Rodrigo Cavalcanti de Azambuja (foto), natural
de Río de Janeiro (RJ), hoy radicado en Canela (RS),
es espírita desde
la adolescencia. Licenciado en Medicina
Veterinaria, con Maestría en Ciencias
Veterinarias por la UFRGS (Universidad Federal
de Rio Grande do Sul) y especialización en
Toxicología Animal y en clínica médica de
animales pequeños, fue presidente de la
Sociedad Espírita Bezerra
de Menezes, en Canela (RS).
Autor del libro Animales y
Espiritismo, publicado el año pasado por la
editorial EME, nos habla en esta entrevista
sobre la obra y otros temas relacionados con su vivencia
espírita.
Resuma su
vivencia espírita desde
la infancia.
Mi primer contacto ocurrió
cuando todavía era un preadolescente, a través
de los libros de André Luiz que mi padre
guardaba en una pequeña biblioteca en mi
habitación. A los 16 años comencé a frecuentar
conferencias en el Centro Espírita Joana d'Arc
en Miguel Pereira (RJ), pero fue sólo después de
graduarme en Veterinaria y mudarme a Canela (RS)
que empecé a trabajar en una casa
espírita como bibliotecario en
la Sociedad Espírita Bezerra
de Menezes, donde llegué a ocupar la
presidencia. Tuve una breve participación en la
Unión Municipal Espírita de
Taquara como vicepresidente y en el Consejo
Regional Espírita de la
segunda región, donde trabajé en el área de la
unificación. Unos problemas familiares (algunos
de salud y también la llegada de mis dos hijos)
terminaron alejándome de las actividades por un
período. Con los niños ya más independientes y
con la necesidad de iniciar a los niños en la
evangelización, estaba a principios de este año
buscando unirme a la Sociedad de Estudios Espíritas
Semillas del Evangelio, cuando comenzó la
pandemia.
¿De dónde viene el interés en
el tema de los animales, tanto para la profesión
como para la investigación espírita?
Desde una edad temprana siempre
expresé interés por el área de las ciencias
biológicas, amaba a los animales y leía todo al
respecto. Durante mucho tiempo mantuve un
acuario de agua salada en mi habitación y
estudié todo sobre el ciclo de nitrógeno,
filtración, etc. También de niño participé en un
concurso de una revista de la editorial Abril en
el que se premiarían las 3 mejores frases sobre
el oso panda, y el segundo premio era un perro.
Escribí con la esperanza de ser segundo y así la
inolvidable Hulla, una hermosa hembra de
pastor alemán,
entró en mi vida, consolidando mi elección para
la Medicina Veterinaria.
¿Háblenos sobre su libro Animales
y espiritismo?
Tengo cuatro libros publicados,
tres sobre temas espíritas. Animales y
Espiritismo fue mi segunda obra. Sé que no
hay nada nuevo en él y que la literatura sobre
el tema es muy extensa, pero sentí la necesidad
de escribir algo tratando de resaltar una visión
un poco más desapasionada. En mis actividades
profesionales, era muy común escuchar a algunos
tutores de animales decir que les gustaban más
los perros que las personas, y esto me molestaba
mucho, porque parecían poner a los animales en
una posición de válvula de escape para la
dificultad que las personas tendrían en las
relaciones interpersonales. Tal vez, como
consecuencia de esta actitud, vi a muchos
tutores tratando de humanizar a sus mascotas, a
menudo irrespetando la naturaleza misma y los
comportamientos de estos animales. También traté
de externalizar mi opinión (basada en la
codificación y otras obras espíritas) sobre
temas controvertidos como la eutanasia, el
vegetarianismo y otros, buscando siempre una
posición más equilibrada, resaltando que en una
sociedad tan diversa
como la nuestra necesitamos respetar y
comprender diferentes puntos de vista. El libro
se puede adquirir en la página web de editora
EME. La cuota del autor recibida en ejemplares
fue donada a los centros
espíritas de nuestra región.
¿Qué es lo que más le llama
la atención sobre el tema?
La implicación que la
observación del proceso evolutivo de los
animales tiene sobre nosotros, los seres
humanos, que también somos animales. Observar la
evolución de los animales es como mirar nuestro
propio pasado como especie, es vislumbrar toda
la peregrinación que el principio inteligente ha
recorrido hasta el punto donde llegamos. La
constatación de esta realidad nos coloca ante
una serie de implicaciones, como el respeto que
debemos a los animales, la necesidad de una
postura más ecológica por nuestra parte y, en
última instancia, nos llama la atención para que
contemplemos el esplendor y la belleza de la
naturaleza y de toda la creación, resultado de
mucho tiempo, esfuerzo y dedicación de
espiritualidad superior para llegar a la etapa
actual. En las correrías de la vida cotidiana, a
menudo nos olvidamos de contemplar la belleza de
una flor, de un pájaro, en fin, de la creación.
¿Qué repercusiones sobre el
tema ha recogido del público?
Los más comunes son los mensajes
que refuerzan la necesidad de adoptar, como
sociedad, una actitud más responsable y humana
hacia los animales. Pero, como el tema es muy
amplio y lleno de posibles desarrollos, son
frecuentes las preguntas sobre otros aspectos no
abordados en la exposición. Las dudas más
frecuentes tratan sobre la posibilidad o no de
que tal o cual animal sea la reencarnación de
otro que fue muy querido, sobre el consumo de
carne y sobre la eutanasia.
¿Qué nos puede decir sobre la
introducción de la práctica de los pases en
animales?
