"Al principio era el Verbo y el Verbo era Dios, y el
Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros." (Juan
1:14)
Rezan las tradiciones del mundo espiritual para que en
la dirección de todos los fenómenos de nuestro sistema
haya una comunidad de espíritus puros elegidos por el
Señor Supremo del Universo, en cuyas manos se preservan
las retenciones directores de la Vida de todas las
colectividades planetarias. Esta comunidad de seres
angelicales, de la que Jesús es uno de los miembros, se
reunió en las cercanías de la Tierra, para la solución
de problemas decisivos de la organización y dirección de
nuestro Orbe, dos veces, en el transcurso de los
milenios. El primero, cuando nuestro planeta no se
desprendia de la nebulosa solar, y el segundo, cuando se
decidió sobre su venida a la faz de la Tierra,
trayéndonos la lección inmortal de su Evangelio de amor
y redención.
Las informaciones arriba son de autoría de Emmanuel, en
la obra abajo citado.
Antes de encarnarse Jesús, envió muchos misioneros a las
agrupaciones de la época para organizarse económica y
políticamente, como se aclara Benefactor Emmanuel, a
través del añorado médium Francisco Candido Xavier, en
el libro A Camino de la luz, Capítulo 3: "Los
enviados del Infinito hablaron en la China milenária, de
la figura celestial del Salvador, muchos siglos antes
del advenimiento de Jesús. Los iniciados de Egipto le
esperaban con sus profecías. En Pérsia idealizaron su
trayectoria, anticipando sus pasos en el camino del
porvenir; en la India védica era conocida casi toda la
historia de la escabrosa de Palestina, y el pueblo de
Israel durante muchos siglos, le cantó las glorias
divinas, en la exaltación del Amor y resignación, de
piedad y martirio, a través de la palabra de Sus
eminentes profetas."
Así que, antes que Él, grandes comandantes pisaron el
suelo del mundo, influyendo en las multitudes. Guerreros
y políticos, filósofos como Sócrates y Platón, y todavía
profetas alineados en la memoria popular, recordado como
disciplinadores y héroes, pero todos participaron con
ejércitos y fórmulas, expresiones y advertencias, en las
que se mezclaban la rectitud y la parcialidad, sombra y
luz. Sin embargo, sabemos que la revelación divina de la
que Jesús fue emisario habla más alto que el mensaje
inestable de los más elevados filósofos que visitaron el
mundo.
Su venida fue señalada por un momento especial. Los
historiadores del Imperio Romano siempre observaron con
asombro los profundos contrastes de la época gloriosa de
Augusto – Cayo Julio César Octavio, el primer emperador
romano-pero, todavía no se habían dado cuenta, en la
llamada época de Augusto, el siglo del Evangelio, y la
aproximación de la tierra de la esfera de Cristo, en una
profunda vibración de amor y belleza.
Se acercaban de Roma y el mundo, no más espíritus
agresivos, pero, otros que se vestirían los andrajos de
los pescadores para servir de base indestructible para
las enseñanzas eternas del maestro. Se sumergieron en
los fluidos del planeta a los que prepararían la venida
del Señor y a los que se convertirían en seguidores
humildes e inmortales de sus pasos. Su lección de verdad
y luz se extendería por todo el mundo como una lluvia de
bendiciones reconfortantes.
Por lo tanto, para acoger el influjo mental de Jesús, el
Evangelio nos da noticias de una pequeña congregación de
médiums convencidos, decisivos en la confianza y
correctos en las siguientes directrices. Zacarías e
Isabel, los padres de Juan Bautista, el precursor de
Cristo, "ambos eran justos ante Dios caminando sin
reprensión, en todos los mandamientos y preceptos del
Señor." (Lucas 1:5); María, la simple joven de
Nazaret, que Le daría la bienvenida en los brazos
maternos, se encontraba en posición de alabanza ante
el eterno Padre" (Lucas 1:30); José de Galilea, el
hombre que lo acogería bajo su tutela parental, "era
justo" (Mateo 1:19); Simon, el amigo abnegado que le
esperaba en oración durante largo tiempo, "era Justo
y obediente a Dios." (Lucas 2:25) En este grupo de
médiums admirables, no sólo por las percepciones
avanzadas que los situaban en contacto con los Emisarios
celestes, sino también por la conducta irreprochable que
dieron testimonio, sorprendiendo al circuito de las
fuerzas a las que se ajustó la ola mental de Cristo,
para que se expandiera en la renovación del mundo.
El pesebre señalaba entonces, el punto de partida de la
lección salvadora de Cristo, como para decir que la
humanidad representa la clave de todas las virtudes.
Comenzó de esta manera la era definitiva de la mayoría
espiritual de la humanidad terrestre, ya que Jesús con
Su ejemplificación entregaría el código de fraternidad y
amor a todos los corazones. Las figuras de Simón,
Isabel, Juan el Bautista, José, así como la personalidad
sublimada de María, a menudo eran objetos de
observaciones injustas y maliciosas, pero la realidad es
que sólo con el concurso de estos mensajeros de la Buena
Nueva, portadores decontribución del fervor, creencia y
vida, Jesús podría lanzar los cimientos de la verdad
inquebrantable a la Tierra.
