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Jesús, según Joanna de Ângelis |
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¿Quien es Jesús para nosotros? ¿Cómo vemos a ese hombre
tan especial, cuyas enseñanzas se transformaron en una
doctrina capaz de propagarse por el mundo y cambiar el
pensamiento humano? Cómo lo sentimos en nuestras vidas?
¿Un maestro? ¿Un mesías? ¿Un modelo? ¿Un ser espiritual
angélico? ¿Un dios hecho hombre? ¿Un profeta? ¿Solo un
hombre bueno, portador de enorme empatia, capaz de
arrastar multitudes y hacer prevalecer sus ideas? ¿Un
milagrero? ¿Un mito?
Si saliésemos por ahí preguntando a quien pasa si cree
en Jesús y cómo lo ve, muchas y variadísimas respuestas
iríamos a obtener. Incluso entre aquellos que se
consideran creyentes verdaderos en el Cristianismo, la
forma como encaran al personaje central de sus creencias
es, en la mayoría de las veces, bastante poco concreta y
poco fundamentada.
Fuimos habituados a lo largo de los siglos, en que las
religiones más tradicionales dominaron, a ver a Jesús
como la segunda persona de una trinidad divina (Padre,
Hijo y Espíritu Santo), cuyo sentido no conseguimos
entender, y que siempre nos dijeron ser un misterio que
no nos es dado cuestionar. Dogma de fé que el creyente
no debe poner en duda, simplemente aceptar. No obstante,
a medida del progreso de la mente humana, va siendo cada
vez más difícil aceptar dogmas de fe; nos vamos haciendo
más exigentes. Para todo nos vamos habituando a
raciocinar, a procurar entender y a solo aceptar lo que
la razón alcanza y entiende como
correcto. Es normal y justo que así sea. Por ese factor
es que la evolución intelectual siempre se hace más
rápida que la evolución moral. Los avances del intelecto
son un recurso valioso para prendernos a discernir entre
el bien y el mal, entre lo cierto y lo errado, entre lo
verdadero a la luz de la razón y lo mitológico.
Importa entonces desmistificar la idea de un Jesús-dios.
Siempre Él se refirió a Dios como el Padre. Jamás se
presentó como una pareja De él, sea allá lo que eso
pueda significar. El Espiritismo, al surgir
presentándose como el Consolador Prometido por Jesús,
nos surge fundamentado en dos aspectos esenciales y
profundamente interligados: la revelación de los
Espíritus y el discernimiento conseguido por el
raciocinio. Estos dos fundamentos están de tal modo
interligados que los Espíritus no se cansaron de
insistir en la importancia de solo aceptar lo que la
razón consiga entender como verdadero. Es siempre
apelando a la razón que Kardec, a lo largo de la
Codificación, nos va haciendo, paso a paso, llegar a las
verdades espirituales. La Doctrina Espírita, en suma, es
la Doctrina de la fe raciocinada.
Como tal, El Espiritismo nos viene dar a conocer un
Jesús bastante diferente de aquel a que estábamos
habituados. Al demonstrar, a la luz de la razón y de la
revelación, que Dios creó a todos sus hijos simples e
ignorantes, sujetos a la Ley de Progreso, que funciona
para todos dentro de los mismos parámetros y en los
mismos moldes, al hacernos percibir que todos se
destinan a la misma perfección relativa, que se va
consiguiendo paulatinamente, a la medida de nuestros
esfuerzos en moralizarnos y creciendo en sabiduría, que
eso solo se consigue a costa de numerosas
reencarnaciones, en los diferentes mundos de la
Creación, que nos permite los reajustes necesarios, a
costa de pruebas y expiaciones, en fin, al demostrar que
las reglas son las mismas para todos los hijos de Dios,
deja completamente de lado que haya hijos especiales, ya
creados perfectos, y otros que tengan que luchar, a
costa del dolor, por la deseada perfección.
Pasamos a ver y comprender a Jesús como uno de nosotros,
alguien que fue creado como nosotros y que alcanzó la
perfección a lo largo de los tiempos, a costa de
sacrificios, de renuncias, a través de reencarnaciones
que lo fueron impulsando al progreso espiritual. Es solo
alguien que nació mucho antes que nosotros, y que,
cuando nosotros mismos fuimos creados, ya Él había
alcanzado el estado de Espírito Puro, volviéndose
co-creador con el Padre. Como Él mismo dice: “Cuando
este mundo fue creado ya Yo estaba a la derecha del
Padre”, o sea, como acostumbramos decir, ya Él era Su
mano derecha, ya trabajaba en el equipo divino,
presidiendo los destinos de este nuestro planeta, en la
altura, en inicio de creación.
Es en este sentido que consideramos vale la pena
inclinarnos un poco sobre la forma como el Espíritu
Joanna de Ângelis nos presenta a Jesús. Joanna de
Ângelis es la Mentora Espiritual del médium Divaldo
Pereira Franco, a través de quien se manifesta, como
autora espiritual de un número considerable de obras de
alto valor. Especialmente, las integradas en la
denominada Serie Psicológica, en que establece
conexiones entre la Psicología Espírita y la Psicología
Analítica de Carl Jung.
