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Huss y Kardec – dos personajes y un fulgurante
cristiano |
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Jan Huss nació en Husinec en el año de 1369, en la
antigua Boemia (atualmente República Tcheca) bajo el
reinado del emperador Carlos IV y bajo el pontificado de
Gregorio XI. Fue hijo de campesinos. Ingresó en la
Universidad de
Praga, donde se formó en Teologia. En 1400, fue ordenado
sacerdote y, en el año seguinte, ocupó el cargo de
rector de la misma Universidad.
La Ermita de Belém, donde Jan Huss predicaba, fue
instituída a fin de que en ella se hablase en tcheco.
Antes de eso solamente podía hablarse en latín. La
Iglesia romana ocupaba lugar de relevancia en Bohemia y
utilizaba la fe como instrumento de dominación y fue
capaz de cometer innombrables atrocidades en nombre de
Dios para mantener su poder.
Huss publicó un tratado, donde desenvolvió la tesis de
que un cristiano no debería correr detrás de “milagros”.
Defendió el ideal de la pobreza sacerdotal y condenó el
patrimonio terreno del alto clero de la Iglesia.
Exaltava la lengua tcheca y detestaba la imposición del
latín, como determinaba la curia. Fue símbolo de la
independencia y con el apoyo del rey Venceslao y del
pueblo, fue laureado como patriota y héroe nacional.
Como escritor, contribuyó en la fijación de la
ortografia y en la reforma de la lengua literaria
tcheca. Se aproximó a las opiniones de John Wycliffe
que era profesor de la Universidad de Oxford, pasando a
considerarse doctrinariamente su discípulo.
El 6 de julio de 1415 fue anunciada la condenación de
Jan Huss que pereció quemado, a los 46 años, en
Constanza. El lugar de su muerte es marcado hasta hoy
con una piedra memorial; sus cenizas fueron tiradas en
las aguas del río Reno.
En la plaza central de Praga erigieron, en su homenage,
una imponente estatua, monumento impresionante que hace
justicia a su Vida y Obra, a fin de perpetuarle el
legado y la memoria a través de los tiempos. Un año
después del martirio de Jan Huss, su discípulo Jerónimo
de Praga también era inmolado en la hoguera de la
Inquisición.
Huss, el primer mártir de la libertad religiosa
Los dos pensadores (Wycliffe y Huss) rechazaban el
tráfico de las indulgencias, condenaban la política
belicosa de la iglesia de Roma y la superioridad papal.
Defendían la supremacia del Cristo – y no la de Pedro –
como jefe y cabeza de la Iglesia, consideraban el
Evangelio “única ley”.
Las preocupaciones de una reforma religiosa se juntaron
a las reivindicaciones nacionales, en base de eso Huss
es considerado el primer mártir de la libertad
religiosa. Fue uno de los precursores de la Reforma. No
acataba el abominable comercio de las indulgencias y
defendía el fin del celibato, de la adoración de
imágenes y de las misas rezadas en latín. Esos ideales
posteriormente fueron abrazados por Martin Lutero. Por
tanto, más de cien años antes del teólogo alemán
presentara sus famosas 95 Tesis.
A la Reforma Protestante fue necesaria para el
advenimiento del Espiritismo, puesto que si la teología
cristiana permaneciese bajo los dominios de la iglesia
romana, la enseñanza del Cristo estaría aniquilada. Por
tanto, la Reforma luterana y los movimientos que se le
seguirían fueron una preparación para la llegada de la
Doctrina Espírita. ¡Es hecho! En el periodo pós Reforma
protestante algunos Espíritus reencarnaron con la misión
especial de desenterrar la letra muerta de los
Evangelios, a fin de que, después de tres siglos y mucho
esfuerzo, pudiese el Consolador prometido por Jesús, por
la voz de los Espíritus, rescatar a los hombres la
esencia divina de todas las lecciones del Modelo y Guía
de la Humanidad.
El iluminado hijo de Husinec fue antecesor y modelador
de la personalidad del notable Allan Kardec, por tanto,
fue el pionero de la filosofía espírita. El paralelo
entre las dos personalidades es realmente
extraordinario. Observemos el periodo exacto de 500 años
entre la fecha de nacimiento de Huss y la de
desencarnación de Kardec.
