Tema: Superstición, autoconfianza
Suerte en el examen
Augusto estaba preparándose para el último examen del
año. Necesitaba hacerlo bien para recuperar una nota
baja en el examen anterior y también para poder irse de
vacaciones, sin clases de recuperación. Era bastante
contenido, y él no quería equivocarse de ninguna manera.
Desde la semana anterior iba repasando el curso. Rehizo
las hojas de actividades y hasta los ejercicios
complementarios de la guía de estudios. Había estudiado
bastante. Sin embargo, todavía estaba preocupado.
El examen sería al día siguiente y Augusto, mirando los
cuadernos y las hojas, no encontraba nada que no hubiera
leído y releído. Aun así, no lograba calmarse. Sentía
que debía prepararse aún más. Pero no sabía cómo.
Al pensar en el examen, se sentía inseguro. Cuanto más
se acercaba el día, más ansioso y afligido estaba.
Al final de la tarde, tuvo una idea: corrió por el patio
de su casa, donde había césped y otras plantas.
Su madre, desde la ventana de la cocina, observaba a
Augusto yendo y viniendo por el patio, caminando con la
cabeza gacha, observando las enredaderas y moviéndolas
de vez en cuando.
Ella pensó que solo se estaba distrayendo un poco,
descansando de sus estudios. Pero, como permanecía en
esa situación, decidió ir a su encuentro.
- Augusto, hijo, ¿qué estás haciendo? ¿Perdiste algo en
el patio?
- ¡No, mamá! Estoy
buscando un trébol de cuatro hojas. Dicen que trae
suerte. Y estoy buscando uno para el examen de mañana.
- Ah, ¿es eso? Pero hijo, esos son muy raros. Es poco
probable que encuentres
uno aquí en nuestra casa – dijo la madre.
- Pero tengo que intentarlo mamá. ¡Me estoy
desesperando! Me tiene que ir bien en el examen de
mañana. ¡Ayúdame a buscar, por favor! – y pensándolo
mejor, Augusto también preguntó: - ¿Conoces alguna otra
cosa que dé suerte, que sea más fácil de encontrar?
La madre, cariñosa, cogió la mano del hijo y lo llevó
adentro, diciéndole que necesitaban conversar.
Apenas se sentaron, ella habló:
- Hijo, algunas personas tienden a atribuir buena o mala
suerte a ciertos objetos o situaciones, pero no es así
como funciona.
Y continuó:
- No son las cosas las que definen las experiencias por
las cuales vas a pasar. Para ir bien en el examen, lo
más importante es que estudies, y revises el curso hasta
saber bien el contenido que te va a tocar.
- Eso ya lo hice. Lo que tenía que estudiar, ya estudié.
Estoy bien preparado en esa parte, pero aun así tengo
miedo del examen – dijo Augusto preocupado.
- ¡Perfecto! – habló la madre. – Eso es muy importante.
Ahora solo falta, entonces, que prepares tu mente. En
vez que buscar suerte en objetos, intenta buscar
confianza en ti mismo.
- Pero ¿cómo hago eso? – preguntó Augusto.
- Primero, quiero que respires profundamente, varias
veces, observando bien el aire
entrar y salir. Eso te va a ayudar a calmarte.
La madre, entonces, conversó con Augusto y le explicó
sobre la fuerza de nuestros pensamientos y de las
palabras que se pronuncian. Le
enseñó a repetir frases de auto impulso. Le ayudó a
darse cuenda de que ya había hecho todo lo que
necesitaba hacer, por eso podía apoyarse en ese pensamiento
y sentirse confiado.
Al principio, Augusto no creyó mucho, pero hizo lo que
su madre sugería. Repitió las frases con afirmaciones de
éxito y confianza, cambió sus pensamientos negativos por
otros positivos y, poco a poco, se dio cuenta de que
estaba funcionando.
- Además, hijo, debes acordarte de que nuestra mente
transmite y recibe pensamientos. Es importante que nos
sintonicemos con las mentes que nos pueden ayudar, como
la de tu ángel de la guarda, por ejemplo – enseñó la
madre.
Ella hizo una oración y pidió que Augusto fuera
repitiendo cada frase, buscando una sintonía elevada.
Al final de la conversación, Augusto se sentía mucho
mejor.
En la noche, cuando se fue a dormir, un mal sentimiento
volvió a perturbarlo, pero se dijo a sí mismo:
- ¡Todo está bien! ¡Estoy muy bien preparado! Voy a
hacer el examen con atención y alegría porque voy a
salir muy bien mañana.
En seguida, hizo una oración y durmió tranquilo.
Al día siguiente, tuvo mucha “suerte” en el examen.
Traducción:
Carmen
Morante
carmen.morante9512@gmail.com
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