La Estación
Primera de
Mangueira,
celebre y
tradicional
escuela de samba
carioca, entró
en la Av.
Marqués de
Sapucaí, en el
carnaval de
2020, con un
tema poco común
a los gremios
carnavalescos:
JesuCristo.
Bajo el título “La verdad os hará libres”, la
Verde-y-Rosa mostró la actualidad de las enseñanzas
cristianas, así como lo que ocurriría si Jesús viviese
en los días de hoy y fuese proveniente de una comunidad
necesita, como de hecho él fue. Al final, él era hijo de
un carpintero, y Nazarét, por lo que dicen los
historiadores, era pequeña y poco relevante, en la
época. Hoy, es la ciudad más importante del distrito
norte de Israel. La samba de la Mangueira actualiza la
condición social que Jesús encontraría en Brasil, por
tanto.
La letra, un primor de poesía y oda a la justicia
social, habla de un Jesús que tendría rostro negro,
sangre índia y cuerpo de mujer si fuese un ciudadano
nacido en la periferia de la ciudad de Rio de Janeiro o
similar.
Recomiendo a eventuales interesados que oigan la samba
con cariño y analice cada verso. Tuve el deseo de
hacerlo para una conferencia que realicé una semana
antes del carnaval 2020. Valió mucho la pena. ¡Es una
composición bellísima!
La parte que destacaré para dar cuerpo a este texto
dice: “No tiene futuro sin repartir”.
Vuelvo algunos años antes para citar la memorable
conferencia a que asistí, realizada por el expositor y
amigo Vinícius Lara, de Bicas (MG). En ella, Vinícius
usa como hilo conductor el Evangelio de Lucas 24, 13-35.
Ese trecho narra el pasaje en el cual dos discípulos de
Jesús caminaban rumbo al poblado de Emaús. La
crucificación ya ocurrió. En cuanto conversaban al
respecto de todo lo que había acontecido, un hombre se
aproximó y comenzó a andar con ambos. En un momento
dado, preguntó sobre lo que conversaban y quedó
sabiendo, por la voz entristecida de los dos, lo que
había sucedido con el Cristo. Enseguida, contaron al
desconocido las noticias sobre la supuesta resurrección
presenciada por las mujeres discípulas. El caminante,
entonces, replicó diciendo que era preciso que todo
ocurriese de aquella forma. Narró también varios pasajes
de la vida del Cristo, lo que trajo aliento a los
interlocutores.
Ya bien próximos a Emaús, los discípulos insistieron
para que el hombre, que hizo mención de ir para otro
lando, quedase con ellos, pues ya anochecía. Al sentarse
a la mesa, el desconocido cogió el pan, dio gracias a
Dios y repartió el alimento, entregando un pedazo para
cada uno. Así que se dio el acto de la repartición,
ambos reconocieron que él era Jesús. Acto continuo, el
Maestro desapareció.
La lección contenida en ese episodio, según Vinícius
Lara, es la siguiente: Jesús estará siempre presente
cuando hubiera repartición. Si no hubiera repartición,
él no se hará presente, incluso cuando se hable sobre él
o en nombre de él.
Otro celebre episodio bíblico que demuestra la
importancia de la repartición es la Santa Cena. Cuando
Jesús reparte el pan y el vino y lo distribuye a los 12
apóstoles, está queriendo decir la misma cosa: toda vez
que ellos estuviesen reunidos y repartiendo algo en
nombre del amor, él, el Rabi, estaría con el grupo.
Leo en el site porém.net qué paraísos fiscales –
lugares en que la ley facilita la aplicación de capital
extranjero – desvían US$ 650 bilhões (R$ 2,7 trilhões)
de los beneficios de las multinacionales. Si esa cuantía
fuese utilizada en pro de la salud, de la educación y de
la seguridad mundial, la situación sería bien diferente
de lo que vemos no solo hoy, sino hace mucho tiempo.
Tomemos como ejemplo Brasil. No habría necesidad de
aumentar el tiempo de contribución para jubilación,
reducir derechos de trabajadores, precarizar salud y
educación... Eso se llama distribución de renta, o
mejor, repartir, mejor aun, Jesús entre nosotros,
repartiendo el pan por intermedio de un sistema más
justo, que atienda a las necesidades de todos.
