Espírita desde la infancia y natural de Cedral,
ahora radicado en Matão,
ambos municipios de São
Paulo, Antonio Brandi Pereira (foto), conocido
como Toninho, es Analista de Sistemas y
Desarrollo de Software. Vinculado a las
actividades de la Comunidad Espírita Cairbar
Schutel, de Matão
(SP), actualmente ejerce en ella el papel de
Secretario de Infancia y Juventud. Para hablar
sobre las actividades dirigidas a la infancia y
la juventud en la institución mencionada, nos
concedió la siguiente entrevista.
¿Cómo es la experiencia de
coordinar la actividad de evangelización en una
institución?
Primero, cuando me invitaron,
acepté con mucha alegría; pero sé que toda
actividad exige dedicación. Siento
que el mayor desafío es influenciar
positivamente a cada trabajador y hacer que
todos sigan con motivación y con el sentimiento
de que podemos hacer más y mejor; pero siempre
motivando al equipo con mucho respeto y
fraternidad, porque somos una familia.
¿Cuáles son las mayores
dificultades?
La mayor dificultad es proponer
un cambio/mejora en el trabajo voluntario y de
tantos años; en este momento, me corresponde
mostrar a los trabajadores que la tarea de
evangelizar es sublime y que el evangelizador
está a la vanguardia del trabajo para despertar
a los espíritus que aspiran a recibir el mensaje
de Jesús. Generando esta motivación y
responsabilidad, el siguiente paso es gestionar
las ideas y sugerencias que surgen naturalmente
como una manera de hacer el trabajo agradable
para todos los involucrados.
¿Y las mayores alegrías
cosechadas?
Es ver, al final de cada
desafío, que lo que hicimos hoy fue mejor que
ayer; que aumentamos algo y que al evaluar la
actividad realizada tenemos la sensación de que
hemos alcanzado positivamente nuestra
evangelización. Así nos llenamos de energía e
ideales pensando que el próximo desafío será
mejor. Esto motiva al grupo a proponer siempre
algo diferente.
¿Qué hay de la interacción
con los padres?
Es muy importante el modelo de
evangelización infanto-juvenil y de adultos
desarrollado en la Comunidad Espírita Cairbar
Schutel, con padres e hijos recibiendo el
mensaje en el mismo día y horario; a veces los
padres y los niños en la misma habitación, la
emoción es inmensa. Los padres llegan a tener
una verdadera noción del nivel de mensaje que
reciben sus hijos. Un ejemplo de interacción que
vale la pena destacar es nuestra feria anual de
conocimiento; las presentaciones emocionan a
todos; siempre la realizamos en el mes de
octubre y, en 2019, nuestro tema central fue
Jesús.
¿Qué es lo que más le llama
la atención en las clases para niños y
adolescentes?
Es no sólo seguir el modelo
tradicional de instrucción, sino la búsqueda
constante de un trabajo que sensibilice
espíritus, de buscar la educación de los
sentimientos y las emociones. La evangelización
es la posibilidad de hacer que el evangelio de
Jesús pueda ser sentido y aplicado. Este
objetivo se puede lograr con el uso del arte, la
participación en trabajos de la casa espírita,
aliados al estudio de la doctrina.
¿Cómo gestionar el desafío de
la presencia, asiduidad y compromiso de los
voluntarios con la actividad?
Para los participantes es tener
la presentación del mensaje de una manera
dinámica y participativa; para los
evangelizadores es la participación de todo el
equipo. Este año estamos lanzando una plataforma
web donde todos los evangelizadores podrán
construir sus clases en grupos, sugerir
material, dinámicas, vídeos y acompañar el
formato de la clase que se presentará en su
ciclo; con esto todos están involucrados y todos
podrán contribuir en el momento de la
presentación del mensaje. Dependiendo del grupo
de edad tenemos como mínimo 3 evangelizadores
por sala. Después, al final de cada clase, se
registran la presencia y las observaciones para
mejorar en el futuro el material presentado.
¿Cuál percibe que es la mayor
motivación para los niños y los padres?
En nuestro trabajo, la última
reunión del año es para la evaluación; los
padres informan lo que fue positivo y lo que se
debe mejorar, y de esa manera el trabajo es
dirigido a atender las solicitudes propuestas.
Somos conscientes de que su mayor alegría es ver
la espontaneidad y la buena voluntad de los
niños por estar en la evangelización, y también
apoyar a sus hijos presentando las más diversas
actividades en el centro espírita.
De sus recuerdos, ¿qué le
gustaría destacar?
Ir a la clase de evangelización
en mi infancia no era tan agradable, incluso
tenía pruebas. Asistía a la fuerza, obligado por
mis padres, lo que hoy tengo que agradecer, pero
los tiempos son otros. Hoy tenemos que convencer
a nuestros jóvenes con el ejemplo dentro del
hogar que enfatice esta importancia. Las casas
espíritas con sus evangelizadores y sus
metodologías apropiadas hacen que esta tarea sea
más ligera. Buscamos formar en nuestros niños y
adolescentes recuerdos de un Espiritismo de
fácil comprensión y mucha alegría por conocerlo
tan temprano.
En la experiencia de todos
estos años, ¿qué le diría a otras instituciones
y ciudades?
Inviertan, enfóquense en la
evangelización. No la traten como una actividad
recreativa. Formen equipos, si es posible
adapten el ambiente al grupo de edad, capaciten
a los evangelizadores, reevalúen los trabajos
con frecuencia, divulguen la actividad, valoren
los trabajos desarrollados en la evangelización
e involucren a los niños y jóvenes en las
actividades de la casa espírita.
¿Algo más que quisiera
añadir?
Convivimos con observaciones que
no siempre son positivas sobre nuestros jóvenes;
que este pensamiento negativo no nos influya,
porque esto aun es normal en una época en la que
impera el materialismo. Que sepamos que el
mensaje que tenemos en las manos traerá una
nueva era para la humanidad. Recordemos el
comentario del codificador en la pregunta 798
de El Libro de los Espíritus, sobre el
Espiritismo: "Este progresará mucho; pero
durante dos o tres generaciones todavía habrá un
fermento de incredulidad, que sólo el tiempo
aniquilará". Nos corresponde a nosotros,
los evangelizadores, colaborar en esta tarea de
divulgación y que estemos preparados y
capacitados. |