El aborto, a lo largo de muchos años, es un asunto que
trae varias reflexiones y polémica en diversas
sociedades, incluso aquellas en que esas cuestiones
dejaron de ser prohibidas para ser vividas en común día
a día de algunas mujeres.
La revista VEJA, en 1987, publicó en un reportaje de
importancia, en la cual decenas de mujeres, entre ellas:
celebridades, domésticas, intelectuales y dueñas de
casa, cuentan abiertamente sus experiencias sobre el
aborto. Hablaron de angustia, de culpa, de dolor y de
soledad. El asunto en esa época aun era tratado como
algo prohibido y vergonzoso. En ese mismo año la Cámara
de los Diputados aprobó la reglamentación del aborto
legal, prevista en el Código Penal desde 1940, para los
casos de estupro y de riesgo de vida para la gestante.
En 2012 el Supremo Tribunal Federal amplió la
posibilidad del aborto legal al permitir la interrupción
del embarazo en el caso de fetos con anencefalia
(malformación del cerebro que inviabiliza la vida fuera
del útero).
Actualmente, las discusiones sobre el aborto vienen
nuevamente a tono y con fuerza total, estando para
juicio en la Corte suprema (STF) una acción que busca
declarar inconstitucionales los artículos 124 e 126 del
Código Penal, que criminalizan la práctica del aborto.
En otras palabras, la acción pretende que no sea más
caracterizado crimen contra la vida el aborto hasta la
12ª semana de embarazo.
El asunto genera extrema polémica y discusiones en
diversas esferas de la sociedad, una vez que reflexiona
en cuestiones morales, éticas y religiosas. El hecho es
que cuando cualquier crimen sea convertido en un
comportamiento legal, aun así, jamás se encuadrará en
los procesos morales de las Leyes Soberanas que
sustentan el Universo en nombre de Dios.
Las investigaciones y estadísticas refieren la práctica
del aborto en Brasil y en el mundo apunta para datos
relevantes. Hay controversia sobre la realidad de los
números, que son sazonables y desactualizados, teniendo
en cuenta la cantidad de mujeres que realizan el aborto
y no lo divulgan por diversas razones, entre ellas el
acometer un crimen previsto en Ley.
No obstante, existe una línea de investigadores que
defiende que los datos son manipulados para ser
superestimados y servir de parámetro en la defensa de la
aprobación de la ley del aborto. De esa forma, expongo
un número elevado de casos omisos de interrupciones de
embarazos, los defensores quieren alegar, bajo esa
argumentación, que la legalización del aborto implica
directamente la disminución de casos clandestinos con
reflejo positivo en las mórbidas consecuencias de quien
lo practica.
En ese ínterin, ¿qué importa realmente? ¿La cantidad de
casos o la cuestión moral? ¿Cómo tratar el dolor, la
soledad, el miedo, la verguenza, o arrependimento de las
“madrecitas” que, en sus cuestiones íntimas, sin pensar
y sin sentir, se someteran a tal práctica?
Delante de las situaciones oscuras de la vida de esas
mujeres, en que las circunstancias se les presenten en
infinitos dolores y aflicciones, muchas veces son ellas
lanzadas al mar de la desesperación y deciden quitar la
vida que cargan en su vientre, incluso conscientes, en
algunos casos, que se trata de un crimen a la luz de las
leyes de los hombres, sin, aun, comprender la justicia
de las Leyes de Dios.
La Doctrina Espírita nos presenta los esclarecimientos
abajo extraídos de El Libro de los Espíritus, de
Allan Kardec:
357. ¿Qué consecuencias tiene para el Espíritu el
aborto?
“Es una existencia nula y que él tendrá que recomenzar.”
358. ¿Constituye crimen la provocación del aborto, en
cualquier período de la gestación?
“Hay crimen siempre que trasgredes la ley de Dios. Una
madre, o quien quiera que sea, cometerá crimen siempre
que quite la vida a un niño antes de su nacimiento, por
eso que impide un alma de pasar por las pruebas a que
serviría de instrumento el cuerpo que se estaba
formando.”
