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María de Nazaret: madre intercesora junto a
Jesús |
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Este tema me vino a la mente después de oír de un
religioso la afirmación de que María de Nazarét sería
intercesora junto a Jesús. Esa cuestión me despertó el
interés por estudiar la vida de la madre de Jesús,
considerando las diferentes fuentes de consulta para la
construcción de una investigación de como sería esa
afirmación bajo la óptica espírita.
En esa dirección, el pasaje bíblico que más caracteriza
a María como intercesora es las Bodas de Canaán, en que
la Madre va a su Hijo amado pidiendo para dar solución a
una situación difícil,
pues ella sabía que el Maestro podría resolver aquella
cuestión. De ese pasaje, surge el título de Madre
intercesora.
Nada mejor que comenzar por las Bodas de Canaán:
“Y,
al tercer día, se hicieron unas bodas en Canaán de
Galilea; y estaba allí la madre de Jesús. Y fue también
invitado Jesús y sus discípulos para las bodas. Y,
faltando vino, la madre de Jesús le dijo: no tienen vino.
Le dice Jesús: Mujer, ¿qué tengo yo contigo? (¿o qué
quieres de mí, mujer?) Aun no es llegada mi hora. Su
madre dice a los sirvientes: haced todo cuanto él os
dijera. Y estaban allí puestas seis tallas de piedra,
para las purificaciones de los judíos, y en cada uno
cabían dos o tres medidas. Les dice Jesús: llena de agua
esas tallas. Y la llenaron hasta arriba. Y les dijo:
tirad ahora, y llevad al maestro de sala. Y lo llevaron.
Y, luego que el maestro de sala probó el agua hecha vino
(no sabiendo de donde vino, si bien que lo sabían los
sirvientes que habían tirado el agua), llamó el maestro
al esposo, y le dijo: todo hombre pone primero el vino
bueno y, cuando ya han bebido bien, entonces el
inferior; más tu guardaste hasta ahora el buen vino.
Jesús empezó así sus señales en Canaán de Galilea, y
manifestó su gloria; y sus discípulos creyeron en él.
Después de esto descendió a Cafarnaun, él, y su madre, y
sus hermanos, y sus discípulos; y quedaron allí no
muchos días”. (Juan
2: 1-12)
Las Bodas de Canaán dieron lugar al primer milagro de
Jesús o fenómeno natural según la ley de Dios. Con todo,
aquel no era el momento de el Hijo de Dios revelar su
poder, pues sabía que sería el inicio de su misión en el
plano de Dios hasta la pasión en la cruz.
La preocupación de Jesús con la hora fijada por Deus
para su glorificación significaba derramar él su sangre
en nombre de una eterna Alianza, la misma sangre
simbolizada por el vino compartido con sus apostoles en
la última Cena, antes de su muerte, pues el Maestro
asociaba aquel momento al día de su crucifixión.
En Canaán, María percibe que el vino estaba acabando, lo
que podría molestar a los novios, pues faltaría lo
principal para la fiesta, el vino, que simbolizaba la
alegría e abundancia.
María dirige a Jesús: “Ellos no tienen más vino”,
porque en su corazón sabia que su hijo podía ayudar. La
respuesta de Jesús fue: “¿Qué quieres de mí,
mujer? Mi hora aun no llegó”.
Las palabras de Jesús no hicieron a María desistir.
Jesús la amaba. La intercesión de María convenció a
Jesús para hacer aquello que ella pedía. El primer
milagro de Jesús ocurrió por la fe de la Madre en su
divino Hijo.
Al hacer que el hijo cambiase de idea, María conquistó
un lugar en el corazón de los cristianos, como
intercesora, aquella que puede pedir a Jesús que atienda
a los deseos de las personas.
