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El buen médium
de Jesús |
En el mensaje "Mediumnidad", dictado por Emmanuel en la
Obra "Mediumnidad y Sintonía", psicografiado por Chico
Xavier, se encuentra la siguiente frase: "Mediumnidad
sin ejercicio en el bien es similar al título
profesional sin la función que le corresponda". Emmanuel
nos dice entonces que nuestro compromiso
dentro de la mediumnidad, como cristianos, además de ser
con el propio Espiritismo, es ser un verbo, es AMAR. Es
interesante que cuando hablamos de AMOR todos sabemos lo
que simboliza, pero pocos, muy rarísimos, saben cómo
ejercerlo en su más plena belleza. Tal vez leyendo
algunas líneas de este texto sobre el tema pueda
perfurmar nuestras almas, a tal punto de que, médiums o
no, entendamos con un poco más de lucidez las glorias
divinas de ese bien obrar.
Vi un post en internet que enumeraba 3 posturas
inadecuadas y 3 adecuadas de un médium dentro de una
Casa Espírita. Empezaba diciendo: "En lugar de
escalofríos y sacudidas, abrazos y besos." Hay en la
frase la petición intrínseca por una conducta mediúmnica
sin mistificación y con afecto. Comentando la pregunta
104 de El Libro de los Espíritus, que explica
sobre los Espíritus Imperfectos, el Espíritu Miramez
dice que "los falsos profetas de la erraticidad no se
preocupan mucho por la verdad; el interés de ellos son
los casos personales: quieren mostrarse, para que el
orgullo quede en pie".
He tratado de colocar, a propósito, una cita sobre el
grado de avance del Espíritu en lugar de comentar si la
mediumnidad está madura o no. Hice eso porque el
propósito es entender el núcleo de la cuestión. Y todo
origen de obrar está en el pensar. Ahora, si sabemos que
nuestra mente pertenece al ser espiritual, entonces lo
que nos interesa es nuestro pensamiento, con el fin de
cambiar nuestra conducta.
Alterando nuestra conducta, el mentor que se sintoniza
para el trabajo (salvaguardando los casos de mediumnidad
inconsciente, pero incluso así, no escapa a la necesidad
de una reforma íntima) no pasará la verguenza de ver al
médium, con el que estaba dispuesto a trabajar,
permitiendo ser un instrumento de fenómenos menos
dignos, por su voluntad y elección. Porque la
espiritualidad quiere esto: trabajar, ayudar, servir.
Entendemos que hace 20, 30 años era común ver todavía en
las casas médiums espíritas que temblaban, rugidos,
hacían movimientos esdrújulos. La inseguridad
mediúmnica, debido a la falta de estudios, era grande.
En mi ciudad natal, cuando yo tenía 17 años, y cuidaba
de distribuir agua fluidificada en la sala de pase, un
día me encontré con una señora que estaba muy alarmada
al final del pase. Ella me dijo, "Hija, no creo que este
pase no sirvió para nada". Y yo pregunté: “¿La señora se
está aun sintiendo mal?, y ella me dice: “No..., Pero es
que estoy acostumbrado a tomar un pase con un cierto
médium que no está hoy, y que da el pase explotando champán
".
En ese momento yo dejé hasta el vasito de agua sobre la
mesa, para asustarme sobre ese tipo de pase diferenciado
que yo, ávida lectora de las obras básicas, nunca había
oído hasta entonces. La señora me explicó, "Es que él
coge mi cuello, me levanta para arriba, va tirando, pasa
sus manos por mi cara, pelos, hasta que coge el 'lazo'
que el obsesor trae atado conmigo, y lo hace estallar,
haciendo un ruido con su boca, como si fuera un corcho
explotando".
Miré para aquella señora simple, mirando aprensiva, y
fue explicando muy bien que no eran los gestos del
médium lo que importaba. Que ella podría tomar su pase
con cualquier médium del centro espírita sin recelo de
quedar magneticamente corta de lo merecido. Que la fe de
ella en el momento del pase, y principalmente fuera del
pase, serían siempre preponderantes factores a colocarla
mentalmente en los mejores parajes espirituales.
