Graduada en Historia por la UNESP, con una
Maestría y Doctorado en Historia Antigua de la
misma institución, Amanda Giacon Parra (foto) trabaja
profesionalmente como profesora de Educación
Secundaria y Técnica en la ETEC y como Profesora
Coordinadora de Historia en la red pública
estatal. Espírita desde 2016, es oriunda de José
Bonifácio y reside en Lins, ambos municipios de
São
Paulo. Está vinculada a la Casa do Caminho Dr.
Bezerra de Menezes, en Promissão (SP),
trabajando también como conferencista por la
región y en la evangelización infantil. La
entrevistamos sobre las ideas de la educadora
italiana María Montessori.
En el evento Encuentro de
Educación y Paz, promovido por IEPE en 2019, su
tema se centró en María Montessori. Háblenos de
manera sencilla sobre esta autora y su obra.
Montessori nació en 1870 en
Italia. Comenzó su trabajo en medicina; también
fue una de las primeras mujeres en graduarse en
el área de Europa. Es importante destacar el
contexto histórico, es decir, vivió y trabajó en
una Italia bajo el régimen fascista de
Mussolini, en la que la educación estaba
impregnada de métodos coercitivos. Se graduó en
el área pedagógica y creó un lugar llamado "Casa
dei Bambini" aportando una nueva visión para la
educación. Dedicó una especial atención al
cuidado de niños con discapacidades. Ofreció
conferencias alrededor del mundo en defensa
moral de la humanidad, y fue candidata al Premio
Nobel de la Paz en 1949 y 1950.
¿Qué es lo que más le llama la atención en la
obra de la autora?
Montessori encanta por su
trayectoria, sus ideas y sus ideales.
Considerando el período tan complejo y violento
en el que vivió la autora, es apasionante darse
cuenta de lo mucho que sus discursos y su
práctica van en sentido contrario a eso.
Montessori da la debida importancia al proceso
educativo en la formación de un ser humano más
empático y autónomo, creando una teoría del
desarrollo del niño y afirmando cuánto este ser
humano, formado por nuevos moldes, impactaría
positivamente en el planeta en términos de una
sociedad más justa e igualitaria. Sobre todo,
refuerza el papel central desempeñado por los
educadores en el proceso de cambio.
¿Montessori influyó en su formación y actividad
profesional actual?
Mi contacto más profundo con el
pensamiento de la autora vino hace poco tiempo,
específicamente cuando me convertí en madre y me
encontré estudiando para realizar esa función.
Este pensamiento ha venido modificando mi forma
de actuar como madre y profesora, pero más allá,
me ha transformado como ser humano que estoy en
busca de una reforma íntima. En el momento en
que entiendo al niño, por ejemplo, en sus
períodos sensibles, sé cómo estimularlo de la
mejor manera. También aprendo a respetar los
momentos del niño en su actividad de
concentración, a valorar su trabajo, a observar
su forma de actuar y pensar. Entonces he
cambiado un poco mis lentes y he tratado de
observar el mundo con la mirada del niño. He
repensado sobre el "corregir" y cómo lo hago.
Estas reflexiones las llevo a mi trabajo como
profesora, en particular el tema de la
observación, de la manera cómo comunicarme con
el joven y cómo "corregir" algo. Creo que una
educación basada en Montessori puede hacer
surgir seres humanos más reflexivos en lugar que
simplemente "obedientes". Y en este movimiento
me vuelvo también y principalmente hacia mí
misma y pienso: ¿Cuáles son mis potenciales?
¿Tengo conciencia de ellos? ¿Los estoy
desarrollando de la mejor manera posible?
¿Qué vínculos ve en los pensamientos de la
autora que se conecten con la propuesta
educativa del Espiritismo?
Creo, tal vez de forma simplista
y genérica, que cuando un adulto se propone
aplicar una educación basada en Montessori
necesita modificarse a sí mismo, es decir,
realizar la autoeducación, aquella tan
mencionada en el medio espírita. Otro punto es
la cuestión de este respeto al niño que
Montessori nos enseña, es decir, una relación
más horizontal, dispuesta a aprender con ese
ser, individuo único que trae talentos únicos
para ser desarrollados y que necesita tener la
claridad de su misión ante sí mismo y ante la
humanidad y que necesita tener espacio para
desarrollar todo eso.
¿Cómo entiende que la difusión y el estudio de
los contenidos presentados por Montessori pueden
influir en un cambio social?
El cambio social comienza más
cerca de nosotros de lo que podemos suponer.
Cuando nos relacionamos de manera armoniosa con
nuestros niños, por ejemplo, ya sean hijos,
alumnos, sobrinos, nietos, estamos desarrollando
un nuevo mundo, dentro de nosotros mismos y en
nuestro entorno. Un mundo más justo, más
igualitario con adultos más empáticos, todo eso
que deseamos comienza en las relaciones que
establecemos en nuestros hogares y en nuestros
espacios de convivencia social. Una educación de
los niños que se centre en el desarrollo de
valores, particularmente los valores morales,
tendrá un efecto muy positivo en el futuro que
deseamos.