Al respecto de María como abogada e intercesora junto a
Jesús, destacamos del libro “Universo y Vida”, del
Espíritu Áureo:
“Jesús
dice a la esposa de Zebedeo que solo se sentarían a su
derecha y a su izquierda, en el reino de los Cielos,
aquellos a quien el Padre había reservado esos lugares,
porque sabía que el Eterno ya eligió para esos supremos
ministerios al gran Bautista y la magnánima María de
Nazarét; el primero para regir, bajo su crística
supervisión, los problemas planetarios de la Justicia, y
ella para supervisar, bajo su soberana influencia, las
benevolencias del amor. Por eso, todos los decretos
labrados por el sublime Canciller de la Justicia
solamente son homologados por el Cristo después de
examinados e instruidos por la excelsa Abogada de la
humanidad, a fin de que nunca falte, en cualquier
proceso de dolor, las bendiciones compasivas de la
misericordia y de la esperanza”. (Áureo,
en Universo y Vida.)
“Estrella
divina del universo de las grandes Almas, también ella
tuvo que peregrinar del paraíso excelso de su felicidad
para nuestro valle de lágrimas, a fin de ayudar y servir
a una humanidad paupérrima de espiritualidad, de la cual
se hizo, para siempre, la gran Madre, la gran Abogada y
la gran Protectora”. (Áureo,
en Universo y Vida.)
En cuanto a hacer todo lo que Jesús nos orienta, en el
libro “Camino, verdad y vida”, del Espíritu Emmanuel, en
la psicografia de Francisco Cândido Xavier, en la
lección 171 - Palabras de Madre, tenemos:
“Su
madre dice a los sirvientes: haced todo cuanto él os
dijera.” - (JUAN, capítulo 2, versículo 5.)
“(...)
Tenemos igualmente, en el Documento Sagrado,
reminiscencias de María. Examinemos sus preciosas
palabras en Canaán, llenas de sabiduría y amor materno.
Generalmente, cuando los hijos procuran la cariñosa
intervención de madre es que se sienten huérfanos de
ánimo o necesitados de alegría. Por eso mismo, en todos
los lugares del mundo, es común observar a hijos
discutiendo con los padres y llorando ante corazones
maternos.
Interpretada con justicia por un ángel tutelar del
Cristianismo, a veces es con inmensas aflicciones que
recurrimos a María. (...)
En muchas ocasiones, se agota el vino de la esperanza.
Nos sentimos extenuados, desilusionados... Imploramos
ternura maternal y he que María nos responde: haced todo
cuanto él os dijera. El consejo es sabio y profundo y
fue colocado al principio de los trabajos de salvación.
Escuchando semejante advertencia de Madre, meditemos si
realmente estaremos haciendo todo cuanto el Maestro nos
dice”.
(EMMANUEL. Camino, Verdad y Vida)
En el libro “Memorias de un Suicida”, Yvonne do Amaral
Pereira relata las experiencias del Espíritu Camilo
Cândido Botelho después de cometer un acto atentando
contra su propia vida y, por consiguiente, el nuevo
amanecer en el mundo espiritual.
Camilo revela que María de Nazarét dirige en el plano
Espiritual varias organizaciones de socorro a los
necesitados, de entre ellos el Hospital María de Nazarét
y la Mansión de la Esperanza. En esas instituciones,
bajo la influencia y las orientaciones de María madre de
Jesús, se prestan socorro, por intermedio de la Legión
de los Siervos de María, aquellos que abreviaron
voluntariamente su vida y por eso padecen atroces
dolores en el mundo espiritual.
En el Capítulo 9, “Los archivos del alma”, Camilo narra
que “los avisos y las órdenes vienen de lo Más
Alto... de allá, donde estaciona la asistencia magnánima
de la piadosa Madre de la Humanidad, la Gobernadora de
nuestra Legión (...) si a otro eminente Espíritu fuera
dirigida la suplica, será esta encaminada a María y se
seguirán las mismas providencias, pues, como vimos
afirmando, es María la sublime acogedora de los réprobos
que se arrojaron a los temerosos abismos de la muerte
voluntaria...”
