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Queridos espíritas, les presento la Revista
Espírita |
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“Quien ya despertó está en la obligación de despertar a
los que aun duermen, pues el tiempo avanza rápido y
quien continua durmiendo puede perder el horario de la
última nave espacial.” (BRUNO BERTOCCO)
En nuestros estudios, no raras veces, citamos la
colección de la Revista Espírita solo para tener
el “placer” de ver la cara de espanto de gran parte de
los presentes. Percibimos que la mayoría de los
frecuentadores nunca oyó hablar de ella, aunque Allan
Kardec (1804-1869), haya recomendado su lectura,
inclusive, diciendo que su contenido completa las
obras: El Libro de los Espíritus y el El Libro
de los Médiums (1). Al relacionar las
obras para los que quisieran tener nociones preliminares
del Espiritismo, el Codificador recomienda este orden:
“1ª Qué es el espiritismo – […].
2ª El libro de los espíritus – […].
3ª El libro de los médiums – […].
4ª Revista Espírita – Variada antología de hechos,
de explicaciones teóricas y de trechos aislados, que
completan lo que se encuentra en las dos obras
precedentes, y que representan, de cierto modo, su
aplicación. Su lectura puede ser hecha al mismo tiempo
que la de aquellas obras, sin embargo, será más
provechosa y, sobre todo, mas inteligible, si fuera
hecha después de El libro de los espíritus. (2)
Eso no debería ser sorpresa para nadie, mas, tal vez,
estemos estudiando superficialmente las obras de la
Codificación y, con eso, pasando por encima de detalles
importantes. De nuestra parte, confesamos haber sido
sorprendidos con la recomendación de la lectura de Qué
es el Espiritismo como primera obra a ser leída,
pues, por norma, se recomienda la lectura de El Libro
de los Espíritus.
En En
la Hora del Testimonio,
José Herculano Pires (1914-1979), nos orienta diciendo
que:
[…] Precisamos de estudiar a Kardec
intensamente, de asimilar las enseñanzas de las obras
básicas, de sumergirnos en las páginas de oro de la
“Revista Espírita”, no apenas leyéndolas, más
meditándolas, profundizándolas, redescubriendo en ellas
todo el tesoro de experiencias, ejemplos, enseñanzas
y moralidad que Kardec nos dejó. […]. (3)
(negrita nuestra)
Bien clara la visión de Herculano Pires al respecto de
la necesidad de también estudiar la Revista Espírita.
En otra oportunidad dijimos que es con mucha tristeza
que vemos que, en el medio espírita, la Revista
Espírita no es estudiada como fue sugerida por Allan
Kardec. En nuestros estudios, hemos encontrado cosas
bien interesantes en ella, que, por unas mil veces, nos
dio pruebas de que debemos leerla sí, aunque no hagamos
eso en el orden sugerido por el Codificador.
Recientemente, al leer la obra Biografia
de Allan Kardec,
descubrimos que el biógrafo Henri Sausse (1851-1928),
también comulgó con ese nuestro pensamiento:
Una cosa que frecuentemente me causó dolor, y que
constaté muchas veces con tristeza, durante los
veinticinco años en que, como presidente, dirigí los
trabajos de la Sociedad Fraterna, es la indiferencia de
los espíritas por la lectura de los primeros años de la Revue
Spirite.
En ese periodo, de 1858 a 1869, Allan Kardec trazó las
grandes líneas de las obras fundamentales de la doctrina
espírita, en las cuales se siente brotar con abundancia
y fe ardiente y la convicción profunda que lo animaban,
fe y convicción que él sabía volver tan comunicativas.
Muchos creen, sin embargo erroneamente, que esos
escritos envejecieron, que no son más actuales, que,
teniendo la idea avanzada desde entonces a pasos de
gigante, esa lectura no ofrece en nuestros días interés
alguno. Error profundo y lastimoso. No, los escritos de
Allan Kardec no envejecieron, no se volvieron caducos;
al contrario, conservaron todo su vigor, todo su
propósito, en su limpia claridad ellos son, más que
nunca, actuales.
Cuantos sabios preceptos, cuantos consejos prudentes y
esclarecidos, cuantos ejemplos vividos hirvieron en esos
doce primeros años de la Revue Spirite y en
cuanto, a mí ver, nosotros nos engañamos en descuidar
esa fuente de informaciones sobre todos los puntos que
pueden preocuparnos, en lo que dice respecto a la
doctrina espírita.
(4) (negrita nuestro)
Esos dos párrafos nosotros los transcribimos del
“Preámbulo” de autoría de Sausse. El detalle
significativo, que no podemos dejar de mencionar, es que
él es cerrado el 31 de marzo de 1909. Así, queda
comprobado que no es de hoy el poco valor que se da a
esa obra de la Codificación.
Volviendo a Herculano Pires, ahora con la obra En
el Umbral del Mañana,
vemos estas sus explicaciones:
[…] Es necesario recordar también que existe la Revista
Espírita, de Allan Kardec. Son nada menos que 12
volumes, con cerca de 400 páginas cada uno, mas es
una colección indispensable al buen conocimiento de la
Doctrina Espírita. […].
