Espiritismo para
los niños

por Marcela Prada

 

Tema: Esfuerzo


Daniel y la mariposa


Daniel estaba haciendo su tarea escolar. Tenía que responder varias preguntas y no podía hacerlo, pues no había leído el texto de la guía de estudio.

- ¡Mamá! – llamó, irritado. - ¡Necesito tu ayuda, por favor!

- ¿Qué pasó, querido? – respondió la mamá, atenta.

- La profesora es muy

exigente y mala.

Estas preguntas son muy difíciles, no sé las respuestas. Si no me ayudas, no voy a hacer la tarea. Voy a dejar en blanco las respuestas que no sé, que son casi todas, ¡te estoy avisando! – dijo Daniel, refunfuñando.

- No te preocupes, mi bien, sí te voy a ayudar -dijo la mamá.

Ella, entonces, se inclinó sobre las hojas para entender lo que estaba pasando y, después de unos instantes, dijo calmadamente:

- Toda la información que necesitas está en el texto, hijo. Solo léelo atentamente.

- ¿Solo eso? ¿No vas a darme las respuestas? – se quejó Daniel.

- Lo siento mucho, hijo mío. No puedo hacer la tarea por ti. Si no, soy yo quien va a aprender y no tú. Estoy segura de que lo puedes hacer, ¡vamos!

El niño se quedó decepcionado y molesto. En verdad, no aceptaba que debía ser así. Pensaba que su mamá no quería ayudarlo.

La mamá se fue a retomar sus quehaceres. Pero, a los pocos minutos, volvió entusiasmada, diciendo:

- ¡Daniel, ven al balcón, ven a ver algo muy interesante!

Al llegar ahí, la mamá señaló un capullo que se estaba abriendo, con una mariposa todavía encogida que intentaba salir de él.

- ¡Qué genial, mamá! ¡Nunca había visto nacer a una mariposa! – exclamó el niño, mirando bien de cerca al pequeño insecto. - Pero… ¿no vamos a ayudar?

- ¿Cómo así, querido? – preguntó la mamá, acariciando el cabello de Daniel.

- La mariposa es muy pequeña y delicada, mira cómo se está retorciendo para salir del capullo. ¡Si no le abrimos el capullo, ella va a quedar atrapada y no va a poder volar! – dijo el niño, preocupado.

Para sorpresa de Daniel, su mamá lo abrazó y solo continuó observando a la pequeña mariposita.

- Vamos a esperar un poquito más, hijo. ¡Sigue mirando!

Después de un tiempo, Daniel exclamó muy sorprendido:

- ¡Mamá! ¡La mariposa lo está logrando! ¡Se puede ver sus alitas!

- ¡Es verdad, querido! La fuerza que la mariposa hace para salir del capullo mueve su cuerpo y con eso logra estirar perfectamente sus alas. Además, otras partes de su cuerpo solamente terminan de formarse a la hora de salir del capullo. Necesita esforzarse para estar saludable y sobrevivir.

Daniel quedó pensativo. Él pensaba que, siempre que alguien tuviera alguna dificultad, lo mejor sería recibir ayuda para no tener que esforzarse o cansarse.

- Pero, mamá, ¿no podíamos ayudarla en nada?

- ¡Claro que sí! Podemos proteger el capullo y cuidar de las flores, para que ella se alimente después. Pero la mariposita tiene que superar algunos desafíos sola. Y las personas también somos así, ¿no crees?

- Sí, claro que sí – dijo Daniel, acordándose de su tarea escolar. - ¿Puedo leer el texto de la tarea para ti, mamá?

- ¡Pues claro, querido! – respondo la mamá.

Ella acompañó a su hijo adentro de la casa, sonriendo satisfecha porque Daniel ya había aprendido una importante lección.


  

Traducción:
Carmen Morante
carmen.morante9512@gmail.com


 


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