Bondadoso y Sapiente Padre
De quien todo procede y vuelve todo.
Tengamos devoción por el trabajo,
Y aplicación asidua en los estudios.
Dios, por Moisés,
nos dio diez mandamientos,
Como guía, en el monte Sinaí.
Y fue Jesús quien lo llamó Padre
De todos nosotros, sus hijos amados,
Creados por amor y para amar.
Pero fueron tantos los desvirtuamientos,
Que Cristo los resumió en uno solamente
Y nos recomendó mantener en la mente:
- Sed perfectos, hermanos del Señor:
¡YO SOY ES AMOR, AMAOS COMO YO SOY!
Referências:
KARDEC, Allan. O livro dos
espíritos. Tradução de Evandro Noleto Bezerra. Rio
de Janeiro: FEB, 2006.
______. O céu e o inferno. Tradução de Evandro
Noleto Bezerra. Rio de Janeiro: FEB, 2009.
______. O evangelho segundo o espiritismo.
Tradução de Evandro Noleto Bezerra. 2. ed., 4. impr.
Brasília: FEB, 2017.
PEREIRA, Yvonne Amaral. Memórias de um suicida. 27.
ed. Brasília: FEB, 2012.
XAVIER, Francisco Cândido. Emmanuel. Pelo
Espírito Emmanuel. 27. ed. Rio de Janeiro: Federação
Espírita Brasileira, 2008.
______. Palavras de luz. Pelo Espírito Emmanuel.
Organização: Assessoria de Comunicação Social da
Federação Espírita Brasileira. Brasília: FEB, 2014.