359. Dado el caso que el nacimiento del niño pusiese en
peligro la vida de la madre de él,¿ habría crimen en
sacrificar la primera para salvar la segunda?
“Preferible es sacrificar al ser que aun no existe a
sacrificar al que ya existe.”
360. ¿Será racional tener para con un feto las mismas
atenciones que se dispensan al cuerpo de un niño que
vivió algún tiempo?
“Ved en todo eso la voluntad y la obra de Dios. No
trateis, pues, sin atención, cosas que debéis respetar.
¿Por qué no respetáis las obras de la creación, algunas
veces incompletas por voluntad del Creador? Todo ocurre
según sus desígnios y nadie es llamado para ser su
juez.”
En Brasil, no es calificado
como crimen el aborto cuando ocorre naturalmente o
cuando es praticado por un médico capacitado en tres
situaciones: en caso de riesgo de vida para la mujer
causado por el embarazo, cuando la gestación es
resultante de un estupro o si el feto fuera
anencefálico. En este caso, se nota que la Ley está en
conformidad con la Doctrina Espírita apenas en la
primera situación, conforme es mencionado en la pregunta
359 de El Libro de los Espíritus.
El acaso no existe en los planes de Dios, que es
soberanamente justo y bueno, y es exactamente en la
reencarnación que Él manifesta esa justicia conforme
podemos ver en la cuestión abajo de la misma obra de
Allan Kardec:
167. ¿Cuál es el fin buscado con la reencarnación?
“Expiación, mejoramiento progresivo de la Humanidad.
¿Sin eso, dónde hay justicia?”
De ahí viene la creencia y la confianza en nuestro
Padre, que dirige todo el Universo y no permite que haya
injusticias y que ningún mal ocurra, si no fuera para un
bien mayor.
¿Qué decir entonces de la gestación de una vida, de un
espíritu que se propone a cooperar mutuamente en el
perfeccionamiento uno del otro? Una de las mayores
dádivas que Dios proporciona es la condición de ser
madre y es por intermedio de la que Dios manifesta toda
su justicia y su amor.
Naturalmente es preferible neutralizar los
prejuzgamientos, principalmente cuando la pretensión es
analizar la posición de la mujer que planea interrumpir
la gestación. ¿Cómo explicar las consecuencias de ese
acto? Probablemente sería difícil impedir o convencer a
una madre que pretende abortar, pues en la mayoría de
los casos su voluntad no es manifestada, por miedo o
discriminación de la sociedad.
El libre-albedrío es por nuestra cuenta. Actitudes
buenas o malas tendrán sus pesos en nuestras
conciencias; así se entiende que la madre, como
cualquier otra persona, es dueño de su cuerpo, más como
dice la venerada Joanna de Angelis en el mensaje sobre
el Aborto en el libro Alerta, psicografia de
Divaldo Franco: Não hay ninguna duda, en cuanto a los
“derechos de la mujer sobre su cuerpo”, más en cuanto a
la vida que está en la intimidad de su estructura
orgánica.
En ese sentido, el espíritu que tendrá su reencarnación
interrumpida de forma abrupta, por sentirse impedido de
completar el ciclo de la vida, puede establecer
procesos de obsesión que se complican, culminando por
alinearse la mujer de conciencia culpable, formando
cuadros depresivos y otros, en que la locura y el
suicidio se vuelven puertas de liberación ilusorias.
Por otro lado, hay casos en que el aborto ocurre no por
voluntad propia de la futura madre, pero por influencia
o presión del compañero o hasta incluso de la familia,
que, por ideas preconceptuadas o deformadas, prefiere el
aborto a criar un niño en desacuerdo con los patrones
impuestos por la sociedad.
La forma que podemos encontrar, para amenizar o
influenciar positivamente en esas cuestiones, es
requerir junto a los Espíritus elevados y protectores
coraje para soportar las aflicciones y el peso colocado
en sus hombros, geralmente por personas injustas y
orgullosas, que aun no son capaces de comprender y
practicar la benevolencia, la indulgencia y el perdón,
virtudes esenciales para el perfeccionamiento del alma.