La Revista Espírita, de Allan Kardec, ya existe,
felizmente, en Brasil, editada en portugués en 12
volumes. Posteriormente a Kardec, la revista continuó
siendo publicada. Mas lo que nos interesa, bajo el punto
de vista doctrinario, es la colección referente a la
época del Codificador (1858 a 1869), porque no trae
solamente su pensamiento, más también los hechos que él
observó, las investigaciones que hizo durante cerca de
12 años, en la Sociedad Parisiense de Estudios Espíritas.
Constan en esos 12 volumes de la revista los relatos
de las investigaciones, las comunicaciones importantes
por él recebidas y sus estudios, desenvolviendo aspectos
del Espiritismo que él, naturalmente, no puede
desenvolver en las Obras Básicas, que tenían el fin
de estructurar la doctrina, mas no entrar en minucias,
en pormenores, que vendrían después y que son
importantes para su conocimiento más profundo. (5)
(negrita nuestra)
Entendemos, que es uma colección imprescindible al
estudio doctrinario, no podemos concentrarnos solamente
en las obras del tal “Pentateuco Kardecista”, no tenemos
la menor idea de quién inventó esa designación, tal vez
alguién aun apegado a los conceptos teológicos de su
religión de origen, conforme bien lo dice Herculano
Pires en O
Espírito e o Tempo:
[…] El aprendizaje doctrinario requiere unidad y
secuencia, para que se pueda alcanzar una visión
global de la Doctrina. Todas las obras de Kardec
deben constar de esos trabajos, desde los libros
iniciáticos, pasando por la Codificación propiamente
dicha, hasta los volúmenes de la Revista Espírita.
Precisamos convencernos de esta realidad que no todos
alcanzan: Espiritismo es Kardec. Porque fue él el
estructurador de la Doctrina, permanentemente asistido
por el Espíritu de la Verdad. Todos los demás libros
espíritas, mediúmnicos o no, son subsidiarios.
Estudiar, por ejemplo, una obra de Emmanuel o André Luiz
sin relacionarla con las obras de Kardec, a pretexto de
que esos autores espirituales superaron al Maestro (cuyas
obras aun no conocemos suficientemente) es demonstrar
falta de comprensión del sentido y de la natureza de la
Doctrina. Esos y otros autores respetables dan su
contribución para nuestra mayor comprensión de Kardec.
No pueden sustituirlo. […]. (6) (negrita
nuestra)
Infelizmente, en nuestro medio, vemos estudio de otras
obras, sin querer desmerecerlas, en detrimento de
aquello que Herculano Pires denomino como “Espiritismo
es Kardec”.
Es cierto que nadie está prohibiendo de estudiar otras
obras, sin embargo, lo que no se debe hacer es
concentrarse en ellas como si en materia de Espiritismo
solo ellas contuviesen algo que enseñar. Podemos afirmar
con seguridad, que la posibilidad de aprender será bien
mayor al inclinarnos en la Revista Espírita, para
conocer más de cerca el trabajo del Codificador.
En la Revista
Espírita 1865,
mes de enero, Allan Kardec narra el caso grave de
obsesión de una joven de Marmande, una comuna francesa,
en el cual da una explicación que solo vemos constar de
la Revista Espírita, por lo menos de la forma
como él explicó:
Si se preguntarse por qué Dios permite que Espíritus
malos sacien su rabia en los inocentes, diremos que no
hay sufrimiento inmerecido, y aquel que hoy es inocente
y sufre, por cierto aun tiene alguna deuda que pagar.
Esos Espíritus malos sirven, en este caso, de
instrumento a la expiación. Más allá de eso, su
malevolencia es una prueba para la paciencia, la
resignación y la caridad. (7)
Podemos, decir con absoluta seguridad, aprenderemos
mucho con la lectura de la colección de la Revista
Espírita, fue por esa razón que escribimos este
pequeño artículo presentándola.
Referências bibliográficas.
KARDEC, A. O Livro dos Médiuns.
Brasília: FEB, 2013.
KARDEC, A. Revista Espírita 1865.
Araras (SP): IDE, 2000.
PIRES, J. H. Na Hora do Testemunho.
São Paulo: Paideia, 1978.
PIRES, J. H. No Limiar do Amanhã.
São Paulo: Editora Camille Flammarion, 2001.
PIRES, J. H. O Espírito e o Tempo. São
Paulo: Paideia, 2003.
SAUSSE, H. Biografia de Allan Kardec.
São Paulo: Companhia Editora Nacional, 2015.
___________________
[1] KARDEC, O
Livro dos Médiuns, p. 53.
[2] KARDEC, O Livro dos Médiuns, p. 40-41.
[3] PIRES, Na Hora do Testemunho, p. 19.
[4] SAUSSE, Biografia de Allan Kardec, p. 12-13.
[5] PIRES, No Limiar do Amanhã, p. 115.
[6] PIRES, O Espírito e o Tempo, p. 190-191.
[7] KARDEC, Revista Espírita 1865, p. 14.