Jan Huss y Allan Kardec en una concisa analogía
existencial
Jan Huss fue reformador de la lengua de su país, como
lexicógrafo emérito, traductor del idioma tcheco. Allan
Kardec, también fue educador, fue traductor de libros
para diferentes idiomas. Huss tuvo algunas de sus obras
quemadas por la Iglesia en una plaza pública, así como
Kardec tuvo 300 ejemplares de obras espíritas
incineradas en un acto que quedó conocido como el auto
de fe de Barcelona. He el mismo Espíritu, en su
auténtica vivencia cristiana en ambas personalidades,
tuvo gran intimidad con el mensaje de Jesús y el Nuevo
Testamento.
En la Revista Espírita de septiembre de 1869, en el
artículo Precursores del Espiritismo – hay una
comunicación mediúmnica de Jan Huss, fechada el 14 de
agosto de 1869, después de haber sido evocado por uno de
los médiums de la Société Parisienne des Études
Spirites.
Homenaje a los 138 años de Allan Kardec – una
psicografia
Evocamos aquí un arrebatador mensaje psicografiado por
Chico Xavier el 22 de septiembre de 1942, dictado por el
“Hermano X” (Humberto de Campos) y leída solemnemente el
día 03 de octubre de 1942, en homenaje a los 138 años de
nacimiento de Allan Kardec, durante la Tercera
Concentración Espírita de São Paulo, ocurrida en el
Gimnasio del Pacaembu, he la:
“Depués de dirigirse a los numerosos misioneros de la
Ciencia y de la Filosofía, destinados a la renovación
del pensamiento del mundo en el siglo XIX; el Maestro se
aproximó al abnegado Jan Huss y habló, generosamente:
—No serás portador de invenciones nuevas, no te
detendrás en el problema de comodidad material a la
civilización, ni recibirás la regalía del dinero o de la
autoridad temporal, mas disponte en las manos la tarea
sublime de levantar corazones y conciencias.
La asamblea de orientadores de las actividades
terrestres estaba conmovida. Y al paso que el antiguo
campeón de la verdad y del bien se sentía alarmado de
santas conmociones, Jesús continuaba.
—Prepárense los círculos de la vida planetaria a grandes
transformaciones en los dominios del pensamiento.
Inmenso número de trabajadores en el mundo, despreciando
el sentido evolucionario de la vida, cree en la
revolución y en sus principios destruidores,
organizándole movimientos homicidas. En breve, no
obstante nuestra asistencia desvelada, que neutralizará
los desastres mayores, la miseria y la mortandad se
levantarán en el seno de colectividades invigilantes. La
tirania campeará en la Tierra, en nombre de la libertad,
cabezas rodaran en las plazas públicas en nombre de la
paz, como si el derecho y la independencia fuesen frutos
de la opresión y de la muerte. Algunos conductores del
pensamiento, desvariados de personalismo destruidor,
convierten la época de transición del orbe en torbellino
revolucionario, envenenando el espíritu de los pueblos.
El sacerdocio organizado en bases económicas no puede
impedir la catastrofe. ¡La Filosofía y la Ciencia
intoxicarán las propias fuentes de acción y conocimiento!…
Es indispensable establecer providencias que amparen la
fe, preservando los tesoros religiosos de la criatura.
Te confío la sublime tarea de reencender las lámparas de
la esperanza en el corazón de la humanidad.
¡El Evangelio del Amor permanece eclipsado en el juego
de ambiciones desmedidas de los hombres viciosos!… Ve,
mi amigo. Abrirás nuevos caminos a la sagrada aspiración
de las almas, descerrando la pesada cortina de sombras
que viene absorbiendo la mente humana. En la
restauración de la verdad, no obstante, no esperes los
loores del mundo, ni la comprensión de tus
contemporáneos.