Más adelante, Camilo cuenta acerca del posible
encaminamiento de un Espíritu obsesor a los canales
competentes para una reencarnación expiatoria en un
planeta inferior a la Tierra para quitar sus débitos.
Con todo, Camilo narra que tal medida drástica
repugnaría a la caridad y que se debería agotar todos
los recursos lógicos y legales para persuadir al
arrepentimiento y a la regeneración, sirviéndose de la
gran ternura y piedad.
Enseguida dice: “María intercedió por este infeliz,
junto a su divino Hijo, en cuanto a nosotros otros
recomendó la máxima paciencia, la más fecunda expresión
de caridad y de amor de que fuimos capaces, ¡a fin de
ser aplicados en su lamentable caso! Así es que,
prisionero aun, como lo veis, recibe sin interrupción
toda la asistencia moral, espiritual y hasta ‘física’,
si así me puedo expresar, que su natureza animalizada y
grosera requiere”.
En el Capítulo 11, en
“Otra vez Jerónimo y familia”, Camilo discurre sobre el
emocionante momento del Ângelus, de saludo a María que
es fielmente respetado por sus legionarios en la Colonia
Espiritual. En la ocasión solemne de la oración, dice: “Oré,
esta vez, como nunca jamás había orado. ¡Supliqué a la
amorosa madre de nuestro Redentor asistencia y
misericordia para mis filhos! ¡Que intercediesen junto a
Jesús nuestro Señor, en el sentido de beneficiar a los
infelices niños por mí abandonados a los inclementes
embates de la adversidad!”
Por todas estas narraciones de la literatura Espírita,
verificamos la autoridad de María de Nazarét para
interceder por nosotros junto a su hijo Jesús,
principalmente en los momentos de grandes dificultades
por medio de nuestras suplicas, oraciones que deben ser
realizadas del fondo del corazón, con mucha fe y
voluntad, pues lo que se pide obtiene, lo que se busca
encuentra, en la puerta que se llama ella será abierta.
Bibliografia:
ALVAREZ, Rodrigo. María:
la biografia de la mujer que generó al hombre más
importante de la historia, vivió un infierno, dividió a
los cristianos, conquistó medio mundo y es llamada Madre
de Dios. 1ª Edição. São Paulo: Editora Globo
S. A., 2015.
AUREO (Espírito); (psicografado por) Hernani Trindade
Sant’Anna. Universo
e Vida. 9ª Edição. Brasília/DF: Federação
Espírita Brasileira, 2016.
BÍBLIA SAGRADA.
BOTELHO, Camilo Cândido (Espírito); (psicografado por)
Yvonne A. Pereira. Memórias
de um suicida. 27ª Edição. Brasília/DF:
Federação Espírita Brasileira, 2016.
CAMPOS, Humberto de (Espírito); (psicografado por)
Francisco Cândido Xavier. Boa
Nova. 37ª Edição. Brasília/DF: Federação
Espírita Brasileira, 2016.
EMMANUEL (Espírito); (psicografado por) Francisco
Cândido Xavier. A
Caminho da Luz. 38ª Edição. Brasília/DF:
Federação Espírita Brasileira, 2016.
EMMANUEL (Espírito); (psicografado por) Francisco
Cândido Xavier. Caminho,
Verdade e Vida. 1ª Edição. Brasília/DF:
Federação Espírita Brasileira, (1948).
MIRAMEZ (Espírito); (psicografado por) João Nunes Maia. Maria
de Nazaré. 12ª Edição. Belo Horizonte/MG:
Fonte Viva, 2011.
XAVIER, Francisco Cândido (psicografado por); PEREIRA,
Yvonne do Amaral (psicografado por); CARNEIRO, Edison
(organizado por). Maria,
Mãe de Jesus. 2ª Edição. São Paulo: Editora
Aliança, 2011.