Especial

por Jorge Hessen

El Espiritismo y los injertos atávicos de entes de otras bandas

Desencarnados que se manifestan en el ambiente genuinamente espírita, valiendose de aspectos de “negros-viejos”, “indios”, “mestizos indios” , “cuervos” y “del mismo género” , contaminados de  artificios extraños, comunicando oralmente como trabados del verbo y de la voz, a veces hasta cojeando, inflingiendo trayectos excentricos y desbordadas lecciones de moral, vía desconjuntadas características físicas que poseían “en otras vidas”, seguramente son  manifiestos de entidades en la camaredía de espacios no acordados con sus naturezas atávicas y patrones de creencias.

Sobre eso, Allan Kardec aclara en las obras fundamentales, sobre todo, en El Libro de los Médiums, que el Espíritu que conserva algunas características fisiopsicológicas de la vida material y actúa cual si fuese un “Guía” entre los encarnados, en verdad se trata de un “espírito simplón”.

Y no adelanta enfurecerse los defensores de tales “entidades ingenuas”, forzando analogías con las características de un espiritu de la competencia de Joanna de Ângelis que se presenta como ex-monja, o Emmanuel, que se presenta como un ex-sacerdote.

Espíritus “bastante adelantados”

Los “espíritus demasiadamente simples” necesitan ser esclarecidos sobre lo innecesario de manifestarse de aquella manera con atavismos inocuos. Dicen los defensores de tales “entidades ingenuas” que tales “entidades” forman “órdenes de trabajo”. Que existen en el “más allá” directores de “orden de trabajo” cuyos componentes que componen esa “orden de trabajo” se presentan como “negro-viejo”, “mestizos indios”, “indios”, “cuervos”. ¿Será que hay “orden de trabajo” también para los “jóvenes amarillos” , “rojas viejas”, “esquimales”, “pigmeos”?

Tales expertos, empapados de emblemáticas concepciones, garantizan que entre los tales “espíritus simplones” hay espíritus de varios níveles evolutivos que se presentan con características de “abuelo fulano”, “padre sultano”, “madre beltrana” etc. etc. etc. Al final hay espíritus “bastante” evolucionados, que vivieron como esclavos, cumpliendo una tarea de conducir a su prójimo a la “espiritualización” y que tuvieron otras existencias en los más diversos papeles y lugares.

¿Será que tales espíritus “bastante adelantados” tampoco no vivieron otras existencias como “indios esclavizados”, “hindúes yugulados”, “pigmeos cautivos”, “esquimales” etc.? Ahora, ¿por qué solo los negros-viejos pueden ser “guías” y consejeros de los otros?

Los “mentores (as) saturados de atavismos

La cosa es tan grave que conocemos dirigentes de centros “espíritas”, aquí en la capital de Brasil, que eligen como “mentores (as)” a los espíritus saturados de atavismos psicológicos del tipo “padre fulano”, “abuela sultana”, “abuelo beltrano” y correlativos.

Hay en el Nordeste brasileño una “federativa” espírita (¡¿espírita?!...) que tradicionalmente evoca (eso mismo, EVOCA!) a una entidad indígena para “inspirar” a los conductores de las reuniones públicas. Dicen en la tal federación “espírita” que tal indio se habría vuelto “ángel” después de un fantasmagórico “encuentro” con “Jesús”.

Sabemos que en el más-allá el espíritu no tiene raza, por tanto no es amarillo, ni rojo, ni negro, ni blanco, no obstante pueda presentar en su periespíritu distinciones de alguna casta, edad, si aun así se siente, debido a su limitación moral e intelectual o si así le apeteciera. Como sucedió en una de las reuniones realizadas en la Sociedad Parisiense de Estudios Espíritas, en que Allan Kardec dialogó con un Espíritu de un “viejiño” (Padre César), de otro modo exclusivo episodio del género referido en toda la Codificación.

¿Será que hay alguna coherencia en un “abuelo”, una “abuela”, un(a) viejo(a) viejo(a) ser mentor espiritual de una institución cuyo estatuto normalice la rigurosa observancia de los postulados  contenidos en las obras básicas? Obviamente no, sobre todo si tales entidades evidenciaran insuficiente cultura, poca evolución espiritual, lenguaje primario, argumentos místicos y tontos, raciocínios lentos y exigir ser llamados “abuelo”, “abuela”, “negra o negro-viejo”.