¿Por qué las empresas transfieren los beneficios para
paraísos fiscales? Para reducir cuentas, o sea, pagar
menos taxas, impuestos, ya que la ley de esos lugares
acostumbra librar el capital extranjero de tributación.
Por eso, el mercado financiero acaba dando las cartas en
buena parte de los gobiernos. Así, los beneficios quedan
garantizados en cuanto la poplación ven derechos básicos
ser reducidos drasticamente para que los rentistas
(personas que viven de especulaciones financieras y
rendimientos) obtengan cada vez más beneficios y
dividendos y los transfieran, libres de impuestos, para
tales paraísos.
Esa cuestión de riquezas ocultas es bien más compleja de
lo que se piensa. Hay una desigualdad bien mayor de lo
imaginable. Toda ella escondida bajo esa alfombra
especulativa.
El periodista y científico político Leonardo Sakamoto,
en un artículo publicado en el portal de noticias UOL el
15 de diciembre de 2020, resalta que, conforme datos
contenidos en un informe del Programa de las Naciones
Unidas para el Desenvolvimiento (PNUD), “El 1% más rico
de la población brasileña detenta un 28,3% de la renta y
los 10% más ricos ostentan un 42,5%. En cuanto a eso,
los 40% más pobres poseen un 10,4%”. Eso significa mucho
dinero para pocos y parcos 10 centavos para muchos. A
pesar de ser un país continental y rico de recursos
naturales, diversidad cultural etc., somos muy injustos
cuando el asunto es distribución de renta. Eso significa
también que, en la cima de la pirámide, las personas
viven bien, comen bien, se visten bien y usufructuan de
salud y educación del Primer Mundo. En cuanto a eso, en
la base piramidal, campean escuelas y hospitales de
minusvalidos, gente viviendo en barracas aglomeradas,
falta de saneamiento básico y de la misma manera
lamentables. Eso sin hablar de la violencia que todo ese
arsenal injusto desencadena.
Sakamoto va más lejo y pone el dedo en una herida
histórica-social que algunos no ven y muchos prefieren
fingir que no ven: estamos en un país que fue
consolidado teniendo como pilar la explotación de mano
de obra esclava. Percibamos o no, la tripe casa grande,
senzala y capitán de la maleza aun dicha las reglas de
convivencia en estas tierras de palmeras. Por eso,
tenemos la percepción de que el poder público existe
para proteger a los más afortunados del ataque de los
pobres y que la política y la polícia existen para
resguardar a los que tienen poder adquisitivo y
controlar a los desprovidos de bienes materiales. Una
especie de apartheid social que lleva a la falta de
repartición de conocimiento, cultura, experiencias y
vivencias variadas. Y como Jesús nos muestra muy bien,
él solo está presente cuando hay repartición.
Volviendo a la cuestión de la justa distribución de las
riquezas mundiales, es importante resaltar que, sin
ella, el mundo no irá adelante. Imposible construir un
mundo regenerado (próxima meta de la humanidad, como
bien explica El Evangelio según el Espiritismo,
de Allan Kardec) con sistemas establecidos para usurpar
los derechos y la fuerza de trabajo ajenas para
enriquecer aun más a los adinerados de siempre.
En El Libro de los Espíritus, en el capítulo que
aborda la ley de igualdad, Kardec hace una pregunta (la
número 808) que dice respecto al hecho de muchos tener
tanto y tantos, tan poco. La respuesta de los amigos
espirituales es un primor de objetividad.
808. ¿La desigualdad de las riquezas no se originará de
la de las facultades, en virtud de la cual unos disponen
de más medios de adquirir bienes que otros?
“Sí y no. De la vellaquería y del robo, qué decís?”
Cuando se habla de robo, luego nos viene a la mente el
asaltante de banco, el ladrón de carteras, el ladrón de
coches etc. O entonces, el político corrupto. Los tres
primeros son frutos de la injusticia social. Se dedican
a hurtar con maña lo que no les pertenece porque el
dinero que debería llegar a ellos por medio de políticas
públicas de promoción social se pierde en las sendas de
la corrupción. Ya el cuarto, por más errado que esté, es
apenas la punta del “iceberg”. Un buey de piraña, como
dice el pueblo en su sabiduría para nombrar las cosas.