Es preciso tener fe en la bondad divina, que no
desampara a nadie, pidiendo siempre fuerzas para
soportar los dolores, los sufrimientos y aceptar con
resignación el embarazo indeseado.
Nadie se acuerda de aquello que fue comprometido en el
Ministerio de la Reencarnación y de las pruebas y
expiaciones sabiamente comprendidas para ajustamiento y
evolución. Es por la pluralidad de las existencias que
podemos entender en cuanto a la Espiritualidad Superior
cuida y prepara con amor y dedicación a nuestra
reencarnación. Así, la dádiva de la vida debe ser
aprovechada, oportunidad única que no debe ser
desperdiciada.
El espíritu que la madre carga, obviamente, también tuvo
su preparación para reencarnar; el aceptó ser su hijo,
prometió amarla y reajustar cuestiones del pasado, y se
siente feliz con la oportunidad que Dios le concedió,
convencido de que irá a mejorar y evolucionar en cuanto
está encarnado, siendo un hijo maravilloso, amoroso y
trabajador.
Dios, en su infinita sabiduría, en lo que atañe a la
perpetuación de las especies, consecuencia natural de
conservación de la vida, da la madre el derecho de
procreación. Permite que tengamos vida y aun nos dice
que la tengamos en abundancia. La vida humana, en este
planeta, comienza con la concepción, es un bien
inviolable, concedido por la Providencia Divina, que
necesita ser comprendido y respetado como tal.
Por milagro de la reencarnación es posible el
reencuentro de vidas pasadas para que los miembros de
una familia puedan juntos vivir la práctica del amor, de
la bondad, de la caridad y la búsqueda incesante por el
perdón. El hijo, ese ser en desenvolvimiento, suplica
apenas por una oportunidad de evolucionar moralmente; él
quiere perfeccionarse como alma y corregir sus errores.
Él ya amaba a su madre incluso antes de estar en su
vientre y quiere dar la oportunidad a esa “madrecita” de
amarlo también.
Basta mirar a los niños jugando en los parques, observar
una linda niña yendo para su escuela o un jovencito
tomando un helado... ¡Los hijos alegres y felices en los
brazos de sus padres! Son espíritus en formación, que
carga consigo experiencias buenas o malas de otras
vidas, pero aun se encuentran necesitados de cariño y
amparo que precisan recibir de sus padres para completar
su existencia y contribuir en su formación moral y
espiritual.
No olvidemos el sublime mensaje de Jesús cuando dice: “Todo
aquello, por tanto, que quereis que los hombres os hagan,
hacedlo vosotros a ellos, pues esta es la Ley y los
Profetas” (Mateo7:12). Así, al colocarnos en el
lugar de esas criaturas y de esos padres, seremos
capaces de ofrecer amor semejante al amor de Jesús. Por
la fe en el futuro, por la confianza en la Providencia
divina es que todas las madres aceptarán y permitirán la
preservación de la vida, en todas sus expresiones,
convencidas de que ese es deber incalculable en el
proprio desenvolvimiento de su evolución.
Referências:
KARDEC, Allan. O Livro dos Espíritos.
Trad. Evandro Noleto Bezerra. 4. ed. 4. imp. Brasília:
FEB, 2017. q. 167.
_____. ____. q. 357
Revista Reformador. Ano 125. Nº
2.141. Edição de Agosto de 2007.
FRANCO, Divaldo. Alerta. Pelo
Espírito Joanna de Ângelis. 7ª Edição. Editora Leal,
2015.
Este artículo fue contemplado en el concurso “La
Doctrina Explica”, ocurrido en 2018, promovido
en el grupo del Curso de Conferenciantes
Espíritas del Distrito Federal, en la Federación
Espírita del Distrito Federal (FEDF). Ricardo
Dias Paz, conferenciante espírita, reside en el
Distrito Federal. |
Traducción:
Isabel Porras
isabelporras1@gmail.com
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