Afirmó Léon Denis, en el prefacio de la grandiosa obra En
lo Invisible, que el Espiritismo o será científico,
o no subsistirá. La grandeza del pensamiento de Denis se
muestra en algunos nobles estudiosos espíritas que
consiguen asociar en un mismo ideal el contenido
científico al espírita.
La Dra. Tais Silveira Moriyama, de una tercera
generación de una familia espírita radicada en el estado
de São Paulo, doctora en Psiquiatría de la infancia y
adolescencia y directora del Instituto Bairral de
Psiquiatría, en Itapira, SP, hace eso, con notable
lucidez.
Selecionamos trechos
de sus entrevistas, ocurridas en la Comunidad Espírita
Cairbar Schutel, SP, en 2018, y en la revista
electrónica oconsolador.com, en 10/09/17, más allá de
conferencia proferida en Matão, también en 2018, y otras
exposiciones proferidas por ella en ambientes espíritas
y académicos.
La simplicidad del lenguaje se asocia a un modo
original, bonito y coherente de decir las cosas. A
nuestro ver, ahí está lo que los espíritas deben saber
sobre transtornos mentales en la infancia.
Señales precoces de algun posible problema
El principal indicio de que el niño precisa pasar por
evaluación socioemocional es el fallo en alcanzar metas
de desenvolvimiento típicas a la edad. Eso puede ser muy
sutil. Por ejemplo, un niño que tarda para hablar, puede
estar dentro de un patrón propio de desenvolvimiento,
mas puede también tener algún trastorno. Otro ejemplo:
un escolar que no consigue hacer amigos, puede ser
apenas un niño tímido, mas, alternativamente, puede ser
fóbico social o tener bajas habilidades sociales. Otro
ejemplo aun: un niño de 8 años que no consigue dormir
lejos de los padres, puede estar sufriendo de ansiedad
de separación.
Factores reencarnatorios
Creo que todos nuestros sufrimientos actuales tienen
algún hilo de conexión con el pasado, sea reciente o
remoto: la jornada del Espíritu es más relevante que la
jornada del cuerpo en la determinación de los síntomas
psiquiátricos. Los niños ya nacen con algunas tendencias
que aumentan o disminuyen las oportunidades de
desenvolver trastornos mentales, mas los eventos de vida
pueden potenciar o disipar esas tendencias. O sea,
resumidamente, los niños nacen con algunas tendencias,
mas cabe a los padres velar para que esas tendencias
sean bien redireccionadas.
Las drogas y factores actuales
También es verdad que algunos niños y adolescentes van a
desenvolver trastornos mentales después del uso de
drogas y eventos traumáticos de vida. En el caso de la
esquizofrenia, por ejemplo, sabemos que los principales
factores desencadenantes del cuadro son el uso de
cannabis y exposición a la violencia o situaciones de
aislamientos y desprestigio social. Hoy tenemos datos
robustos que nos muestran que el bullying, los
conflictos familiares y otros eventos adversos de vida
son factores de riesgo para el desenvolvimiento de
diversos trastornos mentales, como depresión, ansiedad e
incluso psicosis.
Familia
Niños que crecen en ambientes de violencia y que sufren
o presencian conflictos intrafamiliares presentan taxas
más altas de depresión, ansiedad, uso de sustancias,
psicosis, entre otros trastornos. El problema, no
obstante, tiene orígenes profundos. Las familias
disfuncionales, algunas veces, son familias
genéticamente enfermas, cuyos miembros tienen pequeños
desequilibrios que, sumados, generan grandes
dificultades en las relaciones. Es cierto que cada
miembro de una familia tiene obligación de buscar el
propio equilibrio y contribuir con un ambiente doméstico
saludable, no obstante, cuando eso no fuera posible, se
debe procurar ahorrar a los niños de presenciar o
participar de los conflictos. La forma como un niño
percibe su ambiente familiar puede determinar la forma
como él percibirá su ambiente para el resto de la vida.
Responsabilidad de los padres
Cuando la gente ve un niño comportándose menos de lo
esperado, el raciocinio más común que las personas hacen
es este: ese niño se comporta mal porque sus padres no
le dieron educación. Ese pensamiento es demasiado
simplista para ser verdadero. Nosotros vemos niños con
tipos de comportamientos muy parecidos con padres muy
diferentes.
La biología
Hoy la gente sabe que todo lo que envuelve el
comportamiento tiene un elemento físico, porque el
Espíritu para manifestarse en la Tierra precisa del
cuerpo.
El Espíritu se manifiesta entre nosotros por la materia
y la materia influye el Espíritu. Es preciso tener en
mente que está cada vez más difícil separar factores
físicos de psicológicos. Hoy está bastante claro que las
experiencias de vida dejan marcas biológicas en el
cerebro. Por ejemplo, niños que son cuidados con celo y
cariño pueden sufrir modificaciones en los procesos de
transcripción genética; con eso ellos pasan a producir
más sustancias relacionadas a afectos positivos, lo que
las hace menos propensas a la depresión y a la ansiedad.
Del punto de vista espírita podemos entender que las
vivencias del Espíritu dejan registros en el cuerpo.
