Tema: Allan Kardec, codificación
El Codificador
Eric estaba regresando de la clase de evangelización. Su
madre había conocido recientemente el centro espírita
por medio de una amiga. Desde entonces, su familia venía
frecuentando esa institución para escuchar las
enseñanzas y recibir pases.
En el camino de regreso a casa, la mamá preguntó:
- ¿Cómo fue la clase de hoy, querido? ¿Aprendiste
algo nuevo?
- Sí, mamá. La clase fue sobre Allan Kardec – respondió
Eric.
- Ya escuché hablar de ese nombre en una conferencia a
la que asistí – comentó el padre. – Creo que fue él
quien escribió El Libro de los Espíritus, que inició la
Doctrina Espírita. ¡Allan
Kardec debe haber sido el inventor del Espiritismo!
- ¡No, papá! – dijo rápidamente el niño. – La señorita
Natalia explicó bien eso. Él no puede ser llamado
“inventor”, porque las ideas del Espiritismo no fueron
de él. Ella hizo que repitiéramos con ella la palabra
“codificador”. Después todos dijimos juntos: “Allan
Kardec fue el codificador del Espiritismo”.
- ¡Vaya! ¡Nunca escuché esa palabra! ¿Ella les explicó
qué quiere decir? – preguntó la madre, curiosa.
- ¡Sí, lo explicó! Nos dio esta actividad para que la
hagamos – dijo el niño, mostrando a su madre el trabajo
que había hecho. – Cada uno tenía que armar un
rompecabezas con piezas de cartulina y después pegarlo
en esta hoja.
Las piezas unidas formaban el rostro de un hombre y las
frases: “Allan Kardec, codificador del Espiritismo”.
Eric, entonces, continuó diciendo:
- La señorita Natalia explicó que Allan Kardec juntó las
enseñanzas que recibió de los espíritus, del mismo modo
que juntamos las piezas del rompecabezas. Codificar es
eso: reunir todo, formando una sola cosa.
- Eso, realmente, tiene sentido – dijo la madre. – En
las conferencias a la que he asistido, explicaron que
cosas como espíritus, reencarnación y médiums siempre
existieron, pero no eran bien comprendidas. Como Allan
Kardec era un investigador, estudió las manifestaciones
de los espíritus y los conocimientos que ellos
revelaron. Él se dio cuenta de que las informaciones
estaban relacionadas entre sí y tenían sentido,
inclusive con las enseñanzas de Jesús. ¡Así se formó la
Doctrina Espírita!
- ¡Pues sí, en verdad el codificador fue muy
inteligente! – comentó el padre, con una sonrisa. – Él
hizo la parte más difícil: codificó la Doctrina Espírita
y escribió los libros. ¡Nos dejó todo más fácil!
- Es verdad, y nosotros tenemos que estudiar. El próximo
sábado iremos al centro espírita de nuevo. ¿Trato hecho,
Eric?
- ¡Por mí, todo bien, mamá! Me está gustando la
evangelización – respondió Eric, sonriendo.
Llegaron a casa y cada uno regresó a sus actividades de
rutina.
A la semana siguiente, y en las demás que siguieron,
ellos mantuvieron el compromiso de estudiar el
Espiritismo y frecuentar el centro espírita. Y también
hacían el Evangelio en el Hogar.
La familia de Eric se dio cuenta de que conocer la
Doctrina Espírita es comprender mejor las Leyes de Dios
y las enseñanzas de Jesús. Es tener más recursos para
entender los acontecimientos de la vida y ser cada vez
más feliz.
Todos nosotros, que conocemos el Espiritismo, recordamos
con gratitud el nombre del codificador: Allan Kardec.
Traducción:
Carmen
Morante
carmen.morante9512@gmail.com
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Atividades
marcelapradacontato@gmail.com