Tema: Renovación
El reinicio
Era domingo, Felipe y su mamá estaban revisando la lista
de útiles escolares. Debían preparar la mochila para el
día siguiente, pues las vacaciones habían terminado y
las clases iban a volver a empezar.
Felipe no estaba nada emocionado. Estaba triste por el
fin de las vacaciones y preocupado, pues las lecciones
de seguro serían más difíciles.
“¡Va a comenzar todo de nuevo! Un montón de clases que
asistir, tareas que hacer, y lo peor: exámenes y más
exámenes.” La mamá de Felipe se dio cuenta del ceño
fruncido de su hijo, y tocó el tema:
- ¿Estás feliz de reencontrarte con tus compañeros
mañana, hijo?
- ¡No! Y estoy seguro de que ellos tampoco – respondió
él, con tristeza.
- ¡Claro que sí! – dijo la mamá. Ellos ya deben estar
preparándose, así como
nosotros. Trata
de animarte, querido, mañana va a ser genial.
- Incluso disfrutaré encontrarme con todos, pero lo que
no quiero es tener que comenzar la rutina de las clases
de nuevo.
- Tener la oportunidad de estudiar, aprender y después
ser un adulto bien formado es una de las mejores cosas
que le puede suceder a un niño. Entonces, vamos a hacer
esto: concéntrate en la parte que te gusta. Piensa en
tus amigos, en los cuadernos que todavía están
nuevecitos, en la deliciosa merienda que vas a llevar y
en los juegos a la hora del recreo. El resto va a ir
llegando de a pocos, no sirve de nada estar preocupado
antes de la hora. ¿Está
bien?
Felipe dijo que sí con la cabeza e intentó hacer lo que
su mamá le había recomendado.
Al día siguiente, fue al colegio. A la hora de la
salida, su mamá fue a buscarlo.
- Y entonces, hijo, ¿cómo fue tu primer día?
- No estuvo mal... La profesora nueva es muy buena y
entró un niño nuevo al grupo, muy genial. En clase de
ciencias, yo sabía las respuestas de algunas preguntas.
Me acordé de las clases del año pasado y la profesora me
elogió. Y fuimos a ver la huerta también, pero eso no
fue bonito.
- ¿Por qué, hijo? Antes te gustaba mucho. Tu grupo
plantó alfalfa en el huerto, ¿no?
- Sí – respondió Felipe. – Toda la semana cuidábamos las
plantas. Pero en las vacaciones nadie las cuidó. El
huerto quedó abandonado. Creció maleza por todas partes,
no se puede ver dónde estaban los canteros, dónde
estaban los caminos. Vamos
a tener que volver a hacer todo.
- No hay problema, hijo. Ahora ustedes ya saben cómo
cuidar bien un huerto, entonces va a ser más fácil. En
la vida todo es así, todo tiene ciclos, y cada vez
aprendemos un poquito más. Estoy segura de que el huerto
va a quedar aún más bonito de lo que estuvo el año
pasado, ¡y que vas a tener un año escolar óptimo!
- Sí, creo que lo será, ¡sí! ¡Todo saldrá bien! – dijo
Felipe sonriendo, sintiéndose animado para regresar a
sus actividades.
Su mamá sonrió también, satisfecha, al ver que su hijo
estaba aprendiendo que la renovación forma parte de
nuestras vidas. Y que el reinicio es siempre una nueva
oportunidad de crecimiento.
Traducción:
Carmen
Morante
carmen.morante9512@gmail.com
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