Madres ansiosas tienden a “pasar” la ansiedad para los
hijos porque enseñan a ellos el modelo de la ansiedad y
porque “pasan” para ellos, a través de la herencia
material, genes relacionados a la ansiedad. Mas nosotros
podemos “cambiar” la herencia genética, ofreciendo al
niño un ambiente diferente. A través de cuidados
afectuosos nosotros podemos impedir que los genes
relacionados a la ansiedad sean activados.
Todo comportamiento humano tiene un componente que nace
con la persona (espiritual y biológico) y un componente
que viene de lo histórico de vida de la interacción con
el ambiente.
Relaciones
El sufrimiento psíquico está muy ligado a nuestra
capacidad de coexistir con otros individuos y saber
lidiar con el estrés que sobrevenga de esas relaciones.
El ser humano es una especie extremamente social. Siendo
así, yo diría que de forma general los factores que
tienen mayor influencia en el desenvolvimiento
socioemocional de un niño son los otros seres humanos
que le cercan.
Autismo
Para cada caso debe existir un propósito divino. Creo
que en el caso de nuestros pequeños genios pequeños,
podamos estar delante de Espíritus en misión en la
Tierra que pidan para nacer con las facultades sociales
entorpecidas de forma a dedicarse con mayor fluidez a la
ciencia, a la tecnología, a la música y a otras artes.
El cerebro social cuesta muy caro al Espíritu, él trae
una serie de instintos que retiran de nosotros parte de
la originalidad y nos inclina a la imitación, al copiar
a los otros individuos y velar por pertenecer a grupos
arriba del todo. En algunos otros casos de autismo tal
vez estemos delante de la reencarnación de un Espíritu
que estuvo demasiado enfocado en su progreso
intelectual, dejando atrofiar sus facultades afectivas y
emocionales. En otros casos, aun, creo que el autismo
sea un estado de sufrimiento impuesto al Espíritu para
el rescate de ciertos delitos del pasado.
Sentido de vida
Creo que sea fundamental despertar el sentido
existencial de los niños llevándolos a apegarse a
ideales que puedan llenar de sentido sus vidas. Y
debemos preocuparnos también en no promover más
facilidades que las necesarias; creo incluso que
precisamos encarar como egoísmo el favorecimiento
exagerado del confort dado a nuestros niños, cuando
existe aun tanta necesidad a nuestro alrededor.
Propiciar facilidades en exceso es una forma indirecta
de enseñar el egoísmo y la insensibilidad para con las
necesidades ajenas. Ellos precisan aprender a dar tanto
como precisan recibir.
Evolución de la comprensión social sobre la infancia
Historicamente, el celo que la gente tiene con el niño
oscila en función de la importancia que el niño tiene
para el adulto. El desenvolvimiento industrial se
acompañó de un completo abandono de la infancia, lo que
no se veía en la sociedad rural, ni tampoco en los
cazadores recolectores. ¿Por qué eso? Porque los niños
en la sociedad industrial no son necesarios como fuerza
de trabajo.
Eso cambia en la sociedad pos-moderna. Las familias hoy
son absolutamente “infancéntricas”, de un modo que llega
a ser extraño. Una familia típica invierte la mayor
parte de su renta en los hijos y los adultos quedan,
muchas veces, desatendidos para que el niño reciba más
de lo que la condición sociocultural de la familia
permite.
¿Y que está ocurriendo con esa generación? No están
consiguiendo mantenerse en el mismo nivel socioeconómico
que los padres les proporcionaron. La generación que
tiene hoy 20 años (generación Peter Pan) está con enorme
dificultad en incluirse en el mercado de trabalho, pues
los jóvenes poseen pretensiones salariales muy por
encima de lo que ofrece el mercado. La superprotección
en la infancia ha hecho que los jóvenes no entiendan que
es preciso hacer esfuerzos para conseguir las cosas en
la vida. El exceso de confort causa más frustración que
la privación.
Ejemplo
Tenemos que ser mejores modelos también, porque los
niños aprenden mucho más por imitación que por palabras;
precisamos, en fin, ser más equilibrados si quisiéramos
tener hijos más equilibrados. Y es necesario también
acordarnos de llevar a nuestros pequeños al ejercicio de
la espiritualidad; precisamos permitir que ellos tengan
directrices claras desde la infancia y que conozcan las
enseñanzas de amor y compasión.
Experimentação de álcool e droga na adolescência
La adolescencia es un estado de transición entre una
condición de casi absoluta dependencia (infancia) para
un estado de autonomía (adulto). El adolescente es sobre
todo un individuo descubriendo formas de tener autonomía.
Al adulto compete permitir eso en un contexto de menor
riesgo posible. Al adolescente compete buscar la
interacción con otro grupo social (entre los primates
superiores los adolescentes son expulsados del bando por
el macho alfa y, para sobrevivir, precisan incorporarse
a otro bando. El 40 a 60% de ellos no consiguen eso y
mueren). Natural que en esa fase el adolescente se
sienta un poco extraño junto a la familia, sin la misma
conexión de la infancia y eso refuerza su necesidad de
buscar otros relaciones fuera de la familia.
(Continua en la próxima
edición de esta revista.)