Tema: Respeto; buenos modales
Oye hijo, ¿quieres
conversar?
Durante el almuerzo, Osvaldo y Miriam se sorprendieron
de que su hijo pareciera distante y preocupado. El niño,
sin embargo, dijo que todo estaba bien.
Cuando el papa volvió del trabajo, se dio cuenta de que
Junior seguía igual, y fue a saber lo que estaba
pasando.
- Oye hijo, ¿quieres conversar?
- Pasó una cosa fea hoy. Subió al bus una mujer
embarazada, y un hombre nos dijo que le diéramos el
asiento. Pedro dijo que llegó primero y no iba a
levantarse. Marcos dijo que tenía padre y nadie más le
daba órdenes.
- Y tú, ¿qué respondiste? – quiso saber el padre.
- Pregunté ¿por qué él no se levantaba y le daba su
lugar? Ahí se puso de pie y vimos que él, además de
viejo, tenía la pierna lesionada y usaba bastón. Dijo
que éramos maleducados y no sabíamos respetar a los
demás. Dijo, además, que iría al colegio a hablar con la
directora sobre nuestra actitud.
Un nuevo silencio se hizo antes de que el padre hablara:
- Hijo, debemos estar de acuerdo en que las respuestas
de ustedes dieron no fueron educadas… Además, durante el
embarazo, la mujer se vuelve frágil, porque su cuerpo
sufre grandes transformaciones. Si ella se cayera
durante un movimiento rápido del bus, además de
golpearse, podría lastimar al bebé.
Y el papá continuó:
- Las personas más jóvenes tienen más equilibrio y
fuerza que las personas mayores y las embarazadas, por
eso debemos cederles el asiento. No esperes que alguien
te lo pida, hazlo por iniciativa propia. Colócate en el
lugar del otro, siente sus dificultades y te quedarás
feliz al ayudar.
- Papá, si él se lo cuenta a la directora, ella va a
sacarme del equipo de fútbol. ¿Conversarías con la
directora, papá? – Junior estaba preocupado.
- Hijo, me parece que es mejor que tú y tus compañeros
conversen con ella. Expliquen que comprendieron su error
y van a cambiar de actitud. Y si alguno de ustedes queda
fuera del equipo por un tiempo, solo estará sufriendo
las consecuencias de sus propios actos. Es importante
aprender la lección y no repetir el error. Respetar a
los demás también es hacer a los otros lo que nos
gustaría que nos hicieran – ¿te acordarás de esa regla?
Junior asintió con la cabeza y Osvaldo envolvió a su
hijo en un abrazo cariñoso, haciendo que el niño
entendiera la actitud firme y amorosa del padre. El hijo
sabe que el padre tiene razón. Sabe, también, que
siempre puede contar con sus orientaciones, su apoyo y
su cariño.
Texto escrito por Lúcia Noll.
Traducción:
Carmen
Morante
carmen.morante9512@gmail.com
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