Las comunicaciones de tales entidades habidas como “mentores espirituales” de una institución espírita resultan de la autosugestión mediúmnica, del inaceptable animismo, de las trampas psicológicas y de las obstinadas mistificaciones. No son pocos los obsesores que fingen ser tales entidades e imitan lenguaje de entes de “candoblés” con el objetivo de engañar y mantener bajo hipnosis a los espíritas inhábiles.

Acogimiento fraterno de espíritus simplones en evolución

En las sesiones mediúmnicas que administro hace más de 40 años, si ocasionalmente ocurre manifestación de tales espíritus (“padres”, “abuelas”, “abuelos”, “negras o negros-viejos”, mestizos indios y análogos), si son acogidos por el director espiritual de la sesión, tales espíritus serán orientados adecuadamente. No habrá intolerancia o preconcepto contra ellos. Mas analizaremos atentamente su naturaleza y el contenido de sus comunicaciones, como hacemos con espíritus de cualquier procedencia que se manifieste en el grupo.

En verdad,  tales espíritus, para comunicarse en el grupo mediúmnico , no tienen necesidades y no precisan de invitación para el uso de lenguaje bizarro, incomprensible para los médiums y los participantes de la reunión. Si tales entidades se presentan con atavismos de la encarnación como ex-esclavos, “viejos o jóvenes”, indios etc., buscamos orientarlos bajo la luz del Espiritismo, a fin de que se liberen de esos rancios atávicos.

Así, buscamos esclarecerlos en cuanto a su real naturaleza de espíritus en evolución. Por eso, durante la adoctrinación nos esforzamo para recordarles que ya reencarnaron diversas veces en diferentes condiciones y, por tanto, tienen patrimonio espiritual más amplio, por tanto no necesitan permanecer como pájaros presos en una jaula, alimentando un patrón mental de ingenuos seres esposados al pasado.

Hay los que usan sutiles subterfugios, diciendo que se presentan así porque tal o cual encarnación les fue muy grata por haberles permitido adquirir “virtudes”, especialmente la “humildad” y de ahí su deseo en ejemplificar. Es evidente que ese argumento es capcioso, pues quien conquistó la virtud de la humildad no nutre ninguna necesidad de exhibir o adoptar modos de falsas modestias.

Algunas personas suponen que negros-viejos, indios y mestizos indios y semejantes sean como empleados domésticos para atenderles los pedidos caprichosos. Otras creen que tales espíritus tengan poderes misteriosos, capaces de resolver de modo fetichero los problemas de los consultantes. Parecen también juzgarlos sobornables, ya que aceptarían obrar a cambio de algun “pago” o “compensación”.

Cuando no hubiera más estímulos para esas exhibiciones atávicas en las institucines espíritas,  tales espíritus dejarán de presentarse como “padre”, “madre”, “rojos”, “negros”, “amarillos”, “viejitos”, “niñitos”, “salvajes” etc. etc. etc. y pasarán a comunicarse en su modo propio y natural de ser.

Debemos comportarnos conforme a los códigos morales del Espiritismo

Muchos entienden que los “abuelos”, “abuelas”, “indios mestizoss” y “negros-viejos” y “entidades orientales” son más enérgicos y fuertes. Creen que las protecciones que los Espíritus comunes no obtienen tales feticheros consiguen. ¡Nada es más burlesco!

No estamos afirmando aquí que el Espiritismo sea una doctrina mejor que las otras. Sin embargo, si abrazamos los principios espíritas como regla de conducta, debemos comportarnos conforme recomienda el Espiritismo. ¡Todavía, si aun tenemos carencia de las entidades (“fuertes”) repletas de atavismos, busquemos sus espacios de acción (un candonblé por ejemplo) y seamos felices! Incluso porque nadie tiene la obligación de ser espírita y ni siquiera demorarse en los grupos kardecistas. Lo que no podemos es mezclar las cosas. Cada uno en su espacio en plena libertad de elección.

 

Traducción:
Isabel Porras
isabelporras1@gmail.com

 
 

     
     

O Consolador
 Revista Semanal de Divulgação Espírita