Mis enviados no nacen en la Tierra para ser servidos,
mas por atender a las necesidades de las criaturas. No
reciben palmas y homenajes, facilidades y ventajas
terrestres, con todo, mi paz os fortalece y os levanta,
cada día… Muchas veces, no conocen sino la dificuldad,
el obstáculo, el infortunio, y no encuentran otro
refugio más allá del desierto. ¡Es preciso, sin embargo,
erigir el santuario de la fe y caminar sin reposo, a
pesar de persecuciones, perdidas, cruces y lágrimas!…
Ante la emoción de los trabajadores del progreso
cultural del orbe terrestre, el abnegado Jan Huss
recibió, la elevada misión que le era otorgada,
revelando la nobleza del siervo fiel, entre júbilos de
reconocimiento.
De ahí a algún tiempo, en el albor del siglo XIX, nacía
Allan Kardec en Lyon, por traer el divino mensaje.
Espírito dedicado, jamás olvidó el compromiso sublime.
No encontró escuelas de preparación espiritual, mas
nunca menospreció el manantial de recursos que traía en
sí mismo. Y, como si quisiera demostrar que las fuentes
del profetismo deben manar de todas las regiones de la
vida para sustentáculo e iluminación del espíritu
eterno, aunque en el cuadro de los grandes hombres del
pensamiento, estimó asestar los primeros vuelos de su
misión divina en la zona común donde permanece la
generalidad de las criaturas. Conforme la previsión del
Cristo, la Revolución Francesa preparó con sangre el
imperio de las guerras napoleónicas.
En cuanto los trabajadores de la cultura moderna
lanzaban nuevas bases al edificio del progreso mundial,el
gran misionero, sin cualquier preocupación de recompensa
o exhibicionismo, del cumplimiento a la tarea sublime. Y
fue así que el siglo XIX, que recibió la navegación a
vapor, la locomotora, la electrotipia, el telégrafo, el
teléfono, la fotografía, el cable submarino, la
anestesia, la turbina a vapor, el fonógrafo, la máquina
de escribir, la luz eléctrica, el sismógrafo, la
linotipia, el radium, el cinematógrafo y el automóvil,
se tornó receptor de la Divina Luz de la reviviscencia
del Evangelio.
El discípulo dedicado rasgó los horizontes estrechos del
escepticismo y el plano invisible encontró nuevo canal a
fin de proyectarse en el mundo, atenuándole las sombras
densas y renovando las bases de la fe.
Algunos de los compañeros de lucha espiritual, no
obstante enseguida las hostilidades del medio, recibían
aplausos del mundo y protección de gobiernos
prestigiosos, mas emisario de Jesús, en el desierto de
las grandes ciudades, trabajaba en silencio, soportando
calumnias y burlas, venciendo dificuldades e
incomprensiones.
Al final de la laboriosa tarea, el trabajador fiel
triunfará
En breve, la doctrina consoladora de los Espíritus
iluminaba corazones y conciencias, en los más diversos
puntos del globo.
Es que Allan Kardec, se vino de los círculos más
elevados de los procesos educativos del mundo, no olvidó
la necesidad
de sabiduría espiritual. Discípulo eminente de
profesores consagrados, como Pestalozzi, no olvidó la
ascendencia del Cristo. Trabajador en el servicio de la
redención, comprendió que no vino a la Tierra por
atender a caprichos individuales y sí a los poderes
superiores de la vida.
Su ejemplificación es un programa y un símbolo.
Conquistando la auréola de los misioneros victoriosos,
no incorporándose a la galeria de los grandes del mundo,
porque apenas indicase el camino salvador a la humanidad
terrestre.
Allan Kardec no solamente predicó la doctrina
consoladora; la vivió. No “fue un simple codificador de
principios, sino un fiel servidor de Jesús y de los
hombres.”
En resumen
Huss primero trabajó en defensa del Nuevo Testamento y
posteriormente Kardec trabajó en la edificación del
cristianismo renacido, en la codificación de la Doctrina
Espírita. Recordamos, pues, con gratitud, los 6 siglos
transcurridos del martirio de Huss, en pro de la Verdad.
Día vendrá en que los pueblos irán a reverenciar el
sabio Espíritu Huss/Kardec como uno de los más
iluminados misioneros del Cristo que ya pisó el suelo
terreno.