En cuanto las pirañas se divierten devorando un buey, el
resto de los bueyes pasa incólume más adelante, sin ser
molestado.
Intercambiando en menudos: en cuanto culpamos al
diputado o gobernador corrupto – que fue cogido con la
boca en el botijo – por la pobreza o por el desempleo,
no percibimos que el real robo se da cuando: 1) luchan
con intereses extorsivos; 2) dilapidan la salud pública;
3) inutilizan la educación pública con la intención de
privatizarla; 4) secuestran la previsión y hacen al
pueblo trabajar más tiempo para poder jubilarse con un
mínimo de dignidad... Todo eso y mucho más para que
sobre dinero para ser aplicado por inversores y
rentistas en paraísos fiscales. Un dinero que, si fuese
utilizado en beneficio del pueblo, traería númerosos
beneficios sociales y no haría que los ricachos dejasen
de ser ricachos. Mas el acúmulo indiscriminado de bienes
forma parte de la rutina de mucha gente egoísta e
interesada. ¡Mas vellaquería que esa, imposible! Robo
más abusador y disimulado que ese, estoy para ver.
¿Cierto, Kardec?
Mi amigo Sérgio Aleixo acostumbra decir que cuando
hubiera justicia social buena parte de los problemas
espirituales que atormentan al hombre contemporáneo
desaparecerá. Al final, muchas de las negativas
compañías espirituales que tenemos son atraídas por la
tensión, violencia, desamor y abandono que esa injusta e
inmoral distribución de bienes genera. ¡Imaginen como
seremos más serenos cuando vivamos en una sociedad en
que exista la igualdad de oportunidades para todos!
Vuelvo al artículo de Leonardo Sakamoto: “(...) no basta
combatir la pobreza. Solo la reducción de la desigualdad
puede permitir que el Estado deje de ser un capataz
programado para contener una parcela de la población a
fin de garantizar privilegios y (falsa) sensación de
seguridad a la otra.”
A ese respecto, la respuesta a la pregunta 877 de El
Libro de los Espíritus es bien enfática. Dice ella
que la primera de todas las obligaciones es respetar los
derechos de los semejantes. Eso quiere decir derecho a
trabajo, vivienda digna, salarios ídem, salud y
educación de calidad, ocio sano, acceso a la cultura,
derecho de ir y venir, libertad de expresión, seguridad
que no sea sinónimo de represión, alimentación de
calidad, información relevante e imparcial a disposición
de todos etc. La cuestión es profundizada en la misma
pregunta 877: “Aquel que respetara esos derechos
procederá siempre con justicia. En vuestro mundo, porque
la mayoría de los hombres no practica la ley de
justicia, cada uno usa de represalias. Esa es la causa
de perturbación y de la confusión en que viven las
sociedades humanas. La vida social otorga derechos e
impone deberes reciprocos.”
Por eso, más que nunca es necesario repartamos de forma
amplia, general e ilimitada. Solo eso garantizará la
presencia de Jesús entre nosotros. ¿Qué tal recibimos el
pan de la mano de él y el repartirnos con todos,
independientemente de clase social, raza, sexo, religión...?
Todos nosotros ansiamos por ese momento. Y precisamos
mucho de el, se diga de paso. ¡Basta de posponerlo!
Bibliografia:
1. AMORIM, Felipe – Com avanço lento, Brasil cai 5
posições em ranking de qualidade de vida. Disponível
em: link-1
2. KARDEC, Allan – O
Evangelho segundo o Espiritismo,
2ª edição, 2018, Federação Espírita Brasileira (FEB),
Brasília, DF.
3. _______ – O Livro dos Espíritos, 60ª edição,
1984, Federação Espírita Brasileira (FEB), Brasília, DF.
4. RAMIRES, Manoel – Paraísos fiscais desviam R$ 2,7
trilhões dos lucros das multinacionais. Disponível em: link-2
5. SAKAMOTO, Leonardo – Com 1% do país concentrando 28%
da renda, Brasil não tem como dar certo. Disponível em: link-3
6. SOUZA, Jessé – A elite do atraso, edição
revista e ampliada, 2019, Estação Brasil, Rio de
Janeiro, RJ.