Tema: Egoísmo
El caimancito egoísta
Érase una vez una laguna muy bonita, con mucha agua
limpia, donde vivía un caimancito. Le gustaba tanto la
laguna que la quería solo para él.
La laguna siempre era buscada por otros animales que
querían refrescarse o matar su sed, pero el pequeño
caimán era siempre maleducado con todos. Los animales
incluso evitaban ir allá para no tener que encontrarse
con el caimancito y escuchar sus gritos.
Un día, sin embargo, los patitos necesitaron tomar un
baño y ya no había agua en casa de Doña Pata. Los
patitos fueron invitados a la fiesta de los pollitos
amarillos y no podían presentarse sucios de barro como
estaban. Como no había otra solución, Doña Pata mandó a
sus hijitos a la laguna. Y para allá fueron, todos
alegres con sus pequeños pasos. Pero ¡oh qué tristeza!…
Ahí en la laguna estaba el caimancito muy valiente,
gritando:
- ¿Qué vienen a hacer aquí, malandros?
- Venimos a tomar un baño. – respondieron los Patitos.
- ¿Es en esta laguna donde quieren tomar un baño? ¡Aquí
no, atrevidos! – dijo irritado el caimancito.
- Es que en casa hoy no hay agua y estamos muy sucios…
- ¡Pues quédense sucios! ¿Para qué necesitan estar
limpios?
- Es que hoy vamos a la fiesta de los Pollitos Amarillos
y…
- No y no – dijo el caimancito. – Esta laguna es mía y
nadie puede entrar aquí.
Y el caimancito gritó tanto,
se quedó tan enojado, que los Patitos regresaron
corriendo a casa.
Doña Pata quedó indignada. Llenándose de coraje fue a
ver si, con buenas maneras, lograba conversar con el
caimancito. Y
con toda delicadeza, dijo:
- Por favor, señor caimancito, mis hijitos necesitan
tanto tomar un baño.
- Que tomen un baño en su casa. ¡Vamos! ¿Acaso esto es
una bañera?
Sin desanimarse, Doña Pata insistió:
- Señor caimancito, mis hijitos van a ir a una linda
fiesta. ¿No quisiera ir con nosotros?
- ¡No, no y no! Prefiero
estar solo en mi laguna. Solo quiero sosiego.
- Pero, señor caimancito, yo...
- ¡No me hable más y váyase! Yo ya dije “no” muchas
veces. Esta laguna es muy bonita para lavar patos sucios
de barro.
Doña Pata se quedó muy enojada, pero no quería armar un
escándalo.
- Está bien, caimancito egoísta. Pero escucha bien: no
te olvides de que lo que le hacemos a los demás un día
acabará regresando
a nosotros– y diciendo esto, se fue, muy triste.
Doña Pata acabó pidiendo ayuda a una amiga, que
gentilmente dejó que los patitos tomaran un baño en su
casa.
El caimancito, entonces, se acomodó dentro de la laguna.
El sol estaba caliente, y el agua deliciosa. El sol,
allá en lo alto, brillaba fuerte. Calentaba el agua de
la laguna, que se evaporaba. Resulta, entonces, que
estaban en el período de sequía. Día tras día brillaba
el sol, el agua se evaporaba y la lluvia no llegaba. Era
la mayor sequía de los últimos tiempos. Las plantas se
fueron marchitando y la laguna se fue secando, secando,
hasta que se quedó sin una gota de agua.
El caimancito se echaba sobre el lodo, para poder
refrescarse un poco.
Fue quedándose todo sucio, con calor, con sed y también
muy triste. El caimancito
ya estaba desesperado, pero no sabía qué hacer. Nunca
había sido gentil con nadie. Nunca había compartido el
agua de la laguna con los demás. ¿Cómo
podría pedir ayuda a alguien ahora?
Pensaba en lo que había hecho y en cómo había tratado a
Doña Pata.
- Quisiera tanto poder lavarme en la laguna – dijo, con
tristeza.
Acordándose de los patitos y de que no les había dejado
tomar un baño, quedó muy arrepentido.
El tiempo pasaba y la situación empeoraba. Hasta que un
bello día, cayó la lluvia tan esperada. El caimancito
hasta lloró de alegría. El agua de la lluvia lavó el
lodo de
su cuerpo y los sentimientos malos de su corazón. Quedó
renovado, lleno de esperanza y alegría.
La lluvia cayó los siguientes días también y poco a poco
la laguna volvió a ser como
antes. Pero
el caimancito no. Él había cambiado.
Feliz de la vida, el caimancito empezó a recibir la
visita de los patitos para nadar y divertirse en la
laguna.
El caimancito, que ya no era egoísta, todos los días
despertaba invitando a todos a nadar con él en las
bonitas aguas de la laguna, que empezó a ser llamada la
Laguna de la Amistad.
Tema adaptado el sitio https://jeitinhodecrianca.com.br/o-jacarezinho-egoista/
Traducción:
Carmen
Morante
carmen.morante9512@gmail.com
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