Espiritismo para
los niños

por Marcela Prada

 

Tema: Buena voluntad


La piedra en el camino


Érase una vez un rey muy sabio. De vez en cuando tenía actitudes que parecían extrañas. Es que el rey no ahorraba esfuerzos para enseñar buenos hábitos a su pueblo.

- Nada bueno puede venir de una nación – decía él – cuyo pueblo reclama y espera que otros resuelvan sus problemas. Dios ayuda a quien se ayuda.

Cierto día, antes del amanecer, mientras todos todavía dormían, el rey puso una enorme piedra en la calle que pasaba por el palacio. Después se escondió para observar la reacción de las personas.

En las primeras horas del día, apareció en el camino un campesino con una carroza cargada de granos que llevaba al molino.

- ¿Quién ha visto tal descuido? - dijo molesto, mientras caminaba alrededor de la piedra. - ¿Por qué esos perezosos no ordenan retirar esta piedra del camino?

Mientras desviaba, solo se quejaba sin la menor intención de tocar, él mismo, de la piedra.

Poco tiempo después, un soldado iba andando por la calle. Su cuerpo era joven y fuerte. Caminaba con la cabeza erguida y postura altiva, conforme con su temperamento valiente y confiado.

Sin embargo, el soldado, al no ver la piedra, tropezó y se cayó. Se puso de pie, sacudiendo el polvo de su ropa, y se enfureció con las personas descuidadas que habían dejado esa piedra en el camino, provocando tanto peligro. Pero también se alejó, sin pensar que él mismo podría retirar la piedra.

Y así pasó el día. Todos los que pasaban se desviaban, reclamaban y refunfuñaban por culpa de la piedra colocada en el camino, pero nadie resolvía el problema.

Finalmente, al caer la tarde, la hija de un granjero pasó por ahí. Ella estaba cansada. Desde temprano se había dedicado a muchas tareas. La piedra era pesada y exigiría mucho esfuerzo retirarla, pero la joven, acostumbrada al trabajo y los beneficios que proporciona, se dijo a sí misma: “Ya está casi oscureciendo, alguien podría tropezar con esta piedra y lastimarse gravemente. Voy a sacarla del camino ".

La joven entonces empujó, jaló, se esforzó hasta que logró mover la piedra y arrastrarla fuera del camino.

Ella no esperaba lo que sucedió en seguida. En realidad, nadie que hubiera pasado por ahí, durante todo el día, podría haberlo imaginado.

Al sacar la piedra, la joven encontró una caja que había estado todo el tiempo debajo de ella, en la cual estaba escrito: “Esta caja le pertenece a quien retire la piedra”.

Al recoger la caja, la hija del granjero se dio cuenta de que era pesada y, al abrirla, descubrió que estaba llena de oro. La joven apenas podía creerlo. Cerró la caja nuevamente y se fue a casa feliz.

Al día siguiente todos se enteraron de lo sucedido. El granjero, el soldado y todos los que habían pasado por el camino se lamentaron por no haber sido ellos mismos quienes retiraron la piedra y encontraron el tesoro.

El rey sabio, con el deseo de enseñar, habló a su pueblo sobre el hecho ocurrido y explicó:

- A menudo encontramos obstáculos en nuestros caminos. Podemos quejarnos, rebelarnos, quedarnos parados frente a ellos o desviarnos. O si no, podemos esforzarnos para resolver el problema y dejar nuestro camino despejado. ¡La elección es nuestra! Aquel que tiene actitudes positivas siempre es recompensado de alguna forma, incluso si no es con oro o bienes materiales.

Dicho esto, el rey montó en su caballo y regresó al palacio satisfecho. Su pueblo había recibido una lección importante.


(Adaptación de texto de autor desconocido.)


 

Traducción:
Carmen Morante
carmen.morante9512@gmail.com


 


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