¡Así Él llega! Sin ningún prestigio de autoridad humana,
sin embargo, con su magnitud moral, la impresión de
nuevas direcciones a la vida, dirigiéndose, sobre todo,
al espíritu en todos los tiempos de la Tierra.
Transmisión de las ondas mentales de las Esferas
Superiores de las que procedía, transitando entre las
criaturas, despertandoles sus energías a la vida mayor,
como a alcanzarles las fibras recónditas de modo para
armonizarlas con la sinfonía Universal del bien eterno.
En el momento en que Él llegó, el Orbe estaba sumergido
en una miscelánea de ideas religiosas, predominantemente
politeístas. Cada pueblo hacía de la religión una nueva
fuente de vanidades, subrayando que muchos cultos
religiosos de Oriente, caminaban para el terreno franco
de la disolución y la inmoralidad.
Así, podremos recordar Nazaret con su paisaje de los más
bello de toda Galilea, con María e Isabel, lado a lado,
observando a Jesús y Juan. ¿Quién podría haber sabido
qué conversación había entre ellos? Asumimos que fue, en
la Tierra, la primera combinación de amor y verdad
para la
conquista del mundo. Sabemos, sin embargo, que a la
mañana siguiente, dejando a Juan con su madre, esta
pregunta a Jesús: "¿No quieres venir con nosotros?"
A lo que el pequeño carpintero con bondad, responde,
proféticamente: "Juan partirá primero" Así,
transcurridos algunos años, encontramos al bautista en
la tarea de preparar el camino a la verdad, antes de la
obra divina de amor, que el mundo conocería en
Jesucristo.
Juan el Bautista dio testimonio del Mesías, diciendo: "Este
es el de quien hablé: El que va a venir después de mí,
ha pasado delante de mí, es más adelantado que yo,
porque ya existía antes de mí; Su espíritu es
primogénito del Padre con relación a este mundo, que ya
es una construcción Suya. Porque todos nosotros
recibimos de Su gracia porque somos sus súbditos. Él es
el gobernador de la Tierra. " (Juan 1:15-51)
Está claro, entonces, cuando el evangelista Juan, en el
capítulo 1, versículo 17, dice: "Porque la ley fue
dada por intermedio de Moisés, la gracia y la verdad
vinieron a nosotros por Jesús" Es importante notar
que el Evangelio comienza con la Esperanza navideña de
espiritualización del Orbe y se desarrolla en un nuevo
pacto de Dios con el Hombre, donde el amor corona la
justicia, con la alegría del bien servir, a través de la
renovación interior. Su palabra constituye fe en las
almas humanas, haciéndoles vislumbrar sus destinos
gloriosos.
Sepamos que en algún momento habrá una necesidad de ver
la creencia y la esperanza, de reunirse en nuevas
catacumbas romanas, de reafirmar el sentido cristiano de
la civilización de la humanidad. Sin embargo, por
ignorar el amor de Jesús y la obra que ha estado
haciendo a lo largo de los milenios, en nuestro
beneficio, es que permanecemos en sufrimientos atroces.
Es necesario tener oídos para oír todo lo que Él nos
enseñó y ejemplificó con amor y humildad, para alcanzar
la felicidad espiritual.
Nuestra gran esperanza es hacer lo mejor que podamos,
viviendo hoy con Jesús, en las lentas transformaciones
para el nuevo mañana, apoyados con fe en la Misericordia
Divina, que atenderá las rogativas de los corazones de
voluntad firma. El maestro deja a todos la Buenas Nueva,
el modelo de todas las filosofías que buscan mejorar el
espíritu, guiando la vida y las aspiraciones. Entonces
nuevamente escucharemos las benditas palabras del Sermón
de la Montaña y, a través de las llanuras, las colinas y
los valles, conoceremos el camino de la verdad y de la
vida.
Los aprendiz del Evangelio, en la escuela espiritista
cristiana, recordemos la lección de Jesús: "Permaneceré
com vosotros si permaneceis en mí." (Juan 15:4)
Bibliografia:
XAVIER, C. Francisco – A Caminho da
Luz – ditado pelo espírito Emmanuel – 38ª edição –
Editora FEB – Brasília/DF/ capítulos 1 e 12 - 2013.
XAVIER, C Francisco – Boa Nova –
ditado pelo espírito Humberto de Campos – 36ª edição –
Editora FEB – Brasília/DF/ capítulos 1 e 2 – 2013.
.XAVIER, C. Francisco e VIEIRA Waldo – Mecanismos
da Mediunidade – ditado pelo espírito André Luiz
-26ª edição – Editora FEB – Rio de Janeiro/RJ lição 26
– 2012.
Traducción:
Isabel Porras
isabelporras1@gmail.com
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