Tema: Perdón
Perdonar siempre
Un día Anita volvió del colegio muy enojada e hizo el
mayor ruido en la casa.
El papá de Anita se dio cuenta de la irritación y le
preguntó qué había pasado.
- Mira, papá, estoy muy enojada con Pedrito. Me humilló
en frente de todo el mundo. No quiero verlo más. Espero
que se enferme y no vuelva más al colegio.
Para sorpresa de Anita, su papá no dijo nada.
Solo fue al garaje y cogió un saco de carbón. Se dirigió
al fondo del patio y la llamó:
- Hija, ¿ves esa camiseta en el tendedero? Vamos
a imaginar que es Pedrito. Y que cada pedazo de carbón
es un pensamiento tuyo sobre él. Descarga toda tu rabia
tirando el carbón a la camisa hasta que no quede nada. Vuelvo
pronto, para ver si te gustó, ¿de acuerdo?
Anita vio que ese juego era espléndido y empezó a tirar
el carbón.
Como era pequeña y estaba un poco lejos, apenas
conseguía atinar a la camisa.
Después de una hora, estaba exhausta, pero su tarea
estaba hecha.
El papá, que la observaba de lejos, se acercó y le
preguntó:
- Hija, ¿cómo te sientes ahora?
- Esto me cansó muchísimo, pero, mira, logré tirarle
muchos carbones a la camiseta.
- Muy bien, hija mía. Ahora ven conmigo hasta el cuarto,
pues quiero mostrarte una cosa.
Al llegar al cuarto, colocó a su hija delante de un gran
espejo.
Cuando Anita miró su reflejo, se asustó al ver que
estaba completamente sucia de carbón. Tan inmunda que
solo podía ver sus dientes y sus pequeños ojos.
El papá, entonces, le explicó:
- Mira cómo quedaste. La camisa que intentaste ensuciar
está más limpia que tú. Así es la vida. Los males que
deseamos a los otros regresan a nosotros. Por más que
nos quedemos con rabia de alguien en nuestros
pensamientos, la mancha, los residuos y la suciedad
siempre se quedará en nosotros mismos.
(Extraído del libro “Perdonar siempre”,
publicado por la editorial Soler.)
Traducción:
Carmen
Morante
carmen.morante9512@gmail.com
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