El post después trata con el siguiente antagonismo: en
lugar de "Sentí tu energía de aquí", "Sentí tu
falta". Entonces todavía continua la falta de
caridad para con el prójimo, pues como nos dice el
Cristo, “Amarás a tu prójimo como a ti mismo” (Mt 22:34
a 40).
Cuando el médium desagua sin ningún filtro, sin ninguna
empatia, la inquietud que puede sentir al respecto de
una persona, él puede hacer que las informaciones que
está ofreciendo comprometan su tarea, la obra del Centro
Espírita y toda una comunidad. El código de ética
espírita nos impulsa a tener el amor como bandera
desplegada, pero levantada en lo alto de nuestras
conciencias, con el fin de orientarnos las acciones,
palabras, pensamientos, siempre buscando ayudar a las
personas con las cuales interobramos, tanto en la hora
del pase, como en cualquier otra situación.
Por supuesto, que no somos perfectos. Pero el crisol de
reserva personal que envuelva asuntos que la
espiritualidad nos muestra acerca de cada hermano que
ayudamos, eso nosotros podemos cultivar fácilmente, si
así nos disponemos. Citando El Libro de los Espíritus,
en la pregunta 871, hemos hecho preguntas sobre la
necesidad de las pruebas. En la respuesta consta que
"... Teniedo el hombre la elección entre el bien y el
mal, la prueba tiene el efecto de colocarlo en lucha con
la tentación del mal y dejarle todo el mérito de la
resistencia. "Entonces es prueba para el médium el
conocimiento que la espiritualidad ofrece. Es como
poder. ¿Y cómo poder, debe ser manejado con sobriedad
para no dañar a quienes lo poseen, sólo temporalmente.
Con juicio, por una encarnación. Sin juicio, la
espiritualidad puede cesar el contacto mediúmnico a fin
de no complicar más aun la encarnación del médium.
La última frase antagónica en el post citado dice
así: Em vez de "yo en la otra vida fui Fulano", "Quiero
ser mejor cada día". Así que el post termina con
una invitación para que, en lugar de mirar hacia atrás
en la vida, en vidas pasadas, basando nuestro desarrollo
mediúmnico de hoy en posiciones sociales, en los lugares
a los que pertenecemos a través de los milenios,
queriendo que las personas que nos rodean nos vean por
la mediumnidad como seres diferenciados y que a través
del canal mediúmnico, hermanos en Cristo de
todos, estando allí frente a la persona, en el momento
de ejercer la pasividad, llenos de amor, esperanza,
gratitud por la oportunidad de interactuar y ser un
transmisor de algo que no es nuestro, sino de lo propio
Alto, que tanto quiere que seamos felices. Fuera de ahí
que podemos usar todo lo que sabemos sobre nuestras
vidas. Reunir, religar, perdonar, evolucionar también.
Esto es tener una visión futurista rentable en el uso de
la mediumnidad.
Termino estas pocas líneas con la frase de la Madre
Teresa de Calcuta: "Quien juzga a las personas no tiene
tiempo para amarlas". Será en el ejercicio constante de
la disciplina del pensamiento, volviendo nuestra
atención siempre al Sol llamado Cristo, que
encontraremos razones que la razón no sabe simplemente
aceptar desde el corazón abierto a las personas que
vienen a nosotros, con sus necesidades, sus anhelos y
pruebas. En ese momento, erguiremos nuestros ojos y
diremos bajito la frase que Francisco de Asís nos enseñó
en cántico: "Señor, haz de mí un instrumento de tu paz."
Así que, en ese momento, cuando nos dirigimos a la
persona para ofrecer un pase, estaremos donando, más
allá de las energías de lo Alto, la renuncia de lo que
somos a favor de alguien. Y que creo que puede ser una
buena frase, para definir a un buen médium de Jesús.
Traducción:
Isabel Porras
isabelporras1@gmail.com
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