Espiritismo para
los niños

por Marcela Prada

 

Tema: Aprendiendo con el ejemplo


La oveja descarriada

(Parte 2)


Cuando la oveja Tita fue traída de regreso a casa, las otras ovejas fueron a recibir a su compañera con cariño.

La llegada de Tita trajo alivio para todas, que habían quedado muy afligidas con su decisión de aventurarse lejos del pastor y del rebaño. Ahora, las ovejas veían a Tita volver, exhausta, congelada y arrepentida, pero viva y segura.

Pero había una oveja llamada Lola que no estaba feliz. Hacía algún tiempo que ella tenía las mismas ideas que Tita. Pensaba en liberarse de la rutina de siempre y tener nuevas experiencias. A pesar de escuchar lo que decían de los peligros que podría encontrar, ese pensamiento insistente no salía de su cabeza.

El día anterior, cuando Tita se alejó del rebaño, Lola incluso se puso contenta. Parecía que esa era una señal para que ella hiciera lo mismo. Lola quedó incluso más inclinada a seguir el ejemplo muy pronto.

La noche pasó. Las ovejas descansaron y, a la mañana siguiente, comenzaron a conversar. Querían saber lo que había pasado con Tita.

Ella, entonces, contó a sus compañeras que no había sido nada como ella esperaba. Contó que se sintió sola, perdida y con miedo.

- ¿Y los lobos? ¿Encontraste alguno?

- Sí, vi uno muy cerca. Y no fui su comida solo porque el pastor me salvó – respondió Tita, cabeza gacha, todavía asustada con lo sucedido.

Las ovejas querían conversar más sobre el tema, pero el pastor ya había llegado para llevarlas a su paseo diario. Ellas se pusieron en camino y todo parecía en paz nuevamente.

Pero Lola todavía insistía con las mismas ideas. A pesar de haber escuchado la historia de Tita, algo le decía que con ella podría ser diferente. Ella tendría más trucos para acercarse a los lobos. Ella sería más valiente que Tita para enfrentar a la oscuridad y encontrar nuevos caminos.

En cierto momento del paseo, Lola decidió que había llegado la hora. Comenzó a caminar en otra dirección, distanciándose del rebaño. Como había hecho con Tita el día anterior, el pastor fue atrás de Lola, la llamó y le señaló el camino. Pero la oveja no quiso darse la vuelta.

Una vez más, el rebaño se preocupó. Todas quedaron afligidas, lamentando lo que estaba pasando. Ellas veían a Lola alejarse sin poder hacer nada.

Fue entonces que una oveja salió corriendo en dirección a su amiga. Era Tita, que gritaba desesperada:

- Lola, por favor, ¡no hagas eso! Estás buscando un sufrimiento del que no tienes idea. Si te di ese mal ejemplo, te pido perdón. Yo me arrepentí mucho y no quiero que tú, ni nadie, pase por lo mismo que yo.

Lola escuchó los gritos de Tita, pero continuó andando. Se había demorado en tomar esa decisión y no quería desistir tan fácilmente.

Tita, entonces, volvió junto al rebaño y al pastor. Entristecidas, todas rezaban íntimamente para que Lola volviera sana y salva.

Lola fue para un lado, el rebaño fue para el otro, hasta que no se vieron más.

La oveja miró a todos los lados y solo vio el paisaje. Escuchó a lo lejos el aullido de un lobo. A veces, las ovejas oían lobos, pero, junto al pastor que las protegía, no había qué temer.

Pero ahora Lola estaba sola. Sintió un escalofrío y un mal presentimiento. En un segundo, todo su valor se fue. Las súplicas de Tita volvieron a su mente. Se imaginó cómo estaría ella cuando llegara la oscuridad y pensó:

- ¡Dios mío! ¿Qué estoy haciendo aquí? ¡Necesito volver cuanto antes!

Lola, entonces, se dio vuelta y comenzó a correr. No había caminado por mucho tiempo. No avistaba más al rebaño, pero todavía era de día y podía localizar el camino de regreso.

Lola corría y gritaba llamado al pastor, que pronto la escuchó y fue a su encuentro también.

En poco tiempo, Lola se reencontró con el rebaño. Ella fue recibida con cariño y alegría. Tita le dio un gran abrazo. Lola estaba asustada, pero pronto se recompuso con las palabras afectuosas de sus amigas.

Acordándose de los consejos de Tita, Lola logró evitar lo peor y volvió a vivir en paz y feliz.

Fue así como la experiencia de Tita sirvió no solo como enseñanza para ella misma, sino también para ayudar a Lola a no caer en el mismo error.

Así es como Dios saca un bien, del mal. Es de esa forma que las cosas malas que suceden pueden servir como lecciones valiosas para todos nosotros.


 

Traducción:
Carmen Morante
carmen.morante9512@gmail.com


 


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