Espiritismo para
los niños

por Marcela Prada

 

Tema: Allan Kardec, codificación


El Codificador


Eric estaba regresando de la clase de evangelización. Su madre había conocido recientemente el centro espírita por medio de una amiga. Desde entonces, su familia venía frecuentando esa institución para escuchar las enseñanzas y recibir pases.

En el camino de regreso a casa, la mamá preguntó:

- ¿Cómo fue la clase de hoy, querido? ¿Aprendiste algo nuevo?

- Sí, mamá. La clase fue sobre Allan Kardec – respondió Eric.

- Ya escuché hablar de ese nombre en una conferencia a la que asistí – comentó el padre. – Creo que fue él quien escribió El Libro de los Espíritus, que inició la Doctrina Espírita. ¡Allan Kardec debe haber sido el inventor del Espiritismo!

- ¡No, papá! – dijo rápidamente el niño. – La señorita Natalia explicó bien eso. Él no puede ser llamado “inventor”, porque las ideas del Espiritismo no fueron de él. Ella hizo que repitiéramos con ella la palabra “codificador”. Después todos dijimos juntos: “Allan Kardec fue el codificador del Espiritismo”.

- ¡Vaya! ¡Nunca escuché esa palabra! ¿Ella les explicó qué quiere decir? – preguntó la madre, curiosa.

- ¡Sí, lo explicó! Nos dio esta actividad para que la hagamos – dijo el niño, mostrando a su madre el trabajo que había hecho. – Cada uno tenía que armar un rompecabezas con piezas de cartulina y después pegarlo en esta hoja.

Las piezas unidas formaban el rostro de un hombre y las frases: “Allan Kardec, codificador del Espiritismo”.

Eric, entonces, continuó diciendo:

- La señorita Natalia explicó que Allan Kardec juntó las enseñanzas que recibió de los espíritus, del mismo modo que juntamos las piezas del rompecabezas. Codificar es eso: reunir todo, formando una sola cosa.

- Eso, realmente, tiene sentido – dijo la madre. – En las conferencias a la que he asistido, explicaron que cosas como espíritus, reencarnación y médiums siempre existieron, pero no eran bien comprendidas. Como Allan Kardec era un investigador, estudió las manifestaciones de los espíritus y los conocimientos que ellos revelaron. Él se dio cuenta de que las informaciones estaban relacionadas entre sí y tenían sentido, inclusive con las enseñanzas de Jesús. ¡Así se formó la Doctrina Espírita!

- ¡Pues sí, en verdad el codificador fue muy inteligente! – comentó el padre, con una sonrisa. – Él hizo la parte más difícil: codificó la Doctrina Espírita y escribió los libros. ¡Nos dejó todo más fácil!

- Es verdad, y nosotros tenemos que estudiar. El próximo sábado iremos al centro espírita de nuevo. ¿Trato hecho, Eric?

- ¡Por mí, todo bien, mamá! Me está gustando la evangelización – respondió Eric, sonriendo.

Llegaron a casa y cada uno regresó a sus actividades de rutina.

A la semana siguiente, y en las demás que siguieron, ellos mantuvieron el compromiso de estudiar el Espiritismo y frecuentar el centro espírita. Y también hacían el Evangelio en el Hogar.

La familia de Eric se dio cuenta de que conocer la Doctrina Espírita es comprender mejor las Leyes de Dios y las enseñanzas de Jesús. Es tener más recursos para entender los acontecimientos de la vida y ser cada vez más feliz.

Todos nosotros, que conocemos el Espiritismo, recordamos con gratitud el nombre del codificador: Allan Kardec.


 

Traducción:
Carmen Morante
carmen.morante9512@gmail.com


 


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