Recorriendo a la visión y análisis de esa venerada
entidad, que en una de sus reencarnaciones llegó a
conocer a Jesús y a tomar contacto con Sus enseñanza,
volviéndose cristiana y testimoniando su Fe por el
martirio, vamos encontrar a un Jesús-hombre, entre los
hombres, destacándose por el alto grado de moralización,
mas manteniendo sus características humanas,
ofreciéndose como modelo de comportamiento capaz de ser
motor de cambio y progreso. Quedemos, para nuestra
reflexión, con algunas de sus consideraciones sobre el
Maestro Amado que procuramos seguir, y sobre Su mensaje
que, más que nunca, tendremos que aprender a admirar y,
principalmente, seguir:
“Jesús
es el más notable Ser de la Historia de la Humanidad.”
“Viviendo en una época en que predominaba la ignorancia
en forma de sombra individual y colectiva, cual ocurre
también en estos días, aunque en menor escala, Jesús
separó el lado oscuro de la sociedad de las criaturas,
iluminando las conciencias con la propuesta de
liberación por el conocimiento de la Verdad e
integración en los postulados soberanos del amor.”
“El Evangelio es el más bello poema de esperanzas y
consuelos de que se tiene noticia. Concomitantemente, es precioso
tratado de psicoterapia contemporánea para los
incontables males que afligen a la criatura y la
Humanidad.”
“Superior a las coyunturas que enfrentaba por el camino
e indemne a las tentaciones del conductor humano, por
haberlas superado anteriormente, se apegó sin
disminuir la propia grandeza, mezclándose al populacho,
y destacándose de el por los grandiosos atributos de Su
Realidad espiritual.”
“Él es todo armonía que cautiva y arrebata las
multitudes.”
”Jesús, el Hombre excelente, llegó a la Tierra y
enfrentó la ignorancia en predominio, trayendo el
mensaje de amor que jamás fue presentado antes en la
formulación de que Él se hacía portador.”
”Todos los objetivos de la Buena-nueva que Él trajo
centrándose en el futuro del Espíritu, en su
emancipación total, en su incesante busca de Dios.”
“Solo el amor, conforme enseñó y vivió el Cristo –
manjar divino y preciosa linfa – resolverá los magnos y
angustiantes tormentos humanos.”
“Jesús no fue el biotipo de legislador convencional. Él
no vino a someter a la Humanidad ni someterse a las
leyes vigentes. Era portador de una revolución que tiene
por base el amor en su esencialidad más excelente y
sutil, y adaptado transforma los cimientos morales del
individuo y de la sociedad.”
“En razón de ese límite de entendimiento (el
nuestro), el Hombre-Jesús evitó profundizar
las lecciones liberadoras, ofreciendo aquella que es
esencial y está sintetizada en el amor bajo todos los
puntos de vista considerado, preparando el advenimiento
de una futura Nueva Era, que se presentaría a través de
la expansión de los fenómenos mediúmnicos, con el
advenimiento de la Psicología Espírita derivada de la
Doctrina codificada por Allan Kardec.”
“El rumbo que Él nos apunta continua indicando libertad.
Las amarras fueron construidas por cada cual, para la
propia esclavitud espiritual. Delante de tales
consideraciones, en el bárbaro de los tormentosos días,
conviene consultar a Jesús, sin cesar. Y, si tuvieras
oídos capaces de escuchar discerniendo, lo percibirás
repetir: Yo soy el Camino: “¡Venid a mí!.”
Ya va algo extensa la lista de referencias. Mas muchas
más podríamos presentar, de igual importancia y valor
para el análisis que pretendemos. No vamos añadir
nuestras consideraciones o interpretaciones personales,
para que no haya obstáculo a las reflexiones que
deseamos que cada uno haga, teniendo como base la visión
de la venerada Mentora. Apenas nos gustaría de añadir,
como recuerdo final, que, tal como Joanna nos asevera, “Nuestro
guía seguro continua siendo Jesús.”
Haz todo el sentido que nuestra conclusión sea también
ella una cita de Joanna de Ângelis, haciendo nuestro su
deseo:
“Esperando que la contribución, que ahora presentamos al
querido lector, pueda despertar estudiosos de la
Psicología Profunda para actualización de las enseñanzas
de Jesús, y profundización de las cuestiones por Él
abordadas, le rogamos, en la condición de nuestro Amigo
Inconfundible y Terapeuta Excelente que es, que nos
inspire y guarde en la incesante búsqueda del
autoperfeccionamiento y de la autoiluminación, que nos
son necesarios.”
Bibliografia:
Celeiro de Bênçãos,
de Joanna de Ângelis, psicografado por Divaldo Franco;
Livraria Espírita “Alvorada” Editora, 1983.
Jesus e o Evangelho à Luz da Psicologia
Profunda,
de Joanna de Ângelis, psicografado por Divaldo Franco;
FEP, 2014.
Após a Tempestade,
de Joanna de Ângelis, psicografado por Divaldo Franco; FEP,
2016.