¿La
educación promueve la paz?
Montessori afirma que "el hombre
creció en poder, no en sabiduría", es decir, a
pesar de todos los descubrimientos científicos y
el crecimiento de la tecnología, el hombre no
evolucionó de la misma forma en el sentido
moral, dado el período de guerras y regímenes
totalitarios que vivió, y que esta evolución
tecnológica sin la moral no tiene sentido. Ella
entiende que la paz duradera tiene lugar a
través de la educación. Según ella, "la
responsabilidad de evitar conflictos corresponde
a los políticos; la de establecer una paz
duradera, a los educadores". Por lo tanto,
cualquiera que sea el "educador" del que estamos
hablando (padres, cuidadores, profesores, tíos,
abuelos, entre otros), todos son/somos
responsables de promover la paz a medida que
enseñamos a las generaciones futuras a través de
discursos, pero principalmente, de ejemplos.
¿Y
cómo pueden los actuales profesionales de la
educación vencer los desafíos que nuestros
jóvenes y niños presentan en la cotidianeidad de
nuestras instituciones educativas?
Pregunta bastante difícil,
porque los desafíos son de innumerables órdenes,
la situación es multicausal. Con respecto
exclusivamente al desempeño del profesor hoy,
entiendo que él necesita estar abierto para
entender a la juventud, y colocarse en una
relación más horizontal con los educandos, como
alguien que también es aprendiz, percibiéndose
como un profesional que no sólo enseña
"contenidos académicos", relacionado con lo
cognitivo, sino que también su enseñanza es de
habilidades socio emocionales y que el
aprendizaje de éstas hará toda la diferencia en
las nuevas generaciones. Creo que estamos en el
momento de revisar nuestros paradigmas
educativos, porque la educación está en crisis
(¿hay quien lo niegue?), busca su significado,
sus objetivos, por fin, espero que en la
síntesis de todo este movimiento podamos volver
a dar un significado a la escuela en el sentido
de tener en cuenta las aptitudes, misiones de
los jóvenes y especialmente los valores humanos.
¿Considera que el contenido de Montessori puede
ayudar a los educadores espíritas en la
transmisión de las enseñanzas del Evangelio y
del Espiritismo?
La propuesta educativa de
Montessori inspira tanto en el sentido del
contenido de la enseñanza, como del método de
enseñanza. Todo esto puede ayudar a los
educadores en varios aspectos: nos inspira a
proporcionar más autonomía al niño, a respetar
su individualidad y el conocimiento que trae, es
decir, transponiéndolo a cualquier ámbito de la
educación, el educador debe estar abierto a
escuchar y observar más que a "dar una
conferencia", porque el niño/joven puede
participar activamente poniendo sus actitudes,
ideas y reflexiones, de ahí surge el material
para el trabajo del educador. Además, desde el
punto de vista de los contenidos, Montessori
propone una educación más solidaria, es decir,
no basada en la competencia y el egoísmo,
estando así en total conformidad con las bases
morales predicadas y vivenciadas por Jesús.
¿Algo más que quisieras añadir?
Me gustaría llamar la atención
sobre una de las preguntas de la autora: ¿Cuál
es el significado que le estamos dando al
progreso material? Montessori ya estaba
preocupada por este tema en la primera mitad del
siglo XX en medio de una sociedad devastada por
dos grandes guerras. Después de Montessori otros
tantos conflictos armados se han producido, y
hoy, aún hoy, es urgente la reflexión: ¿qué
sentido le estamos dando al progreso? ¿Cuáles
son las contradicciones de nuestra sociedad, de
nuestro modelo educativo? Queremos una sociedad
justa e igualitaria a través de un modelo
económico que cada día aumenta el abismo de la
desigualdad económica, cultural, social...
Finalmente, las conferencias ofrecidas por
Montessori en la década de 1930 tienen sentido
incluso hoy en día. ¿Y cuál es mi parte de
responsabilidad en la reproducción de este
modelo de sociedad? Yo, como educadora, puedo
modificar de manera consciente desde mi relación
con el educando hasta dar el sentido necesario a
lo que enseño. María Montessori nos invita a
reflexionar sobre la forma en que educamos a
nuestros hijos, clama por un Adulto Consciente,
que educa para los valores y ve al niño como
esperanza.
Sus
palabras finales.
Agradezco inmensamente este
espacio e invito a todos aquellos que se sienten
tocados, apasionados o incómodos con la
educación, así como yo, a dedicarse a la causa,
realizando estudios, buscando/creando modelos,
discutiendo soluciones para tener una educación
más eficiente con respecto a la formación de un
ser humano integral que haya desarrollado todas
sus potencialidades, y que cumpla de la mejor
manera su fin último, es decir, ser aún más
feliz. |