En primer lugar, debemos
diferenciar lo que es el pase espírita, que es
la transmisión de fluidos del médium pasista con
la ayuda de la espiritualidad, de lo que es el
magnetismo animal, que intuitivamente utilizan
las rezadoras y las curanderas. La doctrina
espírita nos enseña que una voluntad firme y una
buena intención en el corazón siempre traerán
efectos beneficiosos y esto ciertamente no
excluye a los animales. Nuestros hermanos
animales, así como nosotros, además del cuerpo
físico tienen un principio inteligente
individualizado en la evolución, o, como cita El
Libro de los Espíritus, un alma, dependiendo
del concepto que tengamos del alma. Así que
seguramente será válido orar por ellos y tratar
de transmitirles buenos fluidos, como sucede en
la cultura popular en las zonas rurales donde
encontramos entre los curanderos algunas
prácticas de bendición de animales. Aun en la
cuestión energética podemos ver que terapias
como la homeopatía demuestran su realidad y
eficiencia. Pero nunca debemos confundir estos
hechos e imaginar que los animales pueden ser
médiums o mediumnizables, porque no poseen la
compatibilidad fluídica para ello.
Sobre las conquistas sociales
de protección animal, ¿qué podría decirnos?
Se ha avanzado mucho al
respecto, pero aún hay mucho por hacer.
Personalmente, en cuanto a la protección de los
animales, creo que la responsabilidad es algo
que debe compartirse entre las autoridades
públicas y la sociedad civil, y en este punto
hay avances en ambos sectores. Vemos varias
prefecturas promoviendo programas de control
reproductivo en perros y gatos y también muchas
ONG y protectores de animales involucrados en la
tarea. Creo que todavía falta sintonía y
sinergia entre las autoridades públicas y estos
sectores de la sociedad civil, para que podamos
lograr mayores realizaciones, principalmente en
lo que respecta a la toma de conciencia de una
parte de la población que aún no ha entendido
que la cuestión de la protección animal es de
todos. Si cada uno de nosotros cuidase de sus
perros y gatos con el debido respeto y amor, el
problema estaría resuelto automáticamente; todos
los animales tendrían un hogar, la reproducción
sería controlada y el abandono sería un recuerdo
desafortunado en los libros de historia.
¿Algún recuerdo significativo
que le gustaría destacar?
En el tema de los animales,
en el mes de marzo de 2000 me marcó
profundamente, por dos grandes recuerdos. En el
mes antes mencionado me gradué en Medicina
Veterinaria en UFRRJ/RJ, en una ceremonia sin
las festividades de graduación apropiadas, y
luego regresé con prisa a Canela (RS), donde mi
perra, Hulla, repentinamente comenzó a sentirse
mal. Cuando llegué tuve tiempo sólo para
despedirme; fueron breves minutos... Me esperó
hasta mi regreso. En el mismo mes, comenzaba la
vida profesional y la razón que me llevó a
elegirla partía para nuevas experiencias.
Sobre el consumo de carne en
la alimentación humana, ¿cómo conciliar esto?
El tema del consumo de carne es
una de las grandes razones que me llevaron a
escribir el libro. Porque siempre he visto una
tendencia a poner la pregunta como una especie
de termómetro evolutivo. En la obra de André
Luiz vemos que mientras algunos sectores de
Nuestro Hogar todavía dependen de los alimentos,
aunque más fluídicos, por la proximidad y
afinidad de su trabajo con la corteza terrestre,
otros sectores más espiritualizados como el
Ministerio de Unión Divina utilizan el amor como
alimento. Innegablemente, nuestra evolución
avanza hacia una alimentación cada vez más
sutil, pero la evolución no es algo que se
produce a los saltos y, como la codificación
espírita nos informa, en nuestra constitución
todavía vemos que la carne alimenta la carne. Lo
que sacamos de toda esta información es que la
evolución nos llevarán sin duda a abolir el
consumo de carne en un futuro más o menos
lejano. Hasta entonces, esforcémonos todos por
caminar en esta dirección, cada uno con su
propia velocidad.
¿Algo más que quiera añadir?
Me gustaría destacar la cuestión
de la mediumnidad en animales. La mediumnidad no
es posible para los animales. Los espiritas
sabemos lo complicado que es establecer la
afinidad necesaria para que ocurra el fenómeno
mediúmnico; en consecuencia, sólo un espíritu
tiene la afinidad fluídica necesaria para ser un
mediador de otro espíritu. En los diversos casos
en los que los animales han notado la presencia
de espíritus (como los catalogados por Ernesto
Bozzano en El Alma de los Animales), para
que el fenómeno se produzca necesariamente se
requiere el concurso, consciente o inconsciente,
de un médium que proporcione los fluidos
adecuados para ello, es decir, el animal puede
incluso percibir el fenómeno, pero la producción
de éste necesita del concurso de un médium.
Sus palabras finales.
Mi intención al abordar el tema
de los animales y escribir el libro es
contribuir para que todos podamos reflexionar
sobre nosotros mismos, animales que somos,
mirando a nuestros hermanos de jornada en este
planeta, nuestros animales. Que entendamos que
en la creación no hay nada inútil o sin sentido
y, por lo tanto, desde el ser más pequeño hasta
el más grande, todos merecen nuestro respeto y
admiración. Todos somos eslabones de una gran
corriente, separados unos de otros por miles de
siglos de evolución. Entonces asumamos nuestro
papel en esta jornada, tratando de mejorarnos un
poco más cada día en busca de etapas aún más
sublimes, sin olvidarnos de tender la mano a los
eslabones que siguen detrás de nosotros. Como
dice una canción cantada por el dúo Tim y
Vanessa, titulada Sé..., sé dios para
ellos, como Dios lo es para ti.
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