Tema: Poder de la gentileza
Los tres
vientos de la montaña
Hace mucho tiempo, vivían tres vientos en el pico de una
montaña muy alta. El primero era el
Viento-Grande-y-Furioso. Él soplaba el viento haciendo
así:
- ¡Uuuuuuuuuuuuu!...
Y cuando más deprisa se movía, más fuerte era su soplo:
- ¡Uoooooooo-Eeeeeeee!... – como una sirena.
Era, sí, un viento muy importante.
El segundo era un viento llamado
Viento-Fuerte-y-Decidido. Su soplo era así:
- Hoooooooo...
Él era um viento muy importante también.
El tercer viento era la Brisa-de-Día-Caluroso. Su soplo
era muy delicado. Era un gusto escucharlo golpear contra
el follaje:
- Vvvvvvvvvvv.
Un día los tres vientos se encontraban y comenzaron a
conversar, en lo alto de la montaña.
Viento-Grande-y-Furioso dijo así:
- ¡Hoooooouuuuuummmm, soy muy importante! Cuando las
personas me ven llegando, corren para coger todo lo que
pueden con el fin de que yo no lo pueda llevar, pero no
hace la mínima diferencia. Yo hago los mayores estragos.
Vean solo lo que va a pasar.
Viento-Grande-y-Furioso tomó un aliento profundo.
Viento-Fuerte-y-Decidido y Brisa-de-Día-Caluroso se
apartaron lo más rápido posible. El cielo escondió el
rostro. Entonces, un poquito al comienzo, pero creciendo
y creciendo, Viento-Grande-y-Furioso sopló:
– Uuuuu!...Ooooooo!...Eeeeeeee!
Los moradores de la montaña se apresuraban a guardar lo
que podían, antes de entrar en casa, pero hizo poca
diferencia; todo se fue por los aires.
Viento-Grande-y-Furioso derrumbó los postes de luz,
arrancó las farolas, las grandes ramas de los árboles y
los esparció por el suelo. Derrumbó las cercas y las
llevó muy lejos.
Cuando terminó, las personas de la montaña salieron a
ver lo que había pasado. ¡Cuántas cosas se habían
arruinado y roto! Por eso, quedaron muy tristes.
- ¿Están viendo? – gritó Viento-Grande-y-Furioso. -Soy
muy importante, ¿verdad?
- Sí – respondió Viento-Fuerte-y-Decidido -, pero creo
así no es una manera de ser importante. Eres importante
para las personas que te tienen miedo. Pero yo soy
importante porque soy útil. ¡Puedo secar las ropas muy
rápido y puedo hacer que los barcos de vela viajen más
rápidos por los mares! ¡Mira lo que pasa cuando soplo!
Viento-Fuerte-y-Decidido tomó aliento y sopló:
– Hooooooooooooo!...
Las nubes viajaron deprisa por el cielo. Los niños
corriendo dentro d e casa para abrigarse. Las ropas
mojadas se secaron deprisa. Y los barcos de vela, en el
mar, al pie de la montaña, levantaron las velas y
salieron rápido, cortando las ondas.
- ¿Están viendo? – dijo el Viento-Fuerte-y-Decidido –
soy realmente muy importante y mucho más útil que tú.
¿No lo crees, Brisa-de-Día-Caluroso?
La Brisa-de-Día-Caluroso estuvo de acuerdo, hablando
bajito:
- Sí. Muy importante y útil también.
- ¿Y eso? – dijo Viento-Grande-y-Furioso - ¿Qué puedes
hacer?
- Sí – agregó Viento-Fuerte-y-Decidido - ¿qué podrás
hacer?
Brisa-de-Día-Caluroso suspiró:
- No sé, pero iré a ver.
Entonces Brisa-de-Día-Caluroso salió por la montaña.
El sol estaba caluroso y así continuó. El cielo estaba
muy azul y así quedó. Pero, a medida que el Brisa pasaba,
las personas abrían sus ventanas y volteaban sus rostros
calientes en dirección en el que él soplaba. Salían de
sus casas y sonreían; el bienestar y la alegría estaba
en sus rostros.
La Brisa sopló y encontró un pequeño niño con una
cometa; sopló lo más fuerte que pudo. La cometa alzó el
vuelo, el niño quedó contento, muy contento.
Después vio a otro niño junto a un charco de agua. En el
charco estaban dos barquitos con velas de papel, pero no
se movían de su lugar. La Brisa sonrió, viendo los
barquitos moverse.
Después vio un pajarito el borde del nido.
- ¡Vuela! – sopló la brisa.
- Tengo miedo – dijo el pajarito.
La brisa sopló con mucha delicadeza y obligó al pajarito
a salir del nido. Entonces, el pajarito, perdiendo el
miedo, voló.
La Brisa volteó a sus amigos, en lo alto de la montaña.
Se sintió avergonzada:
- Pienso que no hice gran cosa – dijo suspirando.
Viento-Fuerte-y-Decidido, sin embargo, le dijo:
Desde aquí no pudimos ver lo que hiciste, pero
conseguiste una cosa que nosotros no pudimos hacer.
- ¿Una cosa que ustedes no pudieron hacer? – preguntó la
Brisa-de-Día-Caluroso.
- Sí – respondió Viento-Fuerte-y-Decidido. -
Viento-Fuerte-y-Decidido hizo estrago y por eso los
moradores de la montaña le tienen miedo. Yo les soy útil
y por eso me reciben. Pero tú, Brisa-de-Día-Caluroso,
los alegras. Nosotros vimos cómo aquellas personas
quedaron contentas cuando pasabas. Por esa razón eres el
más importante de nosotros tres. Regresa a alegrar a las
personas.
La Brisa descendió de la montaña, alegremente. Ahí abajo
las personas grandes y niños, al sentir el regreso de la
Brisa, quedaron radiantes, felices nuevamente.
El niño vio su cometa subir de nuevo. Por el jardín voló
el pajarito, batiendo las alas en la Brisa, como un
barco anda por el mar.
Fuente: Folleto de Evangelización de Niños y Jóvenes,
Primaria B, de la Alianza Espírita Evangélica.
Traducción:
Carmen
Morante
carmen.morante9512@gmail.com
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